Fuente: Voz Media
Sexualización de menores, racismo, acoso, incitación al consumo de drogas y alcohol… Todas las sospechas sobre la industria televisiva infantil se han confirmado. Todos estos delitos que desde hace años sobrevuelan las oficinas de Nickelodeon y Disney Channel han salido a la luz. Y esta vez con nombres propios.
¿Qué sucedió en el rodaje de ficciones tan icónicas como iCarly, All That o Zoey 101? Ahora lo sabemos. Ya no son rumores, son hechos. Desde el embarazo de Jamie Lynn Spears (protagonista de Zoey 101 y hermana de Britney Spears) hasta la sonada ausencia de Jennette McCurdy (Sam Puckett en iCarly y en Sam & Cat) en los Kid’s Choice Awards de 2014 en el que se homenajeaba al creador de ambas ficciones, Dan Schneider, pasando por problemas alimenticios ya no sólo de las estrellas de Nickelodeon, sino también de las de las series que emitía Disney Channel, todo eran teorías sobre lo terrible que era la industria con los más jóvenes. Hasta ahora.
La verdad ha salido a la luz, al menos en lo que a Nickelodeon se refiere. Lo hizo a través de un documental, Quiet on set: The Dark Side of Kids TV que, emitido por Investigation Discovery y disponible en la plataforma Max desde este martes en Latinoamérica y el viernes en España, arrojó luz sobre lo que realmente sufrieron ya no sólo las jóvenes estrellas, sino todo aquel que trabajaba en el plató de esas series. El acoso laboral y los comportamientos indebidos inician la larga lista de actitudes reprochables. Y todo indica que ambos los cometió la misma persona: Dan Schneider, el creador de Zoey 101, iCarly, Victorious y Sam & Cat, entre otras muchas ficciones.
Los relatos que se cuentan en esos dos primeros episodios ya son preocupantes. Dos mujeres a las que obligan a dividirse el sueldo de un único guionista (por aparente falta de dinero) y que no se enteran de que tienen que compartir su paga no por falta de presupuesto sino por ser mujeres hasta prácticamente la mitad de la primera temporada de la serie All That; el racismo que dijeron sentir varios de los actores de dicha ficción que vieron como sus personajes debían parodiar ser vendedores de drogas o cómo algunas jóvenes actrices de prácticamente todas las series creadas por Schneider eran obligadas a besar a compañeros mucho mayores que ellas o a vestir de forma sexy para atraer las miradas de los espectadores más adultos.
Ropa sexy e incitar a consumir alcohol, algunos de los comportamientos indebidos de Dan Schneider
Situaciones que traumatizaron a estas intérpretes, tal y como confesó una de ellas, Alexa Nikolas. La encargada de interpretar a Nicole en Zoey 101 fue una de las primeras que se atrevió a hablar sobre su experiencia trabajando con Dan Schneider y no dudó en volver a hacerlo durante la emisión de Quiet on set. Allí, volvió a explicar cómo la vistieron de forma sexy y cómo la hicieron interpretar sketches que se podían confundir fácilmente con situaciones sexuales.
Y el vestuario para mí siempre fue muy diferente al de Jamie. El mío era siempre corto… faldas y tops ajustados, incluso fuera del hombro. Dan Schneider vendría para las pruebas de vestuario, yo saldría, y haría el giro. Y luego me sacarían la fotografía en Polaroid y él diría: ‘¿Puedo tener las Polaroids al final?’ Cuando lo recuerdo, es extraño. ¿Por qué le importaba lo que llevaba puesto? Y eligió muchas de las faldas cortas de Nicole.
No sólo eso, también los animaba a consumir alcohol aunque ellos no se sintieran cómodos con ello. Un comportamiento que reflejó Jennette McCurdy en su libro Me alegro de que mi madre haya muerto y donde describe cómo Dan Schneider fue quien le incitó a tomar su primera copa cuando sólo tenía 18 años:
-Vamos, toma un sorbo.
