Fuente: Minghui.org
Un viejo dicho dice que “en la necesidad se conoce al amigo de verdad”. Durante la turbulenta Era de los Tres Reinos (una división tripartita de China entre los estados de Wei, Shu y Wu, 220-280 d. C.), se reveló el profundo significado de la benevolencia y la rectitud (Renyi en chino).
La manifestación de Renyi se destacó especialmente en Liu Bei, un jefe militar de la última dinastía Han oriental que fue el fundador y el primer gobernante del Estado de Shu.
Mientras los jefes militares luchaban por el territorio, uno de ellos, Tao Qian de Xuzhou, ofreció su tierra a Liu tres veces y Liu lo rechazó cada vez. Cuando Tao se enfermó mucho, señaló a su corazón antes de morir para declarar su determinación de que Liu se apoderara de su tierra. Después de que Tao fue enterrado, sus soldados visitaron Liu para transmitir la voluntad de Tao, pero Liu se negó. Solo cuando los civiles de Xuzhou visitaron a Liu al día siguiente, llorando y rogándole, Liu aceptó asumir la responsabilidad de dirigirlos.
Cao Cao, el jefe militar más poderoso, invadió a Liu en Fancheng con incontables soldados, y la vida de Liu estaba en peligro inmediato. Zhuge Kongming, consejero militar de Liu, le dijo que abandonara rápidamente Fancheng y se dirigiera al sur, temporalmente, hacia Xiangyang.
Liu no podía soportar abandonar a su gente. “Me han seguido durante tanto tiempo”, dijo. Zhuge le dijo que anunciara el plan de escape y que: “Los que quieran seguirte pueden ir contigo, y los que no, pueden quedarse”. Cuando se le dio la opción a su pueblo, no hubo un segundo pensamiento, ya que todo el mundo eligió seguir a Liu “incluso si eso significa la muerte”.
Hombres y mujeres, viejos y jóvenes, siguieron a Liu y a su ejército hacia el sur. Cuando cruzaban el río Hanshui, la gente lloraba porque no estaban seguros de que ellos o sus seres queridos pudieran cruzar a tiempo antes de que llegara el ejército de Cao.
Cuando Liu vio el sufrimiento de su pueblo, no pudo evitar llorar: “Mi pueblo sufrió mucho por mi culpa. ¡No tengo una razón para vivir!”. Sus hombres tuvieron que contenerlo con extrema fuerza para evitar que se suicidara. Cuando aterrizó al otro lado del río, ordenó a su general que utilizara rápidamente su barco para traer a todos. Liu se negó a subir a su caballo hasta que se aseguró de que todos habían cruzado a salvo.
Nadie arrastraría a las familias y a los civiles cuando se mueve un ejército, y mucho menos cuando hay un enemigo temible detrás. Para la mayoría de las personas que se enfrentan a una situación tan grave, es “sálvese quien pueda”. Pocos tienen el gran Renyi y el corazón de Liu, que solo pensaba en su pueblo.
Cuando Liu y su gente finalmente llegaron fuera de Xiangyang, su sobrino se negó a abrir la puerta y ordenó un ataque contra Liu. Un hombre llamado Wei Yan desde dentro mató al portero y abrió la puerta para Liu. Wei quería que Liu y sus soldados entraran en Xiangyang para que pudieran ayudarle a “matar al traidor” (sobrino de Liu).
Cuando el general de Liu, Zhang Fei, estaba a punto de atacar la ciudad, Liu se detuvo y le dijo “no aterrorizemos a la gente”. Cuando Liu vio que los soldados de la ciudad habían lanzado una batalla, se arrepintió profundamente. “Tenía la intención de liberarlos, pero ahora soy yo quien los pone en problemas. ¡Prefiero no entrar en Xiangyang!”. Luego se dirigió hacia el sur con su gente.
Con el ejército de Cao respirando sobre su cuello, Liu abandonó el refugio seguro por el bien de la gente que estaba dentro. Solo una persona con Renyi tomaría tal decisión. Y fue precisamente gracias a la capacidad de Liu para renunciar que Cao se apoderó de Xiangyang sin derramar ni una gota de sangre.
Los 100.000 soldados de Liu, que acompañaban a los civiles y a los carros que transportaban numerosas posesiones, solo podían viajar hasta cierto punto cada día. Viendo que el ejército de Cao se acercaba rápidamente, los generales de Liu sugirieron: “Es mejor irse sin la gente por ahora”. Llorando, Liu se negó: “El que puede lograr grandes cosas debe preocuparse mucho por su pueblo. Eligieron seguirme en el peligro, ¿cómo puedo abandonarlos?”.
El ejército de Cao finalmente alcanzó a Liu y comenzó una sangrienta matanza. La esposa de Liu, la Sra. Mi, se suicidó para que Zhao Yun, un valiente general que luchó solo contra cientos de miles de soldados de Cao, pudiera salvar efectivamente a su hijo. Tanto Zhao como Zhang Fei, otro general, libraron la batalla hasta con su última onza de fuerza para salvar a la familia de Liu. ¡Qué leales y rectos!
El Renyi de Liu también se manifestó en su confianza absoluta para con sus amigos hermanos. Después de la batalla con Cao, Liu, Guan Yu y Zhang Fei quedaron separados. Liu huyó a Qingzhou y permaneció bajo el ala de Yuan Shao. Guan fue capturado por Cao. Más tarde Cao luchó contra Yuan. Cuando Liu vio a Guan en el ejército de Cao, agradeció al cielo y a la tierra, “¡Gracias al Señor, hermano mío, estás aquí!”. No había ni una pizca de duda en la mente de Liu de que Guan podría haberle traicionado. ¿Cuántos hombres podrían no tener dudas en esta situación?
Cuando Liu invitó al sabio Zhuge para que fuera su consejero militar, no consiguió una audiencia con Zhuge en sus dos primeras visitas a la cabaña. Liu estaba en una situación difícil, pero no tenía ninguna queja en su corazón. Esperó hasta la primavera siguiente y eligió un día propicio para visitar Zhuge de nuevo. Antes de ese día ayunó durante tres días, se bañó y se cambió de ropa antes de ir a la cabaña de Zhuge por tercera vez. Su sinceridad y respeto por un sabio conmovió a Zhuge, quien aceptó convertirse en su asesor.