Fuente: Panam Post

La censura que aplicó el gobierno izquierdista de Luiz Inácio Lula da Silva contra el humorista Léo Lins tiene alarmados a sus colegas en Brasil, incluso a los de izquierda. La Justicia de São Paulo no solo le ordenó eliminar un especial publicado en Youtube, también le prohibió hacer bromas que el tribunal considere “ofensivas”, así como salir por más de diez días del estado sin autorización judicial, entre otras medidas.

El castigo es “ejemplar” teniendo en cuenta que desde su inicio, el gobierno de Lula da Silva ha mostrado sus intenciones de silenciar todo tipo de críticas. En el Congreso todavía se cocina una ley de censura en redes sociales, que viene precedida por idas y vueltas contra plataformas como Telegram porque estas reclaman el peligro que la norma representaría para la libertad de expresión.

Ahora le llegó el turno a la comedia por supuestamente ofender a las minorías. Sin embargo, para Lins, detrás de ese argumento estarían las intenciones de Lula da Silva de prohibir comentarios en su contra. Pero el comediante tiene su argumento. “El programa no violó ninguna norma de YouTube, incluso fue monetizado. La Fiscalía, que interpuso la denuncia, ignoró a la plataforma y consideró el programa como un acto delictivo”, aseveró.

“El humor y la sátira nunca perdonaron”

A partir de las prohibiciones —el humorista también debe comparecer mensualmente para informar y justificar sus actividades— han surgido reacciones. Por ejemplo, la editorial del Gaceta do Povo destaca que “una broma hecha sin ánimo de herir, deshumanizar, humillar o incitar al prejuicio no es más que eso: una broma. El humor y la sátira nunca perdonaron a nadie”.

“Esto no quiere decir, por supuesto, que cualquier expresión artística, incluido el humorismo, tenga carta blanca. Una declaración racista o una incitación al crimen no se vuelve legal solo porque se ponga música o poesía; La justicia puede y debe actuar contra tales manifestaciones. Lo mismo podría ocurrir con el humor, pero para ello, como se ha dicho anteriormente, sería imprescindible acreditar, en primer lugar, un ánimus distinto de la mera intención de divertir, o que el contenido del chiste fuera inequívocamente delictivo”, explica el portal.

Aún así, el juez del caso aseveró que en el vídeo titulado “Perturbador” el acusado “hace comentarios odiosos, prejuiciosos y discriminatorios contra minorías y grupos vulnerables en varias partes en varios momentos”. Como resultado, el Ministerio Público de São Paulo solicitó sanciones que la justicia de São Paulo concedió.

“Hay mucho más en juego”

En un segmento del video, el humorista Léo Lins habla sobre cómo “un nordista viejo, gordo y minusválido se convierte en presidente”, posiblemente fue uno de los detonantes que llevaron a la orden de eliminar su material. Tampoco es la primera vez que se ve envuelto en polémica. Anteriormente tuvo que pagar una indemnización de 44000 reales (más de 8700 dólares) por hacer chistes sobre la madre de un joven discapacitado.

Por su parte, el comediante publicó un mensaje en Instagram con el siguiente texto: “el programa está fuera del aire, este proceso tiene consecuencias absurdas. Hay mucho más en juego. La justificación para eliminar mi programa de stand-up básicamente se puede usar para eliminar el 95% de los especiales de comedia. Fueron solicitudes, en mi opinión, desproporcionadas para contar chistes en un escenario de teatro. Equiparando una expresión artística con un hecho delictivo. Mi abogado ya está presentando una defensa y pretendo hacer un video describiendo lo que está pasando”.

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