Fuente: Panam Post

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfrenta a partir de ahora a una investigación que podría terminar en un juicio político por los negocios en el extranjero de su hijo Hunter Biden. Esta decisión del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, activa una serie de recursos y distintos comités para poder acceder a registros bancarios y otros documentos del mandatario y su familia.

Mientras la Casa Blanca tilda de “extremista” el anuncio, desde el Congreso se abren una serie de posibilidades de lo que puede pasar de ahora en adelante con un presidente que optará por la reelección en 2024 con su popularidad en picada. Y este nuevo proceso que podría llevarlo a un impeachment no suma a sus aspiraciones electorales.

El presidente del Comité de Vigilancia de la Cámara de Representantes, James Comer, trabajará junto con los presidentes del Comité Judicial, Jim Jordan; y del Comité de Medios y Arbitrios, Jason Smith. Hay una particularidad en esta investigación contra Biden. Para comenzarla, el líder de los republicanos en la Cámara baja no optó por la votación en la instancia, sino que la inició por decisión propia. Aunque surgen algunos cuestionamientos por este motivo, en términos reales el problema mayor recae sobre los hombros del mandatario estadounidense.

Los votos de ambas cámaras

Luego de una etapa de investigaciones, la Cámara baja deberá votar si presenta cargos contra Joe Biden. Posteriormente será el Senado el que decidirá si comienza el juicio político. Como resultado, el mandatario tendría que rendir cuentas a la Cámara alta así como los demócratas decidieron hacerlo contra el expresidente Donald Trump en dos ocasiones, 2019 y 2021. Este salió absuelto de ambos procesos.

Respecto a los votos, es posible que el impeachment avance en la Cámara de Representantes, ya que los republicanos tienen 222 escaños de 435 y solo se requiere mayoría simple en la Cámara baja. Sin embargo, en el Senado las cosas se complican, puesto que si bien los conservadores cuentan con 49 curules frente a 48 de los demócratas, hay tres senadores progresistas que se identifican como independientes y podrían inclinar la balanza a favor del partido oficialista, pero en este caso se requiere una mayoría calificada de dos tercios.

La investigación apenas inicia. Y así como la revelación del New York Post hizo tambalear el tablero de la política estadounidense en 2020 —por más que haya sido silenciada por antiguos directivos de redes sociales—, lo que salga a la luz también podría aumentar el ruido en torno a los numerosos escándalos que involucran a Hunter Biden. Negocios con empresas extranjeras usando presuntamente la influencia de su padre cuando era vicepresidente de Barack Obama, adicción a la drogas y supuesta evasión fiscal, engrosan un expediente que ensombrece la candidatura a la reelección de su padre, un presidente que acumula desaciertos y episodios peculiares que ponen en duda sus capacidades para gobernar.

Registro de transacciones bancarias

Según datos de Kevin McCarthy, solo el Departamento del Tesoro “tiene más de 150 transacciones que involcuran a la familia Biden y a otros socios en negocios que fueron marcados como actividad sospechosa por los bancos estadounidenses”. El objetivo será reunir todos los hechos y obtener respuestas respecto a la acusaciones de “abuso de poder, obstrucción y corrupción”, como las mencionó el congresista.

En medio de todo también surgen algunas opiniones más cautelosas en relación con la investigación contra Joe Biden. Una de estas pertenece a Will Hurd, exmiembro de la Cámara baja. A su juicio, “los republicanos podrían potencialmente hacer lo que hicieron los demócratas y, en última instancia, solidificar la base de Joe Biden”. Hurd es uno de los candidatos a las primarias republicanas y no ha ocultado que es crítico del expresidente Trump.

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