Traducido de Breitbart.com por TierraPura.org
El Comité Selecto de la Cámara de Representantes de Estados Unidos sobre el Partido Comunista Chino (PCCh) celebrado el jueves puso en relieve los documentados abusos contra los derechos humanos de los musulmanes uigures y otras minorías religiosas que viven en la región occidental del país.
La audiencia fue presidida por el representante Mike Gallagher (republicano de Wisconsin), y transmitida en Internet. Entre los testigos figurarán personas que han vivido o presenciado las atrocidades de la región, así como expertos en la materia.
En una declaración proporcionada a Breitbart News, Gallagher adelantó a la audiencia, diciendo que su contenido “debe servir como una advertencia” sobre lo que se puede esperar si el PCCh expande su control en el mundo.
“El genocidio uigur, llevado adelante por el Régimen Comunista Chino, revela la verdadera naturaleza del Partido. Debería servir de advertencia sobre cómo sería el mundo bajo el liderazgo del PCCh”, afirmó. “Las minorías religiosas son acorraladas en campos de concentración y sometidas a trabajos forzados. Las mujeres son sometidas a abortos forzados, esterilización e inserción de DIU. Se separa a las familias. Se extermina sistemáticamente a un grupo étnico”.
En una llamada previa a la audiencia, Elisha Wiesel, hijo de Elie Wiesel, superviviente del Holocausto en los campos de concentración y Premio Nobel de la Paz, subrayó la magnitud del asunto.
Wiesel afirmó que la fundación de su familia tiene previsto centrarse en el pueblo uigur y empezar a conceder subvenciones a activistas que trabajan en su favor. También elogió la mayor presión económica que la reciente Ley de Prevención del Trabajo Forzoso de los Uigures (UFLPA, por sus siglas en inglés) aplica a las empresas que se benefician de los esclavizados en China.
China “ha hecho un trabajo muy eficaz al crear un muro de silencio en torno a este asunto”, afirmó Wiesel, señalando que los testimonios de testigos como los de su padre han sido los “más convincentes” para él a la hora de comprender el problema.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha calificado repetidamente de genocidio la actividad en Xinjiang, donde se han descubierto los crímenes contra los uigures y otras personas, tanto durante el gobierno de Trump como durante el de Biden.
El departamento encontró más recientemente en un informe de derechos humanos que los crímenes que tienen lugar en Xinjiang incluyen:
El encarcelamiento arbitrario u otra privación grave de la libertad física de más de un millón de civiles; la esterilización forzada, los abortos coaccionados y la aplicación más restrictiva de las políticas de control de la natalidad del país; la violación y otras formas de violencia sexual y de género; la tortura de un gran número de personas detenidas arbitrariamente; y la persecución, incluidos los trabajos forzados y las restricciones draconianas a la libertad de religión o creencia, la libertad de expresión y la libertad de circulación.
En su declaración, Gallagher recurrió a la historia de la Segunda Guerra Mundial, afirmando que desde entonces “el mundo ha dicho ‘nunca más’. Pero, de hecho, se está produciendo de nuevo un genocidio. Ahora, es el momento de hacer todo lo posible para detenerlo y garantizar que ningún estadounidense -individuo, empresa, inversor o universidad- siga siendo cómplice a sabiendas o sin saberlo”.
El comité, denominado formalmente Comité Selecto sobre la Competencia Estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista Chino, se creó en el Congreso este año con el apoyo de todos los republicanos y la mayoría de los demócratas.
Gallagher hizo hincapié en la naturaleza bipartidista del comité durante su audiencia inaugural el mes pasado, afirmando que el comité contaba con un “excelente grupo de legisladores reflexivos” a ambos lados del pasillo político. Por su comunicación pública, Gallagher parece tener una buena relación de trabajo con el representante Raja Krishnamoorthi (D-IL), que lidera a los demócratas como miembro de rango del comité.
La audiencia inicial sentó las bases para los próximos dos años de trabajo del comité, ya que Gallagher detalló sus planes para “investigar y exponer la amenaza ideológica, tecnológica, económica y militar que representa el Partido Comunista Chino”.
“Podemos llamar a esto una competición estratégica, pero no es un educado partido de tenis. Se trata de una lucha existencial sobre cómo será la vida en el siglo XXI y están en juego las libertades más fundamentales”, afirmó.