Fuente: Voz Ibérica

La Unión Europea prohibirá a los fabricantes de automóviles la venta de coches nuevos que no sean 100 % cero emisiones a partir de 2035. Esto ha hecho que una empresa alemana haya llevado al estamento continental a los tribunales por considerarlo una medida ilícita.

Aunque la prohibición de venta de coches nuevos dotados de motor de combustión lleva meses aprobada, la medida aún trae cola, tanto en el fondo como en los detalles.

De hecho, hace pocos días te contábamos que la teórica salvedad de los e-fuels no lo es tanto porque en la práctica solicita cumplir con unos requisitos imposibles.

Y mientras Alemania sigue trabajando en la sombra para ganar apoyos en la Comisión Europea y suavizar una prohibición que amenaza con dañar gravemente la industria automotriz continental, que está liderada por las marcas germanas, Lühmann Gruppe ha interpuesto una demanda.

Imponer el coche eléctrico es ideología, no necesidad

La mencionada empresa alemana está especializada en combustibles sintéticos, que según la Unión Europea podrán utilizarse para vender coches nuevos de combustión siempre y cuando estos certifiquen unas emisiones de carbono 100 % neutras durante todo su ciclo de vida.

Algo que, en opinión de Ralf Diemer, director general del grupo industrial eFuel Alliance, «es casi imposible» y propicia que, en la práctica, la única posibilidad de vender un coche nuevo a partir de 2035 en Europa sea que este sea 100 % cero emisiones. Es decir, eléctrico, bien a través de batería, energía solar o pila de combustible.

Todo ello lleva a Lorenz Keine, director de Lühmann Gruppe a considerar que la imposición de la Unión Europea se basa en «ideología, no en los hechos». Algo que justifica la demanda judicial interpuesta contra dicho organismo ante los tribunales.

Los e-fuels, con poco futuro

Lo cierto es que, si bien existen varias empresas tecnológicas y fabricantes automotrices que apuestan por los combustibles sintéticos o e-fuels, su futuro no parece demasiado halagüeño a consecuencia de los altos costes asociados a su fabricación y uso.

Ninguno de los cinco principales fabricantes europeos (BMW, Mercedes-Benz, Renault, Stellantis y Volkswagen) tiene planes de desarrollar vehículos completamente impulsados por este tipo de carburantes. Por lo tanto, es probable que esta tecnología se limite a marcas de nicho, como Ferrari o Porsche.

El ministro de Transporte de Alemania, Volker Wissing, tenía la esperanza de anunciar un importante acuerdo durante el evento IAA Mobility en Munich, con el objetivo de establecer una hoja de ruta realista y viable para los e-fuels. Sin embargo, finalmente no pudo hacerlo, ya que sólo recibió el respaldo de Japón, Marruecos y la República Checa.

Wissing aboga por mantener una neutralidad tecnológica para no depender exclusivamente de la electrificación. Su objetivo era persuadir a más países a construir instalaciones para la producción de combustibles sintéticos.

El e-fuel es caro y no totalmente verde, según los especialistas y fabricantes.

El acuerdo fallido también buscaba «mejorar las oportunidades de política industrial para los países del sur, ya que la producción a gran escala se beneficiaría de condiciones especialmente favorables en regiones donde los costes de producción de energía eólica y solar son bajos».

Sin embargo, esta propuesta no logró atraer a las regiones del sur, como España, que está emergiendo como uno de los principales centros de fabricación de vehículos eléctricos en Europa.

La demanda presentada por Lühmann Gruppe no es la primera de este tipo, ya que Polonia anunció que haría lo mismo el pasado mes de junio.

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