Carlos Esteban – Gaceta.es

La marea empieza, muy lentamente, a cambiar de dirección. En Estados Unidos, cuna del movimiento woke, cada vez son más numerosos los levantamientos exitosos contra la imposición de esa exasperada corrección política izquierdista conocida como wokismo.

Los indicios están por todas partes. Este año, el Mes del Orgullo no ha concitado el mismo entusiasmo empresarial que de costumbre, con algunas marcas significativas retrasando la «reconversión arcoíris» de sus logos, y otras, como la cadena de cafeterías Starbucks, ha dado ya orden de retirar toda la simbología LGTBI de sus locales. Es comprensible, sobre todo después de que un tribunal de Nueva Jersey haya obligado a la cadena a pagar una indemnización de 25,6 millones de dólares a Shannon Phillips, exgerente regional de Starbucks, al considerar que la empresa la despidió por su raza. Phillips es blanca.

Nadie en el mundo empresarial quiere experimentar la suerte de Bud Light o Target. La primera ha perdido su puesto en cabeza como cerveza más vendida en Estados Unidos después de asociar su marca a un influencer trans, mientras que la segunda, que vendía en sus tiendas prendas para «niños trans» ha visto desplomarse su capitalización bursátil en 13.000 millones de dólares. El consumidor conservador ha comprobado su poder, y no es probable que lo olvide.

Todo incendio empieza con una chispa (salvo los que enciende el Cambio Climático, naturalmente), y una de esas chispas en la resistencia contra la abrumadora tiranía woke se ha encendido este mes en la única ciudad de Estados Unidos cuyo consistorio es totalmente musulmán, Hamtramck, en Michigan. El Ayuntamiento de Hamtramck ha votado por unanimidad una resolución que prohíbe que la bandera del Orgullo LGBTQ+ ondee en las instalaciones públicas de la ciudad.

La resolución, propuesta por el alcalde interino Muhammad Hassan, también prohíbe que se ondeen banderas de grupos religiosos, étnicos, raciales, políticos o de orientación sexual y solo permite izar la bandera de las barras y estrellas, junto con las banderas estatales y municipales.

La resolución fue aprobada «después de tres horas de comentarios públicos y meses de intenso debate», informó Detroit Free Press. «Hassan y otros miembros del consejo dijeron que la comunidad LGBTQ+ y otros son bienvenidos en Hamtramck pero que deben respetar la libertad religiosa», reza el artículo. «Algunos defensores de la resolución dijeron que la bandera del Orgullo choca con su fe. Varios oradores recordaron que los soldados estadounidenses se sacrificaron por la bandera de Estados Unidos, no por la bandera del Orgullo».

Mientras, en Massachussetts, escenario, curiosamente, de las primeras salvas de la Guerra de la Independencia, se ha vivido una revuelta contra el adoctrinamiento LGBTQ, protagonizada por estudiantes en una escuela secundaria pública.

La revuelta se produjo en la Marshall Simonds Middle School, en Burlington, cerca de Boston, en respuesta a un «día del espíritu» con el tema del Orgullo organizado por el grupo de estudiantes LGBTQ del instituto. Se animó al alumnado a vestirse con los colores del arcoíris y usar calcomanías con esos colores. La escuela estaba decorada con banderas y carteles del Orgullo, serpentinas de arcoíris y carteles «educativos».

Hasta que un crecido número de estudiantes se hartó y, según una carta enviada a los padres por el director de la escuela, crearon un «ambiente inseguro», por respetar su jerga. La rebelión incluyó (seguimos con la carta) «actos específicos de intolerancia» como «arrancar pegatinas y pancartas», quitar de las paredes carteles y tirarlos a las fuentes, corear la consigna «mis pronombres son USA«, «mirar intimidantemente a los miembros del claustro con simbología LGTBI» y animar a otros alumnos a que se despojaran de los símbolos de la fiesta.

Parte de la indignación de estos disidentes surge, al parecer, de que el instituto no celebró el Día de los Caídos. En su carta a los padres, de hecho, el director reconoció que su personal había cometido un «error». Muchos estudiantes se vistieron de rojo, blanco y azul el día del Orgullo, y algunos llevaron su exhibición patriótica al siguiente nivel con pintura facial.

Massachusetts no es el único estado demócrata en el que ha habido reacciones de adolescentes contra el adoctrinamiento LGBTETC. En la Escuela Secundaria Edison de Huntington Beach, California, los alumnos se rebelaron cuando su maestro mostró un vídeo con sabor a Orgullo, en una clase de matemáticas. 

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