Fuente: Minghui

Confucio dijo una vez: “Cuando Shun era el emperador, eligió a Gao-yao para servirle en un cargo importante, y la gente malvada se mantuvo alejada”. (Analectas de Confucio, “El Duque Wen de Teng”, Parte I). Según los libros de historia, Gao-yao se encargaba del sistema judicial en la época de Shun. Este aplicó la ley con justicia y cuidado. Como resultado, no había casos injustos. Este prestó una gran atención a la iluminación y la educación y estableció normas para ceremonias y música.

Gao-yao nació en Gao Cheng (ciudad de Liuan, provincia de Anhui). Fue el funcionario que supervisó el sistema judicial. Junto con los emperadores Yao, Shun y Yu, se le considera uno de los “Cuatro Sabios de la Antigua China”. Gao-yao creía que el cielo creó todo en la tierra y le dio a la gente características benevolentes y virtuosas. Por eso, la gente necesita seguir los arreglos del cielo. Es el deber sagrado de una persona mantener características benevolentes. Este también propuso las ideas de “El cielo distingue gentilmente al virtuoso. El Cielo castiga al culpable. Los sabios muestran nueve virtudes en su conducta”.

La idea de Gao-yao sobre las nueve virtudes incluye los siguientes rasgos del carácter: abierto de mente y prudente calmado y con opinión propia modesto y serio capaz y cauteloso bueno escuchando las opiniones de otros y decidido honrado y gentil directo y detallista concienzudo y sensato fuerte y recto.

Además, Gao-yao sugirió al Emperador Yu una estrategia de cómo llevar bien un país. El emperador debería ser estricto consigo mismo en la cultivación personal. El emperador sirve como modelo y por eso la gente le seguirá y respetará. Si el emperador no puede actuar con bondad y rectitud, la gente no cumplirá las leyes y normas, incluso aunque un país las tenga. El emperador debería saber cómo elegir a los funcionarios correctos. Solo después de que ponga a la gente correcta en cada cargo, esos funcionarios servirán bien al pueblo. El emperador debería respetar a su pueblo y proporcionarle seguridad y prosperidad. La estabilidad y prosperidad del pueblo reflejan la bondad de un emperador.

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