–No, gracias.
-Vamos.
-Nunca he tomado alcohol. Y solo tengo dieciocho años. ¿No podría meterme en problemas?
-Nadie está mirando, Jennetter. Todo va bien.
-No sé.
-Los niños de ‘Victorious’ se emborrachan juntos todo el tiempo. Los niños de ‘iCarly’ son muy sanos. Tenemos que darles un poco de ventaja.
-No sé si beber es lo que da ventaja a una persona.
-Un sorbo.
-De acuerdo.
Todo ello, junto con otras actitudes reprochables provocó que, como relata McCurdy en su escrito más adelante, con el tiempo los directivos de Nickelodeon prohibiesen a Schneider estar en el set de rodaje. En su lugar, le encerraron en una sala anexa donde el productor veía la grabación y donde, explican varios de los trabajadores, seguía aprovechándose de los jóvenes intérpretes que sintieron cómo la industria acababa con ellos. Alexa Nikolas fue una de ellas y relató en el documental de Investigation Discovery cómo le afectó participar en Zoey 101:
Hacia el final de la segunda temporada de ‘Zoey 101’, no era feliz. De hecho, ya no podía aparecer en el set sin llorar. Gran parte de mi autoestima fue profundamente dañada por esa experiencia en el set. Yo como persona estaba alterada de por vida.
Pero eran niños y, según explican muchos de los participantes del documental, temían las consecuencias que podían derivar de exponer a Schneider, razón por la cual decidieron callar y acatar las órdenes que recibían. La situación continuó hasta que, un escándalo en torno al productor ejecutivo, destapó la experiencia tanto de los jóvenes actores como del resto de los trabajadores y provocó que Nickelodeon decidiese prescindir de él en 2019.
La dura experiencia de Drake Bell durante su tiempo en Nickelodeon
No todo el mundo criticó a Dan Schneider en Quiet on set. El productor ejecutivo encontró un inesperado aliado en Drake Bell que protagonizó la parte más dura de todo el documental. Aunque, en su caso, el culpable fue otro: Brian Peck. El actor reveló que él había sido el famoso “joven actor” del que el entrenador de diálogos abusó en 2003 y la razón por la que el pederasta fue arrestado y condenado:
Una mañana todo cambió con Brian. Estaba durmiendo en el sofá donde normalmente dormía. Me desperté con él, abrí los ojos, me desperté y él me estaba agrediendo sexualmente. Me congelé y estaba en completo shock y no tenía idea de qué hacer o cómo reaccionar, y no tenía idea de cómo salir de esta situación. En ese momento, tenía quince años y no sabía qué hacer y ‘se convirtió en un secreto’ porque sabía que si dejaba de ir a la casa de Peck, la gente le haría preguntas. Peck se disculpó mucho y dijo que eso nunca volvería a suceder
Lo verdaderamente preocupante no es sólo el relato, sino que Joe Bell, su padre y manager por aquel entonces, fue el único que detectó la extraña actitud que tenía Peck con los jóvenes intérpretes, ya que los directivos de Nickelodeon no se dieron cuenta de nada. Su preocupación llegó a tal nivel que, explica Joe Bell durante Quiet on set, finalmente se vio obligado a avisar a los altos ejecutivos de la cadena: “Yo les dije: ‘No veo nada anormal, pero simplemente no es así, no tengo un buen presentimiento'” alertó el padre de Drake Bell.
Su advertencia no sirvió de nada ya que, justo después, Joe Bell era despedido por su hijo Drake que, según confiesa ahora, actuó por insistencia de su madre a quien, a su vez, aconsejó el propio Peck.
