Fuente: El American

Casablanca fue el punto de encuentro para 100 profesionales que se unieron para hablar sobre el alquiler de vientres. El grupo estaba integrado por médicos, psicólogos y abogados de 75 países diferentes, quienes condenaron enérgicamente el abuso de esa práctica, específicamente en Europa. Pidieron que los Estados actúen “a favor de la aplicación de un instrumento jurídico que conlleve la prohibición mundial de la maternidad subrogada”.

Bautizado como la Declaración de Casablanca, el documento tiene como objetivo abolir el vientre subrogado a nivel mundial. Para lograr este cometido, proponen una “respuesta internacional”, traducida en la creación de un convenio, cuya causa sería la de “proteger a las mujeres y a los niños del mercado mundial de los vientres de alquiler”.

Al mismo tiempo, se mostraron “consientes del sufrimiento de las personas que no pueden concebir” y del “atractivo de las tecnologías reproductivas”.

Actualmente, los países que permiten algún tipo de vientre subrogado son Australia, Bélgica, Canadá, Colombia, Georgia, Laos, México, Reino Unido, Países Bajos, algunos estados de los Estados Unidos y Ucrania, entre otros.

El manifiesto incluso se animó a brindar algunas recomendaciones a los Estados, las cuales, por supuesto, están en línea con los objetivos de los firmantes:

  • Prohibir la maternidad subrogada en su territorio.
  • Negar todo valor jurídico a los contratos que impliquen el compromiso de una mujer de gestar y dar a luz a un niño.
  • Sancionar a las personas que se propongan como intermediarios, que recurran a la maternidad subrogada en su territorio, y a los nacionales que recurran a la maternidad subrogada fuera de su territorio
  • Actuar con miras a la adopción de un instrumento jurídico internacional que conduzca a la abolición universal de la maternidad subrogada.

Aude Mirkovic, profesora de derecho y una de las principales organizadoras y coordinadoras de la iniciativa, aseguró que busca defender a Francia, donde todavía esta práctica es ilegal. “En Francia estamos especialmente sensibilizados con esta cuestión, ya que estamos sufriendo una prospección muy agresiva por parte de empresas, principalmente ucranianas y americanas, que vienen a vendernos sus servicios impunemente; simplemente dejamos que suceda”, expresó al respecto.

“El resultado es que las mujeres están siendo utilizadas, explotadas para dar a luz a niños para clientes en varios países, y estos niños están siendo encargados y entregados en ejecución de un contrato”, sumó Mirkovic.

Según el propio documento, su interés principal no es otro que llamar la atención y apuntar los reflectores hacia los vientres subrogados. Además, para reforzar su misión, aclaran estar convencidos de que “el contrato mediante el cual uno o varios ordenantes acuerdan con una mujer que ella gestará uno o varios niños para su entrega al nacer, cualquiera que sea el nombre y los términos y condiciones de dicho contrato, denominado a continuación gestación subrogada […] atenta contra la dignidad humana” y “contribuye a la mercantilización de las mujeres y los niños”.

En cuanto a sus pasos a seguir, el grupo vislumbra inicialmente una presentación del texto ante organismos supranacionales, como el Consejo de Europa o Naciones Unidas, con la clara intención de buscar acuerdos entre los países con respecto a sus objetivos.

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