Gabriela Moreno – Panam Post
El plan de China para espiar desde Cuba a Estados Unidos con una base naval le permitiría contar con tropas en la isla de forma permanente, de modo que se puedan expandir sus actividades de inteligencia. Por eso se forma el Proyecto 141, un acuerdo de seguridad militar pactado entre ambas naciones, cuyos gobiernos poseen una marcada vena comunista.
Esta iniciativa, según Wall Street Journal, la diseñó el Ejército Popular de Liberación de China con el propósito de aumentar el apoyo logístico de regímenes aliados, para así interceptar las comunicaciones estadounidenses.
De acuerdo con el medio, las negociaciones para la nueva base naval de China en Cuba están “avanzadas”, así como también las relacionadas con la instalación de otros dos puestos militares, uno en Camboya y otro en los Emiratos Árabes Unidos, que se sumarían a la que funciona desde 2017 en Yibuti, en el Cuerno de África, que representa la única base militar de Pekín fuera de la región del Pacífico para sumar cuatro puntos del gigante asiático más allá de sus fronteras.
Extensión en Cuba
La nueva base naval de Cuba en China, como parte del Proyecto 141, ampliará la cooperación militar que ya mantienen con la administración conjunta de cuatro estaciones de espionaje, las cuales funcionarios estadounidenses sospechan que están operando.
Si bien esa red experimentó mejoras en 2019, cuando una estación se expandió a una red de cuatro sitios que operan de forma conjunta, ahora las maniobras para intensificar esta coordinación de seguridad “irá despacio”, así lo señalan fuentes consultadas por Wall Street Journal.
Sin embargo, un informe de inteligencia de EEUU arroja que la “centralización” de la gestión de los cuatro sitios conjuntos es un hecho.
“La comunidad de inteligencia ha evaluado durante varios años que la República Popular China tiene la intención de expandir su alcance a nivel mundial y, en este caso, es prematuro sacar conclusiones firmes sobre los informes recientes”, dijo un funcionario de inteligencia de EEUU al WSJ.
Entre negativas esquivas
Washington confirmó ya públicamente que las instalaciones de recopilación de inteligencia china existen en Cuba desde hace cuatro años pero la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, lo niega.
La alta funcionaria intenta contener la tensión que desata el Proyecto 141 ,tras cerrar un encuentro con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien se reunió con Xi Jinping para zanjar las diferencias por la presencia de globos de espía chinos en el cielo de Estados Unidos.
El régimen cubano califica como “calumnias” las informaciones y acusa las autoridades estadounidenses de intentar desestabilizar la isla. Es una estrategia que pierde peso cuando recientes imágenes satelitales muestran el progreso de la base naval de China en el norte del recinto de Ream, Camboya, en el Golfo de Tailandia, después de que ambos países negaran el año pasado la existencia del acuerdo que le permitirá a China utilizar militarmente la base durante 30 años.
Las proyecciones para Latinoamérica no son alentadoras, tampoco cuando La Franja y la Ruta ya controla muelles y tiene proyectos de puertos nuevos desde México hasta Argentina en Tierra del Fuego, asegura un reporte del Observatorio Económico Latinoamericano (OBELA).
Además, China ´pretende convertir el puerto Punta Arenas en Chile en una oportunidad para la explotación de la Antártida, mientras presiona a Argentina para aprobar la construcción de una base naval en Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, como otra puerta hacia el denominado continente blanco.