Oriana Rivas – Panam Post

En medio de un escenario geopolítico convulso marcado por las guerras en Ucrania, en Gaza y por las próximas elecciones primarias en Estados Unidos, en Taiwán también se aproxima el día de elegir a su próximo presidente. Visto desde una balanza, el resultado electoral de la isla determinará la política exterior de China y en general, de las principales potencias de Occidente por el peso que tiene el país insular dentro del equilibrio de poder mundial.

Si bien no hay reconocimiento oficial de Taiwán como país independiente por parte de Washington, éste lo apoya en términos de defensa, para evitar alteraciones en el status quo. Por eso es que las amenazas del Partido Comunista Chino (PCCh) que emitieron por estas horas encienden las alertas. En relación con todo lo que ocurre, un funcionario de Xi Jinping viajó hasta suelo estadounidense para reunirse con el asesor adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos, Jonathan Finer.

Liu Jianchao, jefe de enlace internacional del PCCh, lanzó la siguiente frase en medio del gesto diplomático: “Al haber colaborado durante tanto tiempo, tanto China como Estados Unidos conocen muy bien los intereses fundamentales de cada uno y las líneas rojas”, expresó Liu. Acto seguido, advirtió que para China “la cuestión de Taiwán está en el centro mismo de sus intereses fundamentales. Es la línea roja que nunca se debe cruzar”. Sumado a eso, más globos y aviones de guerra chinos vuelan cerca de la isla.

Aviones chinos rodean Taiwán

Taiwán detectó en sus alrededores un total de 15 aviones de guerra chinos en la noche del 10 de enero, según un reporte del Ministerio de Defensa, lo que marca un récord en lo que va de año. Además vieron cuatro buques y tres globos similares a los que están rondando desde principios de diciembre pasado. El objetivo es claro: intimidar a los votantes del país insular el próximo 13 de enero.

En los primeros once días de este año, 24 globos cruzaron la línea divisoria entre China y Taiwán y once de ellos pasaron por encima de la isla, de acuerdo con la agencia EFE. Por ende y aunque con cierto disimulo, desde Pekín están ejecutando mecanismos de presión para evitar tener que lidiar con un próximo presidente que tenga una postura pro Occidente, en este caso, con William Lai, del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP).

El comunismo chino dice que la disputa con Taiwán es un asunto interno, y eso sirve de excusa para que la portavoz del Ministerio de Exteriores Mao Ning lanzara otra amenaza a EE. UU. de “abstenerse de intervenir” en las elecciones de “cualquier forma”, de cara a evitar causar “graves daños” a las relaciones bilaterales. Si las relaciones con el gobierno de Joe Biden estaban tensas, ahora lo están mucho más.

Estrategia del Pentágono revelada

Parece que en el medio de estos idas y vueltas diplomáticos rumbo a las elecciones en Taiwán, la Administración Biden trata de prepararse para un eventual conflicto. Evidencia de ello es que salió a la luz una estrategia del Pentágono proyectada sobre el Indopacífico para los próximos tres a cinco años que establece el “aumento de la capacidad de producción y fortaleciendo nuestras cadenas de suministro”.

Quiere decir que cerrará filas defensivas y de producción con la OTAN, la alianza entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos, conocida como AUKUS, e incluso el Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania. Según el texto, “incorporar aliados y socios a una cadena de producción más conectada permitiría la expansión de la producción, capacidad adicional para un período más largo e incentivos entre socios regionales para cooperar en la resistencia a la coerción de los adversarios”.

El Departamento de Defensa no deja de lado al oportunidad de mencionar que está “profundamente preocupado” por el dominio de China en mercados clave, por lo que refuerza las preocupaciones de que 2024 sea el año que marque el inicio de otra guerra.

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