De nuevo el miedo impidió al actor confesar públicamente lo sucedido. Tampoco ayudó, explica, que su madre, ignorante de la situación, se dejase aconsejar por Brian Peck. Esto provocó que Drake Bell regresase con su abusador y, de nuevo, se repitiese la situación:
Se las ingenió para convencer a mi madre y a todo el mundo de que, cada vez que tenía una audición o cada vez que necesitaba trabajar en los diálogos o cualquier otra cosa, de alguna manera acababa volviendo a casa de Brian y la cosa no hacía más que empeorar y empeorar y empeorar. Estaba atrapado. No tenía escapatoria. Los abusos fueron muy numerosos y brutales. No sé cómo explicarlo ante la cámara, de verdad… ¿Por qué no piensas en las peores cosas que alguien podría hacerle a alguien como agresión sexual, y entonces responderé a tu pregunta? No sé de qué otra forma decirlo…
El juicio de Peck
El intérprete seguía atrapado y así continúo durante un tiempo. Hasta que apareció la madre de su novia de aquel entonces. Ella se dio cuenta de lo que sucedía y rápidamente actuó: llevó a Bell al psiquiatra y también informó a la madre quien alertó a la policía. Tras esto, las autoridades, con ayuda del joven actor, lograron obtener una confesión de Brian Peck que fue arrestado y llevado ante los tribunales.
Eso no terminó con su trauma. Aún quedaba el juicio. Y ahí, de nuevo, la industria eligió el bando equivocado. Bell narra cómo, tras llegar al juzgado, se encontró la bancada de Peck llena de gente de la industria. Importantes nombres de Nickelodeon y de Disney Channel que no sólo acudieron al juicio, sino que también escribieron y firmaron cartas apoyando a Brian Peck. Por el contrario, su lado sólo contaba con él, su hermano y su madre. Nadie más.
Pero ganó. Brian Peck fue condenado a 16 meses de prisión y también debía registrarse en el listado de pederastas. Parecía que todo había acabado y que, gracias a él, Peck no podría volver a hacer daño a nadie en la industria. La realidad, sin embargo, fue distinta y así lo recuerda el propio Bell en el documental:
Esperaba que el resultado fuera que fuera a la cárcel, que estuviera allí un tiempo y que nunca pudiera volver a trabajar con niños, lo que a su vez significaría más o menos que no vas a trabajar en Hollywood, porque muy pocas producciones no tienen al menos un niño en el plató. Eso no es lo que ocurrió en absoluto.
Un año después, Brian Peck trabajaba en The Suite Life of Zack & Cody, una serie de Disney Channel. Sus directores fueron algunas de las personas que firmaron cartas a su favor aunque, ahora, se han retractado de sus palabras.
Dan Schneider también ha pedido perdón públicamente por sus actos, aunque muchos de los afectados no aceptaron sus disculpas. Pero Nickelodeon aún no ha dicho nada. El estudio televisivo donde se produjeron todos estos actos ha preferido guardar silencio y, en su lugar, se ha limitado a emitir el siguiente comunicado, reflejado en cada uno de los cinco capítulos de Quiet on set:
Aunque no podemos corroborar o negar las acusaciones de comportamientos de producciones de hace décadas, Nickelodeon investiga todas las quejas formales como parte de nuestro compromiso de fomentar un entorno de trabajo seguro y profesional, libre de acoso u otros tipos de conductas inapropiadas. Nuestra máxima prioridad es el bienestar y el interés superior no sólo de nuestros empleados, elencos y equipo, sino de todos los niños, y hemos adoptado numerosas salvaguardias a lo largo de los años para ayudar a garantizar que estamos a la altura de nuestras propias normas y de las expectativas de nuestra audiencia.
Sin embargo, la duda está aún presente. Son décadas de prácticas indebidas y de presuntos delitos, años en los que tanto Nickelodeon como Disney Channel pudieron hacer algo y no lo hicieron. Entonces, ¿qué ha cambiado? ¿Servirán los relatos de todos estos jóvenes actores para que la industria televisiva infantil sea verdaderamente segura? Hará falta tiempo para descubrirlo.