Fuente: La Derecha Diario

A través del bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura porteña, la diputada nacional Victoria Villarruel celebró este lunes un acto en el que se homenajeó a las víctimas del terrorismo comunista de organizaciones guerrilleras como ERP y Montoneros, que tuvo lugar en el Salón Dorado.

La vice de Javier Milei en la boleta presidencial, es abogada y en el año 2006 creó el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), una asociación civil que asiste a las víctimas de la guerrilla de la década del ’70, y sus familiares.

Junto a la legisladora libertaria Lucía Montenegro, se le dio el espacio a tres familiares de las víctimas que contaron la historia de cómo los guerrilleros de extrema izquierda asesinaron sin piedad a sus hijos o a sus padres en plena democracia, incluso años antes del golpe de Estado.

En el homenaje a las víctimas del terrorismo, se escucharon los testimonios de Lorenza Ferrari, madre de Laura, una estudiante de 18 años que murió por la explosión de un coche bomba de Montoneros en 1975; seguido del de Graciela Saraspe, hija de Héctor, encargado de un bar en Santa Lucía, Tucumán, asesinado por el ERP, en 1974, cuando se opuso a la toma de su pueblo por las fuerzas insurgentes.

El último testimonio provino de Arturo Larrabure, hijo de Argentino del Valle Larrabure, ingeniero químico y subdirector de la Fábrica Militar de Explosivos de Villa María, en Córdoba, durante la década del 70.

El militar fue secuestrado por el ERP el 19 de agosto de 1975, cuando los soldados erpianos tomaron control de la fábrica. Los terroristas querían que Larrabure les fabrique bombas para ellos, pero el entonces mayor del Ejército se negó rotundamente a cualquier tipo de colaboración.

Estuvo 374 días en un calabozo del ERP, donde todos los días lo torturaban y lo intentaban forzar a que fabrique explosivos para las fuerzas revolucionarias. El hombre de fe inquebrantable les dijo que no, día tras día, hasta que fue ahorcado.

Según los testimonios de los propios terroristas, Larrabure rezaba todas las noches y se mantuvo implacable ante la ferocidad de sus captores. Incluso, cuando lo mataron, se fue cantando el Himno Argentino y rezando.

El obispo castrense Santiago Olivera pidió recientemente que sea canonizado, a partir de una carta que sus hijos hicieron pública. En ella, el día antes de ser asesinado, le pide a su familia que no tengan odio ni resentimiento en el corazón, y que a pesar de la injusticia, no busquen venganza contra sus asesinos.

“Por lo pronto pido su beatificación porque encarnó una clave del Evangelio, que es amar a todos: amar a los que nos hacen mal, amar a los enemigos. Plasmar el Evangelio en una entrega hasta el extremo. Un militar se prepara para la defensa de la Patria y la custodia de los hombres que habitan en ese suelo hasta dar la vida. Y en este caso, como Jesús que fue crucificado e invitaba a Dios a que perdone a sus asesinos porque no sabían lo que hacían, el coronel Larrabure pudo perdonar y pedir que no quede odio ni resentimiento en el corazón de su familia y su gente“, explicó en su carta el obispo Santiago Olivera.

Es un modelo de hombre que frente a tanto dolor e injusticia y con todo que estaba sufriendo, solo pide que los perdonen. No invitó al odio ni a la venganza, sino al perdón y la aceptación de la voluntad de Dios”, concluyó.

Es importante volver a destacar que los tres actos terroristas que fueron recordados en el homenaje tuvieron lugar antes del golpe de Estado del Proceso, durante el gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón, en plena democracia argentina.

Además de civiles, policías y militares que fueron asesinados por grupos subversivos, otras víctimas perdieron miembros por detonación de bombas caseras, o fueron secuestrados y torturados para liberarlos a cambio de enormes sumas de dinero.

Después de casi cuatro décadas, muchos de los guerrilleros están en libertad y nunca han pagado por sus crímenes, y las víctimas nunca tuvieron justicia. A diferencia del terrorismo de Estado que tuvo juicios y desembocó en múltiples jefes militares terminando presos, prácticamente ningún terrorista de ERP o Montoneros está actualmente preso.

Las protestas de la izquierda

Antes del eventos, grupos afiliados al Frente de Izquierda; el el Partido Obrero, el MSTLibres del Sur, la Izquierda Socialista y la agrupación Liberación Popular, intentaron atacar a los que iban llegando al acto y evitar que se lleve a cabo.

La Policía de la Ciudad valló las inmediaciones de la Legislatura porteña, y los manifestantes comunistas, que reivindican a los terroristas que mataron niñas, padres, abuelos y gente inocente en general, para evitar la violencia de estos grupos, que no querían permitir que sus familiares puedan honrarlos en paz.

El revanchismo de estos seres humanos deplorables llegó a tal punto que se pusieron a cantar en contra de los familiares, diciendo que los iban a matar, y que “a donde vayan los iremos a buscar”.

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