Fuente: Vision Times
El Gobierno francés prepara un despliegue masivo de fuerzas del orden para contener las protestas que han estallado en los últimos dos días. La decisión se produce tras la trágica muerte de un joven de 17 años de origen argelino, a manos de un agente en Nanterre, una localidad cercana a París.
En una conferencia de prensa, el ministro de Interior, Gérald Darmanin, afirmó que se desplegarán aproximadamente 40.000 policías y gendarmes durante la próxima noche, cuatro veces más que en las jornadas anteriores. El objetivo es restaurar el orden en todo el país.
Darmanin informó que unas 150 personas fueron detenidas en los incidentes de la noche del miércoles, en varias ciudades de Francia.
El ministro enfatizó que los disturbios no están relacionados con el incidente en Nanterre y condenó los ataques perpetrados contra los agentes y los edificios públicos como «absolutamente inaceptables».
Según Darmanin, estos eventos no son simplemente un movimiento espontáneo de protesta por la muerte del joven, sino que representan una clara intención de atacar los símbolos y valores de la República francesa.
La primera ministra, Élisabeth Borne, respaldó esta postura al afirmar que la violencia desatada y los ataques contra los símbolos de la República son inaceptables.
El llamado a la calma del ministro de Interior también fue dirigido a los líderes de la oposición, especialmente a Jean-Luc Mélenchon, del partido Francia Insumisa (LFI). Mélenchon ha utilizado Twitter para calificar de «asesino» al policía responsable de la muerte del joven y ha dirigido críticas hacia Darmanin.
El ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, destacó que existe una investigación judicial en curso contra un policía individual y no contra toda la institución policial. También desacreditó a quienes irresponsablemente denigran a la policía y al sistema judicial, afirmando que son moralmente responsables de los actos violentos cometidos.
La concentración convocada por la familia de Nahel frente a la prefectura de Nanterre constituye una prueba crucial sobre la continuidad y propagación de los disturbios. La madre del joven pidió allí mismo una «revuelta» en nombre de su hijo.
El Gobierno espera que todos los líderes políticos hagan un llamado a la calma, sin condiciones, y reitera que la justicia se llevará a cabo a través de los canales legales, no en las redes sociales o con actos de violencia. Los responsables de los disturbios serán identificados y se les aplicará el Código Penal, aseguró Dupond-Moretti.
Tras la segunda noche de disturbios, el presidente francés, Emmanuel Macron, condenó este jueves la «violencia» contra «las instituciones», que calificó «injustificable» y pidió que las próximas horas sean de «contemplación» y «respeto».
«Las últimas horas han estado marcadas por escenas de violencia contra una comisaría, pero también contra escuelas, ayuntamientos y, por tanto, contra las instituciones y la República (…) Éstas son injustificables», dijo Macron en el inicio de una reunión de la célula interministerial de crisis en el Palacio del Elíseo.
Por otro lado, los medios de comunicación de convencionales omiten reportar que las protestas no son convocadas por el nacionalismo, sino que la mayoría de los participantes son terroristas árabes y de Antifa en el suburbio parisino de Nanterre, que no se sienten franceses.