Fuente: LPO

El Consejo Nacional Electoral (CNE) controlado por el chavismo convocó las elecciones para el 28 de julio. La oposición está dividida y proscripta.

Venezuela tiene fecha para las elecciones presidenciales. El Consejo Nacional Electoral confirmó que serán el 28 de julio luego de semanas de especulaciones que giraban en torno a diciembre de este año. 

Lo cierto es que el gobierno de Nicolás Maduro decidió adelantar los comicios para aprovechar la enorme dispersión opositora y evitar que el proceso electoral se desarrolle luego de las elecciones en Estados Unidos. 

Maduro no confirmó la candidatura pero todo indica que será el postulante del oficialismo para continuar por 5 años más en el poder tras 10 años en el Palacio de Miraflores y en un régimen que tiene decidido encaminarse a los 30 años de hegemonía. 

Por el lado de la oposición, la principal candidata María Corina Machado fue inhabilitada por 15 años y el Tribunal Supremo de Justicia anuló la primaria del 22 de octubre que la eligió como la postulante de la oposición en un proceso electoral del que participaron 2,4 millones de personas.  

En la misma situación está Henrique Capriles que renunció a la primaria y la negociación con el gobierno no le permitió el levantamiento de la proscripción. 

El factor Estados Unidos también es importante. Maduro necesita realizar los comicios antes de una eventual victoria de Donald Trump que dé un giro de 180 grados a la relación con Venezuela. 

Cabe destacar que la Administración Demócrata viene llevando a adelante una paulatina normalización de relaciones basada en la inserción de Venezuela como jugador en el mercado energético en el marco de la guerra en Ucrania y un lento levantamiento de las sanciones económicas que pesan sobre Caracas. 

A diferencia de la experiencia trumpista que apostó todo a alinear la región bajo el liderazgo de Juan Guaidó, Biden le soltó la mano a la oposición y jugó un pleno en la buena voluntad de Maduro para implementar un fair play electoral que al día de hoy no está garantizado. 

El escenario regional es parcialmente favorable para Maduro, como forjó una estrecha relación con Lula y si se produce la vuelta del Frente Amplio en Uruguay, dejaría solo a Javier Milei como el principal detractor del cono sur, ya que, Santiago Peña en Paraguay está normalizando el vínculo.

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