Por SABRINA MARTINVoz US media

Durante más de un siglo, las autoridades sanitarias han advertido a los estadounidenses sobre los peligros de consumir leche sin someterla a procesos de pasteurización. Sin embargo, una tendencia emergente está desafiando esta norma. Cada vez más personas optan por la leche cruda, atraídas por sus posibles beneficios para la salud.

A medida que la leche sin pasteurizar está ganando popularidad y es cada vez más accesible en tiendas naturistas y de barrio en todo el país, la venta de este producto se ha convertido en un tema de debate significativo, incluso a nivel político.

Tan solo en el último año, la demanda de leche cruda ha aumentado un 20%. Los defensores de la salud natural y los republicanos se han unido en una campaña que promueve la libertad de elección en el consumo de alimentos.

“Me imagino que la gente libre bebe lo que la gente libre quiere beber. Esto sigue siendo Estados Unidos”, opinó Danny McCormick, miembro republicano de la Cámara de Representantes de Luisiana.

Judith McGeary, de Farm and Ranch Freedom Alliance explicó que actualmente hay mucha más información que en la década de 1950, “cuando se generalizó la pasteurización”, lo que ha permitido conocer más “sobre los beneficios de los alimentos no procesados y los alimentos que fomentan los probióticos, como la leche cruda”.

Los defensores de la leche cruda afirman que ayuda con la pérdida de peso, mejora la salud intestinal y es más digestible para las personas con intolerancia a la lactosa. Además, argumentan que la pasteurización elimina enzimas y bacterias beneficiosas, reduciendo su valor nutricional. Incluso celebridades como Gwyneth Paltrow están impulsando esta tendencia, incorporando la leche cruda en su dieta diaria.

“Creo que hay escuelas de pensamiento que dicen que beber leche cruda es mejor porque una vez que la procesas y todo, es cuando los lácteos se vuelven más difíciles de tolerar”, afirmó Paltrow en una entrevista.

Preocupaciones de salud

Mientras tanto, los funcionarios de salud pública aseguran que consumir leche cruda es peligroso y que puede aumentar las infecciones bacterianas y virales, algunas de las cuales pueden ser mortales.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advierte que consumir leche cruda puede contener bacterias peligrosas como la salmonella y E. coli, además de posiblemente propagar la gripe aviar.

Sin embargo, la desconfianza en estas autoridades de la salud está en aumento. Algunos consideran que las prohibiciones sobre la leche cruda son el resultado de la influencia de los grandes cabilderos de la industria láctea y ven estas restricciones como una invasión a la libertad personal.

Cambios legislativos

Recientemente, un proyecto de ley para levantar la prohibición total de la leche cruda llegó al escritorio del gobernador de Luisiana. De ser aprobado, permitiría la venta de leche cruda en tiendas comunes a partir del 1 de agosto, con la advertencia de que “no es para consumo humano”.

Durante la aprobación de la propuesta legislativa, Kimberly Coates, representante estatal republicana de Luisiana, expuso: “Nuestros ciudadanos tienen derecho a comprar esos productos, aunque tengan riesgos asociados”.

Iowa, Montana, Dakota del Norte, Alaska, Georgia y Wyoming ya han aprobado leyes o modificado regulaciones desde 2020 que legalizan la venta de leche cruda en granjas o tiendas.

Aunque la FDA ha registrado 143 muertes desde 1987 relacionadas con el consumo de leche cruda, debido a enfermedades bacterianas y virales, otro estudio de la FDA que se basa en datos de 2016 y 2019, expone que el 4,4% de los adultos estadounidenses dijo haber consumido leche cruda y desde entonces es casi seguro que el número ha aumentado.

Orígenes de la pasteurización

Un reporte de Político expuso que antes del cambio de siglo XIX al XX, la leche cruda era la norma en Estados Unidos. Sin embargo, la producción y distribución de leche en Estados Unidos se enfrentaba a serios problemas de seguridad.

Las lecherías urbanas, a menudo vinculadas a destilerías, proporcionaban leche contaminada con bacterias debido a prácticas insalubres como alimentar a las vacas con desechos de la elaboración de whisky. Esta “leche basura” causó estragos en la salud pública, contribuyendo a brotes de enfermedades que incluso llevaron a la muerte de miles de bebés en ciudades como Nueva York.

Ante este escenario, la llegada de la pasteurización fue considerado un avance crucial en medio de un aumento de la urbanización. Los científicos comenzaron a calentar la leche para eliminar bacterias peligrosas y la tecnología demostró ser efectiva para la época. Esto llevó a que las autoridades optaran por adoptar la pasteurización como medida obligatoria para proteger la salud pública, prohibiendo la venta de leche cruda en muchas jurisdicciones.

A pesar de estas regulaciones, la leche cruda nunca desapareció por completo. En las décadas posteriores, el creciente interés por alimentos más naturales y saludables, motivado por preocupaciones sobre los efectos de los alimentos altamente procesados y la epidemia de obesidad, ha llevado a algunos consumidores a buscar alternativas como la leche cruda.

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