Por Oriana Rivas – Panampost.com
«La marcha en Lima no tiene nada de pacífica», así aseguró este 20 de enero el general José Luis Zanabria, jefe de la Región Policial Lima al portal RPP en medio de las protestas que continúan no solo en la capital de Perú, sino en varias partes del país. Una noche antes, la actual presidente Dina Boluarte envió un mensaje aclarando que no dejará su cargo, pero lejos de apaciguar los ánimos, las calles continúan siendo escenario de hechos violentos.
Oficialmente ya se habla de «severos daños» en la infraestructura en el centro histórico de Lima. No conformes con eso, manifestantes intentaban ocupar la céntrica avenida Abancay donde están las sedes del Congreso y la Fiscalía peruana, de acuerdo a imágenes de cámaras de seguridad de la Municipalidad. Las protestas se radicalizaron ante la insistencia de los civiles por llegar a ese sector y los reportes indicaban que la policía comenzó a accionar bombas lacrimógenas.
La frase de la mandataria peruana sigue vigente por estas horas. Durante su último mensaje televisado cuestionó quiénes son las personas que están financiando estas protestas, que si bien han empeorado las últimas horas, también es cierto que detonaron desde que ella asumió la presidencia hace más de un mes. Las dudas abundan al igual que la violencia.
Adicional a los daños materiales y a la revuelta social, llegan las advertencias en materia de economía. Para el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, la prolongación de las protestas podría afectar no solo el PBI del país, sino también los precios.
Donativos para manifestantes
Hasta la tarde de este viernes habían cortes de vías en 15 de 24 departamentos del país. Cuzco, Puno y Madre de Dios son los que presentan mayor cantidad de bloqueos en carreteras. Sin embargo, el caos es generalizado a pesar de que el último informe de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutrán) señaló que el número de tramos bloqueados pasó de 127 a 120. Además, en Puno incendiaron un policial del distrito de Zepita.
Posiblemente una de las cosas que más destaca en esta última jornada de protestas, fue la llegada de donativos para los manifestantes alrededor de la plaza San Martín, en el Centro de Lima. Acá es cuando cobran fuerza las sospechas alrededor de quiénes podrían estar detrás de la exigencia para que Dina Boluarte abandone la presidencia, se declare el cierre del Congreso y se adelanten las elecciones. Tampoco es casualidad que esta revuelta ocurre en medio del resurgimiento de gobiernos socialistas en América Latina. De cualquier manera, una foto divulgada por La República muestra cómo personas descargan desde un vehículo los alimentos donados.
Sobre eso, el general José Luis Zanabria declaró al Canal N que en la capital peruana había para este 20 de enero «unas 2500 personas haciendo actos violentos que la Policía controla haciendo uso de medios químicos». Van al menos 40 detenidos.
Violencia en frontera con Bolivia
La única certeza que hay respecto a la situación de Perú es que las protestas posiblemente continúen. La mayor consecuencia, es que con el pasar de las horas también aumenta el nivel de agresiones, tanto que incluso llegaron a la frontera con Bolivia ya que manifestantes atacaron e incendiaron el Centro Binacional de Atención en Frontera (CEBAF) que funciona como centro aduanero, apuntó la agencia EFE. «Estas acciones no se condicen con el derecho a la protesta pacífica», aseveró por su parte la cancillería.
Desde el gabinete de Boluarte se manejan con cautela, rechazando que la violencia provenga de los funcionarios policiales mientras que denuncian irregularidades sobre los manifestantes. Este 20 de enero no hubo pronunciamiento de la mandataria y su cuenta de Twitter no ha sido actualizada en los últimos días.