Traducido de Thepeoplesvoice.tv por TierraPura.org
Un gran número de ciudadanos japoneses salieron a la calle para manifestarse contra los crímenes contra la humanidad perpetrados por organizaciones globalistas como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Foro Económico Mundial (FEM) durante la pandemia.
En el discurso de apertura de las protestas, Haraguchi ofreció una emotiva y contundente disculpa por el enorme número de muertes que se están produciendo como consecuencia del mortífero despliegue del ARNm.
Haraguchi se refirió al dolor que sienten las familias que han perdido a seres queridos a los que se obligó a tomar la inyección COVID. Con un profundo sentido de la sinceridad, dio el pésame y asumió la responsabilidad por los fallos de los gobernantes. “Les pido disculpas a todos. Muchos han muerto, y no deberían haberlo hecho”, dijo.
Según informó Thelibertybeacon.com: Uno de los puntos clave del discurso de Haraguchi fue su crítica a la prohibición de la ivermectina, un medicamento desarrollado por el Dr. Satoshi Omura, que en su opinión podría haber desempeñado un papel importante en la lucha contra la pandemia. Haraguchi cuestionó los motivos de la prohibición, sugiriendo que se priorizaron los intereses económicos sobre la salud pública. “¿Por qué? Porque son baratos. No la quieren porque interferirá con las ventas de las vacunas”, argumentó. Esta afirmación provocó un fuerte aplauso de los asistentes, muchos de los cuales consideraban que los beneficios empresariales habían primado sobre las vidas humanas.
A continuación, Haraguchi contó una historia muy personal sobre sus propios problemas de salud. Después de recibir vacunas, desarrolló una grave enfermedad, concretamente una forma de cáncer que progresaba rápidamente. “El año pasado por estas fechas, no me quedaban ni cejas ni pelo. Dos de las tres supuestas vacunas que recibí eran lotes letales”, reveló. Este sincero relato de su batalla contra el cáncer, que incluyó cambios físicos significativos como la caída del cabello, tocó la fibra sensible del público. Relató un incidente en el que su aspecto se convirtió en un punto de distracción en la Dieta [cámara de la legislatura nacional de Japón], en la que un candidato se fijó más en su peluca que en los temas que se debatían.
Haraguchi añadió a la conversación que él no era el único miembro de la Asamblea Nacional de Japón que había sufrido los efectos adversos de las vacunas. Mencionó que tres de sus colegas se habían visto gravemente afectados, algunos incluso hospitalizados. “Se están cayendo a pedazos, algunos hospitalizados. Pero no hablan”, explicó. Esta revelación puso de relieve un problema más amplio: la reticencia o incapacidad de los personajes públicos para hablar abiertamente de sus problemas de salud personales.
Haraguchi se mostró especialmente indignado por los intentos de silenciar a quienes cuestionan las políticas actuales y las medidas del gobierno. Contó un incidente reciente en el que se le prohibió hablar en una entrevista con el presidente de Canal 3. “El otro día hablé con el presidente de Canal 3 y me censuraron. Intentan acallar nuestras voces”, declaró. Este intento de censurar las voces discrepantes puso de manifiesto una preocupación crítica por la libertad de expresión. Haraguchi instó al público a mantenerse firme en su resolución: “Están intentando bloquear nuestra libertad, nuestra resistencia, nuestro poder. Pero nunca perderemos”.
Al concluir su discurso, Haraguchi hizo un llamamiento a la acción. Instó a la población a permanecer unida para desafiar al gobierno y a sus cuestionables decisiones. “Derribemos este gobierno”, proclamó, haciendo hincapié en la necesidad de cambio y responsabilidad. Pidió a los legisladores que siguieran luchando por la vida y las libertades de la gente: “Hagámoslo realidad”, concluyó.
La marcha que tuvo lugar el 31 de mayo de 2024 pretendió reunir a decenas de miles de participantes; marcó un momento significativo en el discurso mundial sobre la gestión de la pandemia y las políticas sanitarias. El discurso de Haraguchi, repleto de anécdotas personales y fuertes críticas, resonó profundamente entre los asistentes.