Por EDUARDO TZOMPA – The Epoch Times en español

La nueva derecha es un movimiento que busca colocar a Dios en el centro de la política con base en los valores cristianos de Occidente, según comentó el Doctor Raúl Tortolero, autor del libro “Nueva Derecha: el retorno de Dios a la cultura, ante el supremacismo progresista”.

Raúl Tortolero es un escritor, conferencista, Dr. en Derechos Humanos y Mtro. en Filosofía, Cultura y Religión. También fue reconocido con el Premio Nacional de Periodismo en 2007 otorgado por la Organización de Naciones Unidas y es autor de “La Contrarrevolución Cultural frente al Marxismo Posmoderno”.

En entrevista con The Epoch Times México, Tortolero explicó que la diferencia entre el movimiento de la nueva derecha y la vieja derecha radica en la parte espiritual.

“Nosotros somos patriotas en la nueva derecha, no somos globalistas. Ponemos a Dios al centro de nuestras vidas, eso es lo más importante. Es un movimiento no solamente político y no solamente electoral. Obviamente es un movimiento también religioso y cultural”, dijo Tortolero, agregando que se compone de “gente que quiere defender los valores cristianos, y esto se da en todo Occidente”.

Tortolero puso como ejemplo el caso del movimiento “Make America Great Again” (Hacer América Grande de Nuevo) del expresidente Donald Trump, donde la gente expresa abiertamente su fe en los mítines de campaña.

“Y si tú vas a un rally, a un evento, mitin, de Donald Trump, tú ves que la gente está haciendo oración, que la gente está rezando el rosario, que la gente tiene expresiones religiosas muy fuertes, tanto del lado católico como del lado evangélico; básicamente esas dos ramas del cristianismo”, reflexionó Tortolero.

“Se trata de que volvamos a poner a Dios en el centro de todas nuestras actividades. Por supuesto, en la política, en la familia, en las escuelas, en la educación, en todo”, agregó.

El también fundador de la organización “Ejército Cristero Internacional”, consideró que esta nueva derecha pone en el centro la parte espiritual porque “el ser humano está hecho para su trascendencia” en este aspecto.

“Solo así podemos construir una sociedad de gente realmente plena, realmente libre, porque solo con la verdad [se] puede ser libre”, destacó Tortolero.

El autor dijo que la vieja derecha, que solo pone énfasis en lo económico y liberal, ha fracasado en una serie de países como en Estados Unidos, México, Argentina, Chile, entre otros.

“Una derecha hasta corrupta, diría, que no tiene nada que ver con la religión, nada que ver con los valores. Sin embargo, sí, ponía el acento en los estándares económicos, lo cual es un error”, expresó, agregando que, debido a eso, para su movimiento es necesario “afianzarnos en los valores para que no haya estos retrocesos”.

Para Tortolero, China es el “principal ganador de esta descomposición de los valores“, ya que la degradación de Occidente y de sus valores tradicionales beneficia al Partido Comunista Chino en sus objetivos para lograr una hegemonía global.  

“Tenemos toda esta cuestión de degradación moral y de tener a tu enemigo confundido. (…) Voy a usar esta metáfora del software. Creas un software ideológico. No lo crean los chinos, pero sí se ven beneficiados de esto, por supuesto. Creas un software que es este supremacismo progresista, y entonces pones a pelear a las mujeres contra los hombres. Ahí ya dividiste la sociedad en dos”, reflexionó el autor.

También señaló que esta ideología, basada en la lucha, polariza a la sociedad de modo que la mantiene dividida en diferentes aspectos que sirven a los intereses del régimen chino.

Continuando con la metáfora, profundizó, “es como un software para poner a pelear a las mujeres contra los hombres, con el feminismo. Luego un software para poner a pelear a los negros contra los blancos. (…) Ponen también a pelear a los ecologistas contra los dueños de los medios de producción que supuestamente contaminan, o contra el capitalismo.  Entonces creas una súper división, tienes a la sociedad peleando todo el tiempo contra sí misma. Eso geopolíticamente le conviene a China, porque es más fácil conquistar a Occidente en todos los sentidos”.

China es un gran ejemplo de lo que le puede ocurrir a Occidente, expone Tortolero, ya que el gigante asiático vio la destrucción de su cultura milenaria ancestral cuando el Partido Comunista llego al poder y operó la Revolución Cultural que dejó cerca de 20 millones de muertos.

“¿Por qué en China peleaban [para] que no hubiera ninguna religión? Todas las religiones eran un engaño, eran un cuento, eran el opio del pueblo, parafraseando a Marx, al marxismo. Había que acabar con todo esto, también contra los derechistas, contra los conservadores, contra los adinerados, etcétera”, dijo el autor, explicando que este movimiento era operado por los guardias rojos, jóvenes que podían ser más fieles a Mao Tse-Tung que a su propia familia: “Si tenían que matar a sus papás, a sus hermanos o a sus parientes, los mataban; los golpeaban o los metían presos cuando eran contrarios al dictador”.

El autor también destacó que el Partido Comunista Chino continúa reprimiendo a su pueblo, persiguiendo a sus creyentes espirituales, como es el caso de la disciplina espiritual Falun Gong, la cual promueve valores ancestrales y es perseguida en China al grado de querer exterminarla.

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