Zhang Yunfeng – Vision Times
La vida siempre está llena de retos de todo tipo y nunca hay tres días buenos. Como dice el refrán, diez años en el este y diez en el oeste, quizá sea así como nos martillean los cielos. ¿Y qué podemos hacer para reducir los contratiempos innecesarios en el proceso de lucha?
Para la mayoría de las personas, la vida no es fácil. Tienen que trabajar duro para lograr resultados fructíferos, y solo quienes han trabajado duro pueden entender las dificultades y la alegría del éxito.
Cuando uno disfruta de la alegría del éxito y de la envidia de los demás, todas las dificultades que haya encontrado en el pasado parecen haber pasado a la historia. Pero es en estos momentos cuando hay que estar alerta.
Cuando llegamos a la cima, al abrirse nuestros horizontes, nuestra mente puede cambiar, a veces incluso olvidando nuestras intenciones originales y buscando la comodidad inmediata, o volviéndonos demasiado arrogantes y cayendo de nuevo al fondo.
La vida es así, siempre llena de variables impredecibles, y si cometemos un error, todo el duro trabajo que hemos invertido se esfumará en un instante. Así que, para seguir siendo “competitivos”, debemos estar alerta en todo momento. Especialmente cuando hay señales a nuestro alrededor de que estamos en una espiral descendente.
En los momentos en que una persona empieza a ir cuesta abajo, a menudo se produce un presagio, como se describe en estas dos citas célebres de los antiguos escritos chinos Guiguzi.
(i) Quien va se complace, y quien se complace se complace se multiplica
Este dicho significa que si quieres arruinar a una persona, debes dejarla ir y esperar a que se deje llevar, entonces tendrás la mejor oportunidad de derrotarla. Todos tenemos tendencia a escuchar cosas buenas, sobre todo cuando estamos en la cima de nuestro juego, y cuando estamos rodeados de halagos, es probable que oigamos las mejores cosas.
Ante un entorno así, muchas personas son incapaces de mantenerse solas y se pierden en el sonido de todos los “aduladores”, viendo solo palabras de elogio y ojos envidiosos. Esta es la época en la que nuestros “amigos” suelen estar más “diluidos”.
Estas personas parecen alabarnos, pero en realidad solo intentan obtener beneficios para sus propios intereses; algunos de ellos incluso intentan complacernos, pero en realidad solo intentan atraparnos en la injusticia, animándonos a hacer cosas que no podemos hacer.
(ii) Primero se pesa para acumular, luego se destruye
Esta expresión significa acumular una cosa continuamente con el objetivo final de destruir la otra. De hecho, esta frase es algo similar a la anterior, pero desde una perspectiva diferente. En términos modernos, es como un “lavado de cerebro”, en el que se inculca repetidamente un concepto o idea al oponente, de modo que éste se sienta tentado a intentarlo, aunque esté limitado.
Cuando la persona consigue que le “laven el cerebro” y da el paso de sentirse bien consigo misma, es cuando empieza a tocar fondo. Por lo tanto, si vemos que alguien nos da una idea repetidamente, o incluso nos provoca para que seamos desafiantes y queramos competir, es importante mantener la cabeza fría, ya que de lo contrario podríamos ponernos en peligro si no tenemos cuidado.
Aunque la mayoría de la gente tiene buen corazón, no es fácil saber quién es uno, sobre todo en un lugar de trabajo competitivo en el que la otra parte a menudo no nos ve con buenos ojos. Así que cuando no esté seguro de lo que la otra persona está pensando realmente, tenga cuidado de que no le “laven el cerebro” fácilmente y esté atento y preparado para afrontar cualquier indicio de este tipo.
En resumen, cuando estamos en el mejor momento de nuestras vidas, suele ser el momento más fácil para perderse, por lo que es importante tener en cuenta los dos presagios anteriores para evitar un rápido descenso en la vida.