Fuente: La Derecha Diario
La dictadura comunista presidida por Miguel Díaz-Canel no logra contener el nuevo colapso del modelo socialista, el más grande que se haya visto desde el “período especial” transcurrido durante la década de 1990 que sucedió a la caída de la Unión Soviética.
El régimen inyectó una masiva cantidad de pesos en circulación para poder financiar el rojo fiscal (sin acceso a otras fuentes alternativas de financiamiento), y el estricto control de precios se hace cada vez más insostenible. La represión financiera imperante arroja válvulas de escape a lo largo y ancho del país, por lo que la dictadura se ve obligada a sincerar paulatinamente ciertos precios.
Díaz-Canel anunció un aumento superior al 500% sobre los combustibles en toda la isla, en un intento por contener las largas filas en las estaciones de servicio. La nafta regular subirá un 528%, mientras que la nafta especial tendrá una suba del 520% respectivamente. El nuevo esquema de precios entrará en vigencia a partir del 1° de febrero.
Asimismo, el régimen confirmó una suba generalizada del 25% sobre las tarifas de electricidad residencial y comercial a partir del mes de marzo, con el objetivo de contener los masivos apagones que azotan al país desde hace décadas, pero con una frecuencia cada vez mayor.
El impacto del sobrante monetario (un fenómeno típico de las economías socialistas) también afectó gravemente al comercio minorista. Como los precios oficiales no se ajustan debidamente, el desabastecimiento de bienes básicos es una realidad cotidiana para cualquier ciudadano común.
El régimen comunista anunció una serie de atrasos para la entrega de las nuevas libretas de racionamiento, las cuales denotarán el rumbo a seguir en 2024. Esto se debe fundamentalmente a que las cláusulas de las libretas anteriores (las que corresponden a 2023) no podían garantizar el abastecimiento en las tiendas del Estado.