Por Gabriela Moreno – Panampost
De cada lugar que alguien en china recorre, el régimen comunista de Xi Jinping tiene registro. Ningún movimiento, ni siquiera el cruce de una calle, pasa desapercibido para el mandatario del gigante asiático que pretende formar una “ciudadanía modelo” con la presión de un sistema de cámaras creadas con tecnología de inteligencia artificial, capaz de escanear los movimientos o acciones de sus habitantes no sólo en sitios públicos sino también al interior de los hogares.
Nadie está exento ni tampoco puede oponerse al monitoreo de sus andanzas en el gigante asiático. Shanghái es el epicentro del registro de las cámaras, sobre todo en el distrito de Pudong, que funciona como el centro financiero de china. de hecho, sólo en su perímetro el régimen de Xi cuenta con al menos 290.000 cámaras de las 700 000 distribuidas en el país. Los equipos de vigilancia están en todas partes, desde avenidas, carreteras, estaciones de trenes, cruces peatonales e incluso edificios residenciales, según divulga La Tercera.
El búnker de monitoreo
El centro de procesamiento de las imágenes del gobierno chino ocurre en el City Brain, la plataforma que coordina más de 1000 señales de tráfico, los GPS de los automóviles y transporte urbano, datos de las cámaras de video de aeropuertos, calles y parques.
Los datos son recibidos mediante algoritmos en supercomputadoras y luego se envían a los sistemas de la ciudad en tiempo real.
El City Brain es el “cerebro” detrás del sistema con el cual xi recopila datos de la administración y la gestión de bienes públicos para castigar o recompensar a quienes entren dentro de su “ciudadanía modelo”, que implica, en esencia, “dirigir de manera más eficiente” a la población.
Como un videojuego
La obsesión por el control conductual de la población rebasa cualquier límite en China considerando que además de las cámaras, el régimen de Xi instala instalaron sensores en las puertas de los departamentos para detectar incumplimiento de alguna restricción que haya sido impuesta por entes estatales.
Bajo esta modalidad, el mandatario implementa en paralelo un “sistema de crédito social” que otorga recompensas o castigos de acuerdo a los resultados de comportamiento que cada individuo arroja en la plataforma de vigilancia digital.
De esa manera, Pekin “regula” las “conductas indebidas” con el Tribunal Popular Supremo, organismo que respalda los sanciones con la emisión de los fallos que pueden dirigirse a una persona, a un grupo o a una empresa. Las identidades son expuestas públicamente para impedir que quienes hayan incurrido en alguna falta social obtengan préstamos bancarios. Incluso, se prohíben viajes en avión y reservas en hoteles.
Ello es posible porque los datos recopilados son analizados y grabados en el perfil digital de cada individuo donde acumulan o pierden puntaje de acuerdo a su comportamiento. Es como un videojuego real donde cada día representa nueva oportunidad para subir o bajar de nivel.
Intereses oscuros detrás
Un “ciudadano modelo”, con los resultados de las cámaras en China, por ejemplo, tiene en su perfil 800 puntos y un “ciudadano bajo” no supera los 350. Sus nombres llegan a publicarse en pantallas LED gigantes por las ciudades junto al motivo de su denuncia pública. El acoso, incluye, hasta la reproducción de un mensaje telefónico cada vez que recibe una llamada para obligar la publicación de una disculpa pública en redes sociales.
No es todo. El uso de las cámaras de IA también se vincula con otros intereses, entre ellos, la caza de disidentes en el país y la “orientación de la opinión pública” a través de la entrega de propaganda y censura selectiva a la ciudadanía. A ello se agrega que, el desarrollo de un “comandante” que podría dirigir las acciones del Ejército Popular de Liberación (EPL) controlado por el Partido Comunista Chino (PCCh).
El panorama es distinto para quien acata los llamados a “moldear” su desempeño social. El gobierno de Xi entrega facilidades para reservar instalaciones deportivas municipales, rebajas en el pago de estacionamientos y un “servicio prioritario” en salas de emergencia.
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