Fuente: Informe Orwell
Un inquietante operativo policial ha sumido al Poder Judicial de Nicaragua en una situación de crisis, al desalojar de su despacho a la presidenta, Alba Luz Ramos, y a la magistrada Yadira Centeno González, al tiempo que destituye y, en algunos casos, detiene a figuras claves de esta institución estatal.
El régimen liderado por Daniel Ortega ha optado por mantener silencio oficial en lo que respecta a esta sorprendente intervención policial que se puso en marcha el 21 de octubre.
Un comunicado interno que circuló en la Corte Suprema de Justicia ha anunciado la suspensión de actividades por dos días y menciona al magistrado Marvin Aguilar como «presidente en funciones», quien ocupa actualmente el cargo de vicepresidente de este órgano estatal.
De acuerdo con reportes provenientes de fuentes cercanas a la Corte, varias unidades policiales ingresaron a los edificios de la institución en días separados para desalojar a las magistradas Ramos y Centeno de sus oficinas, enviándolas posteriormente a sus respectivas residencias. Aunque la magistrada Centeno regresó a su oficina poco después, la presidenta de la Corte, Alba Luz Ramos, permanece en su domicilio bajo la vigilancia constante de patrullas de la Policía.
La creciente influencia de Rosario Murillo en el control de todos los poderes del Estado se ha manifestado en la serie de purgas que se han producido desde octubre del año pasado, cuando dos influyentes funcionarios de la Corte Suprema de Justicia fueron detenidos: el vocero, Roberto Larios Meléndez, y la magistrada Ileana Pérez López. La magistrada Pérez renunció poco después de ser llevada a prisión en El Chipote, mientras que Larios fue condenado por «traición a la patria» y expulsado a los Estados Unidos en febrero pasado.
De acuerdo con una fuente cercana a la Corte, Murillo está asumiendo el control del Poder Judicial de manera similar a como lo hace con otras dependencias y ministerios, como el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde redacta y aprueba las notas oficiales e incluso los discursos del canciller Denis Moncada.
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