Por Qihui – Minghui.org

Desde Blancanieves hasta Cenicienta, ha habido muchas historias en la literatura y en la historia que describen a madrastras malvadas y crueles. El cuento de hadas sobre Ye Xian, descrito en Miscellaneous Morsels from Youyang, publicado durante la dinastía Tang en China, contaba una historia similar.

Sin embargo, no todas las madrastras son malvadas, y aquí hay historias sobre dos buenas.

Recta y bondadosa

Según el Libro de Han Posterior, Mu Jiang era la segunda esposa de Cheng Wenju, jefe del condado de Anzhong. La primera esposa de Cheng tuvo cuatro hijos, uno de ellos llamado Cheng Xing, y Mu tuvo dos hijos. Tras la muerte de Cheng Wenju, a los cuatro hijos de su primera esposa no les gustó Mu y buscaron la forma de causarle problemas.

Pero Mu trataba muy bien a los cuatro hijastros, incluso mejor que a sus propios hijos. Un vecino no podía entenderlo y dijo: “Estos cuatro hijos no tienen piedad filial. ¿Por qué no te separas de ellos y les dejas vivir solos?”. “Es mi deber educarles con rectitud y bondad”, respondió Mu.

Una vez, Cheng Xing cayó enfermo, y Mu cuidó bien de su hijastro preparándole medicinas y comida. La enfermedad de Cheng duró mucho tiempo. Cuando por fin se recuperó, llamó a sus tres hermanos (hijos de la primera esposa de Cheng Wenju) y les dijo: “Nuestra madrastra nos trata muy bien. Pero no le hemos dado las gracias e incluso la hemos calumniado. Hemos cometido pecados y no somos diferentes de los animales”.

Los cuatro hijos se dirigieron entonces al jefe del condado de Nanzheng (ahora un distrito del condado de Hanzhong, en el sur de la provincia de Shaanxi). Contaron su historia y pidieron ser castigados adecuadamente. El jefe del condado informó al gobernador del estado. Impresionado por la historia, el gobernador del estado honró a Mu por su mérito, pidió a los cuatro hijos que se corrigieran y eximió a los hombres de la familia del trabajo obligatorio para servir al país.

Los seis hijos de Mu se portaron bien y, de mayores, alcanzaron grandes logros.

El hijastro comete un crimen

Otra historia se refiere a Mengyang, la segunda esposa del general Mang Mou en el reino de Wei. Aunque Mengyang, que había tenido tres hijos antes de casarse con Mang, trataba muy bien a sus cinco hijastros, estos eran muy fríos con ella y no le mostraban respeto. Una vez, el tercer hijastro cometió un crimen e iba a ser ejecutado. Mengyang se esforzó mucho por intentar salvarle la vida.

Un amigo le dijo: “Esos hijastros te han ignorado. ¿Por qué sigues esforzándote tanto por ellos?”.

“Los niños perdieron a su madre muy jóvenes. Por eso su padre se casó conmigo, para mantener a la familia”, respondió Mengyang. “Les trato como a mis propios hijos; si no, no sería justa. Una madre debe cuidar bien de sus hijos; si no, no tendría bondad. Sin rectitud ni bondad, ¿cómo puedo ser una buena persona?”. Así que siguió trabajando para rescatar al niño.

Cuando el rey Anli se enteró, se sintió conmovido y dijo: “La madre es tan bondadosa. ¿Cómo no voy a perdonar a su hijo?”. Así que perdonó al niño. A partir de entonces, los cinco hijastros respetaron mucho a Mengyang. Ella también les educó bien, y los ocho hijos se convirtieron más tarde en altos funcionarios.

Una persona con altos valores morales tratará bien a los demás, incluidos sus hijos y sus hijastros. Pero en la China actual, las doctrinas comunistas abogan por el odio y la violencia, poniendo a la sociedad en una situación precaria.

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