Sin nuevas ideas y entre la espada y la pared, el ministro de Economía Sergio Massa emprendió un viaje a China para negociar una nueva extensión del swap con el Banco Central, una operación que en el corto plazo alivia la posición de reservas pero más tarde involucra un pesado endeudamiento con el régimen de Xi Jinping.
Se busca llegar a un acuerdo para alcanzar la utilización del equivalente a 5.000 millones de dólares del swap, aproximadamente el 28% del total de los recursos previstos por el instrumento.
El principal objetivo de esta maniobra es aliviar la carga por el pago de importaciones bilaterales con China y con Brasil, ya que en ambos casos el Gobierno negoció acuerdos para sustituir el uso del dólar y adoptar al yuan en su lugar.
ECONOMÍAMassa viaja a Shanghái para profundizar el brutal endeudamiento externo con ChinaPublicado hace 2 horas en 29 de mayo de 2023Por Redacción Economía
El ministro de Economía busca ampliar el swap chino en el Banco Central para aliviar la presión por el pago de importaciones. El Gobierno se queda sin reservas y agota todas las posibilidades para llegar a las elecciones sin una devaluación caótica.
Sin nuevas ideas y entre la espada y la pared, el ministro de Economía Sergio Massa emprendió un viaje a China para negociar una nueva extensión del swap con el Banco Central, una operación que en el corto plazo alivia la posición de reservas pero más tarde involucra un pesado endeudamiento con el régimen de Xi Jinping.
Se busca llegar a un acuerdo para alcanzar la utilización del equivalente a 5.000 millones de dólares del swap, aproximadamente el 28% del total de los recursos previstos por el instrumento.
El principal objetivo de esta maniobra es aliviar la carga por el pago de importaciones bilaterales con China y con Brasil, ya que en ambos casos el Gobierno negoció acuerdos para sustituir el uso del dólar y adoptar al yuan en su lugar.
De esta forma, la ampliación del swap permitirá que una mayor cantidad de dólares puedan ser retenidos para continuar con la intervención en los segmentos alternativos de la divisa, o bien para la cancelación de obligaciones con importadores que fueron postergadas hace meses. En cualquier caso, constituye un parche para seguir retrasando una devaluación abierta y más pronunciada sobre el tipo de cambio oficial.
El Banco Central de Pesce debió hacer uso de toda clase de maniobras desesperadas para lidiar con la caída de las reservas, y muchos analistas ya sospechan que incluso fueron usados “temporalmente y prestados” los encajes en dólares que deben respaldar depósitos. Este instrumental fue continuamente negado por la autoridad monetaria, pero lo cierto es que no existen muchas opciones alternativas para seguir sosteniendo una posición neta de reservas tan negativa como la que existe.
Otra de las medidas desesperadas impulsadas por Pesce fue la reactivación de las ventas de dólar futuro. En otras palabras, el BCRA vende contratos en pesos de dólar futuro en los cuales se pacta de antemano un determinado valor para la divisa en un determinado lapso de tiempo que puede variar.
Los contratos de dólar futuro buscan de alguna manera impactar de lleno en las expectativas inflacionarias, tratando de imponer el sendero de devaluación oficial sobre las mismas. También funciona como una forma implícita para “contener” la cotización del tipo de cambio paralelo y, en consecuencia, la brecha cambiaria que presiona al dólar oficial.
Pero las expectativas se encuentran completamente desancladas y muy difícilmente respondan a los contratos que ofrece el BCRA. Se genera así un mecanismo por el cual temporalmente bajan las cotizaciones de futuros, pero una vez que vencen los contratos se compromete una sideral emisión de pesos con consecuencias potencialmente devastadoras.