Recientemente, la encuestadora Gallup de Estados Unidos ha publicado datos sobre la tendencia a nivel mundial en relación a la brecha ideológica entre hombres y mujeres jóvenes. En ese sentido, los datos indican que los hombres jóvenes son cada vez más conservadores y las mujeres jóvenes cada vez más progresistas, en distinto grado e intensidad.
En periodista John Burn-Murdoch en el Financial Times publicó un análisis acerca de estos datos. Según él, la Generación Z, que abarca a los jóvenes menores de 30 años, emerge como una población dividida en términos de sus posturas políticas y sociales. En ese mismo sentido, Alice Evans, investigadora visitante de la Universidad de Stanford que se ha dedicado a estudiar el tema, identifica una brecha ideológica creciente entre ambos sexos, con las mujeres jóvenes adoptando posiciones notoriamente más progresistas en comparación con sus contrapartes masculinas.
Los datos muestran que las mujeres jóvenes son ahora hasta 30% más propensas a abrazar visiones progresistas en Estados Unidos, un fenómeno que ha surgido en tan solo seis años con el avance del feminismo radical. El movimiento #MeToo en redes sociales que se inició en 2017, ha sido identificado como un catalizador crucial de este cambio. Casi en paralelo en Argentina, el movimiento #Niunamenos provocó algo similar, despertando un sentimiento de división, lucha y empoderamiento de las mujeres contra los hombres en buena parte de la población femenina joven.
Situaciones similares se observan en Alemania y el Reino Unido, donde la brecha ideológica entre hombres y mujeres jóvenes alcanza los 30 y 25 puntos respectivamente.
En países no occidentales, la división se hace aún más evidente, con casos destacados en Corea del Sur, China y Túnez.
Según Burn-Murdoch, este desplazamiento hacia posiciones más progresistas entre las mujeres jóvenes ha provocado una contrarreacción entre los hombres jóvenes, quienes están optando cada vez más por posiciones conservadoras. Este realineamiento se refleja en posturas sobre temas como inmigración y justicia racial, donde las mujeres jóvenes adoptan posturas más izquierdistas en comparación con sus contrapartes masculinas.
Este fenómeno plantea desafíos significativos para la cohesión social y el tejido cultural. En Corea del Sur, la polarización ideológica ha fragmentado la sociedad, afectando incluso indicadores demográficos como la tasa de matrimonios y la natalidad. Además, la influencia de las redes sociales y los teléfonos inteligentes ha contribuido a la segregación de opiniones entre hombres y mujeres jóvenes, alimentando aún más esta divergencia ideológica.
Es importante reconocer que estas tendencias no son meramente pasajeras, sino que tienen raíces profundas en las experiencias políticas formativas de cada generación. La brecha ideológica entre los jóvenes entonces plantea un gran desafío para las sociedades modernas, que deberá ser abordado promoviendo el diálogo constructivo y sin odio entre hombres y mujeres, recuperando los valores tradicionales y el respeto perdidos y fomentando un entendimiento mutuo para mitigar las divisiones y promover la integración social en el futuro.