Oriana Rivas – Panam Post

Las prioridades de la Administración Biden para el próximo año fiscal lucen desfasadas de la realidad. Hasta el alcalde demócrata de Nueva York, Eric Adams, se vio obligado a hacer recortes en el presupuesto de la ciudad como consecuencia de la inmigración ilegal. Sin embargo, el Departamento de Defensa de EE. UU. está pidiendo 114 millones de dólares para el año fiscal 2024 con el fin de destinarlos a su agenda de “Diversidad, Equidad, Inclusión y Accesibilidad” (DEIA, por sus siglas en inglés), de acuerdo con Daily Wire. Esto no hace más que avivar las críticas contra el Gobierno federal por enfocarse en imprimir la ideología woke en las filas de las Fuerzas Armadas.

El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes no tardó en responder. Hace poco más de un mes desde el Pentágono se manejaba la posibilidad de recortar 3000 puestos en las fuerzas de operaciones especiales debido a la enorme crisis de reclutamiento en los distintos componentes. Desde entonces, no ha habido más novedades. Que ahora se pidan más recursos para un área que no es prioridad, causa molestias en el Congreso. “El enfoque del gobierno de Biden en el progresismo por encima de la guerra, continúa exacerbando la crisis de reclutamiento militar y pone en duda nuestro nivel de preparación militar”.

¿Soldados o militantes?

“¿Joe Biden quiere que el ejército sea una fuerza de combate letal o un espectáculo de payasos?”, la pregunta la hace la representante republicana Marjorie Taylor Greene y se suma a muchos otros cuestionamientos que pesan sobre la presidencia de Joe Biden. Cuando trascendió aquella campaña que mostraba marchas progresistas y resaltaba preferencias sexuales para captar reclutas, los primeros comentarios alertaron sobre las consecuencias de romantizar el ejército estadounidense mientras que Rusia y China se dedican a fortalecer su arsenal bélico.

Las cosas tampoco mejoraron cuando se supo que la prueba conocida como Army Combat Fitness Test (ACFT) rebajó sus estándares para hacerla más “inclusiva”. Y para junio pasado, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, tuvo que ordenar la cancelación de un show drag “familiar” que se iba a realizar en una base aérea en Nevada.

El Pentágono ha aumentado sus gastos en la agenda woke en los últimos tres años. De 68 millones de dólares en el año fiscal 2022, pasó a 86,5 millones de dólares en el año fiscal 2023. La cifra aumentó otros 28,2 millones de dólares hasta llegar a 114,7 millones en la solicitud inicial del Departamento de Defensa para el año fiscal 2024.

Diccionario woke en el ejército

Apartando la solicitud de recursos del Pentágono para reforzar su agenda woke, hay otro tema no menos importante relacionado con la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), adscrita también al Departamento de Defensa: se puso en marcha una investigación por la existencia de un glosario de términos sobre la teoría crítica de la raza y la ideología de género para adoctrinar al personal.

El texto de 34 páginas menciona calificativos como “europeos blancos”, “colonialismo de colonos”, “teoría queer” , “fragilidad blanca” y “transmisoginia”. Esto demuestra cómo el progresismo se infiltra en lo más profundo de las instituciones estadounidenses.

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