Fuente: Mundo Libre Diario

El presidente argentino Javier Milei ordenó la disolución de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y la creación de una nueva estructura de inteligencia nacional. Esta decisión, anunciada el 15 de julio, marca un cambio significativo en el sistema de inteligencia del país.

La nueva Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) reemplazará a la AFI como el órgano rector del Sistema de Inteligencia Nacional. El gobierno justifica esta reorganización alegando que «la desnaturalización del rol de la agencia de inteligencia durante décadas fue total; lejos de poner sus recursos al servicio de la protección del pueblo argentino, el organismo fue utilizado para actividades espurias como el espionaje interno, el tráfico de influencias y la persecución política e ideológica».

Sergio Neiffert asumirá como Secretario de Inteligencia de Estado, designado directamente por el presidente Milei mediante el Decreto 616/2024. La SIDE supervisará cuatro nuevas agencias creadas para modernizar y profesionalizar el sistema de inteligencia argentino.

El Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), dirigido por Alejandro Walter Colombo, se encargará de recopilar información estratégica a nivel global y cooperar con agencias de inteligencia aliadas. Colombo cuenta con experiencia previa en la SIDE como delegado en Roma durante los años 90 y en el área de Relaciones Internacionales de la ciudad de Buenos Aires durante la gestión de Mauricio Macri.

La Agencia de Seguridad Nacional (ASN), bajo la dirección del Comisario General retirado Alejandro Pablo Cecati, se focalizará en la detección temprana de delitos federales complejos y amenazas de organizaciones criminales y terroristas dentro del territorio nacional. Cecati posee una extensa trayectoria de cuatro décadas en la Policía Federal y experiencia como jefe de custodia presidencial.

La Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC), liderada por el Dr. Ariel Waissbein, se ocupará de la detección y contención de ciberataques contra la infraestructura informática crítica del país. Waissbein es un académico especializado en ciberseguridad, blockchain y big data, con experiencia previa como asesor del Ministerio del Interior durante el gobierno de Macri.

La División de Asuntos Internos (DAI) supervisará y auditará el manejo de recursos de las otras agencias, velando por el respeto jurídico e institucional en el ejercicio de sus facultades. Aún no se anuncia un director para esta división.

Mediante el Decreto 614/2024, publicado en el Boletín Oficial el 16 de julio de 2024, el gobierno justifica el uso de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para evitar un debate en el Congreso, argumentando que la «necesidad» y la «urgencia» se relacionan con la seguridad del propio mandatario de que se implemente esta reorganización.

El decreto hace referencia al incidente con la exvicepresidente Cristina Kirchner, describiéndolo como un «intento de magnicidio» y «un hecho sin precedentes que puso de manifiesto una vez más las dificultades que atraviesa el Sistema de Inteligencia Nacional, por haber sido completamente inadvertida».

La nueva estructura de inteligencia argentina parece inspirarse en el sistema estadounidense. Esto se refleja no solo en la organización de las agencias, sino también en la simbología utilizada en sus logotipos.

La creación de la SIDE y sus agencias subordinadas busca, según el gobierno, «la consolidación de una visión estratégica y moderna, y garantizará el balance entre las distintas agencias, alejando cualquier interés personal, partidario o contrario al engrandecimiento de la Patria».

Este cambio en la estructura de inteligencia argentina llega después de una experiencia fallida en los primeros meses del gobierno de Milei, cuando la administración de la AFI estuvo a cargo del exjefe de Gabinete, Nicolás Posse, quien fue observado por presuntas maniobras de espionaje interno.

La nueva SIDE también tendrá a su cargo la coordinación operativa y el control presupuestario de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC) y de la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (DNIEM), dependientes de los Ministerios de Seguridad y Defensa respectivamente.

Esta reorganización del sistema de inteligencia argentino representa un cambio significativo en la estructura y funcionamiento de estos organismos. El gobierno de Milei espera que estas modificaciones permitan superar las deficiencias y controversias que han rodeado a los servicios de inteligencia argentinos en las últimas décadas, promoviendo una mayor profesionalización y eficacia en sus operaciones.

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