Fuente: La Gaceta de la Iberosfera
Por Unai Cano
Donald Trump se ha convertido en uno de los líderes antiglobalistas más reconocidos a nivel mundial. Su inesperada victoria ante Hillary Clinton en 2016 le catapultó a la Casa Blanca y, pese a ser sometido a dos impeachments —basados en bulos como la supuesta ayuda rusa para ganar las elecciones—, logró cerrar su candidatura en la presidencia. En 2020, una jornada electoral marcada por numerosos sucesos atípicos (como la avería de numerosas máquinas de votación en estados clave o un recuento de diez días) evitó su reelección, pero las encuestas ahora le posicionan como el principal favorito para derrocar a Joe Biden tras cuatro años de inestabilidad económica y geopolítica.
Durante su mandato, medidas como la de abandonar el Acuerdo climático de París, prohibir a mujeres trans competir en deportes femeninos o retirar las subvenciones a las principales clínicas abortivas del país le posicionaron en contra de las élites, que no olvidan su discurso en el Foro de Davos en 2019 defendiendo que el futuro pertenecía a los patriotas y no a los globalistas.
Su voz llegó lejos. A raíz de su victoria, líderes que se oponen a la Agenda 2030 como Giorgia Meloni en Italia, Geert Wilders en Países Bajos, Javier Milei en Argentina o Jair Bolsonaro en Brasil alcanzaron el poder, y otros muchos candidatos pasaron de ser fuerzas minoritarias o ni existir a convertirse en la principal oposición. Pero, ¿cuáles son las medidas que propone Donald Trump que tanto molestan a las élites globales?
Oposición a la inmigración ilegal
Una de sus medidas estrella durante la campaña electoral del 2016 fue la de anunciar que construiría un muro para evitar que los mexicanos accediesen al sur del país de forma ilegal. Años después, y pese a ser demonizado en el mundo entero y hasta tildado de «lunático», el Partido Demócrata adoptó la misma postura y siguió construyendo el muro.
En la actualidad, el líder conservador ha anunciado que llevará a cabo «la mayor deportación de inmigrantes sin papeles» de la historia si es reelegido. «Para mantener seguras a nuestras familias, la Plataforma Republicana promete lanzar la operación de deportación más grande en la historia de nuestro país, incluso mayor que la del presidente Dwight D. Eisenhower hace muchos años», aseguró en su primer discurso como candidato oficial republicano a la presidencia.
Planes para lograr la paz mundial
La hemeroteca confirma que la idea de Donald Trump fue siempre la de evitar conflictos militares. Como el líder norteamericano más pacífico del siglo XXI, anunció un acuerdo de paz histórico entre Bahréin e Israel, un pacto de normalización económica entre Serbia y Kosovo e inició retiradas pacíficas y organizadas de países enquistados en conflictos interminables como la guerra de Afganistán.
Ahora, ante los dos conflictos que asolan al mundo (Rusia vs Ucrania e Israel vs Palestina), el republicano asegura que sellará acuerdos de paz en los primeros días. «Yo, como próximo presidente de Estados Unidos, traeré la paz al mundo y pondré fin a la guerra que ha costado tantas vidas y ha devastado a innumerables familias inocentes», destacó en su red social respecto al conflicto entre Putin y Zelenski, a quienes dice conocer a la perfección. Sobre la situación en Oriente Medio, su apoyo a Israel ha sido claro, pero cree que países como Irán acabarán dando un paso atrás si él regresa al poder porque les impone «más respeto».
En defensa de la vida
En el debate electoral ante Joe Biden, Donald Trump dejó clara su postura: «Sólo permitiré el aborto en casos de incesto, violación o malformaciones». De esta forma, quiso vender su discurso como el «coherente» frente al posicionamiento del Partido Demócrata, que en algunos estados está alargando el plazo para poder abortar hasta los nueve meses.
Además, el magnate conservador se ha comprometido a establecer una fuerza especial para combatir los prejuicios anticristianos y para investigar los actos de «discriminación, acoso y persecución ilegales» contra los seguidores de Jesús.
Persecución a los narcotraficantes
Si por algo se caracteriza Donald Trump, es por su rechazo a todo tipo de drogas, ya que siempre ha presumido de no probarlas, ser abstemio y jamás fumarse un cigarro. Quizás, ese sea uno de los motivos que le han llevado a estar físicamente tan robusto a sus 78 años. Ante el problema del fentanilo, potente fármaco opiáceo sintético que está destrozando los estados más pobres de EEUU, anunció una medida contundente: «Para detener las drogas mortales que están envenenando a nuestra gente, desplegaré a la Marina de los Estados Unidos e impondré un bloqueo total del fentanilo en las aguas de nuestra región».
Contra una moneda digital del banco central
Pese a respaldar las criptomonedas, el republicano prometió bloquear la creación de una moneda digital del banco central (CBDC) en Estados Unidos: «Una moneda así le daría al gobierno federal control absoluto de su dinero. Ni siquiera sabría que ha desaparecido. Esta es una amenaza peligrosa para la libertad y la detendré. Nunca habrá una CBDC mientras yo sea presidente de los EEUU».
Contra la participación de ‘trans’ en deportes femeninos
El líder del Partido Republicano reiteró hace escasas semanas su intención de no permitir que hombres participen en deportes femeninos. «No permitiremos que los hombres jueguen en deportes femeninos, eso terminará de inmediato», afirmó recibiendo una fuerte ovación del público.
Trump ha prometido mantener a los atletas transgénero fuera de los deportes femeninos y, según Associated Press, ha asegurado que, si es elegido, solicitará al Congreso que apruebe una ley que establezca que solo existen «dos géneros» determinados al nacer.
America First y soberanía nacional
El eslogan «América First» es un planteamiento sobre política exterior presente en Estados Unidos que en líneas generales aboga por el aislacionismo. Uno de los principios fundamentales de Donald Trump a la hora de encarar negociaciones con otros países es el de la soberanía nacional, y está dispuesto a rechazar un acuerdo —por muy global que sea— si considera que puede perjudicar a los ciudadanos norteamericanos. Y es que, durante su mandato, su política exterior apostó por el retiro del país de importantes organizaciones y tratados internacionales.
No al fanatismo climático
Considera que poner en riesgo la economía de una nación por un «problema» del que aún no se conocen los riesgos y tampoco la influencia real del ser humano como el cambio climático es algo exagerado. Por eso, en 2019, decidió retirar oficialmente a Estados Unidos del Acuerdo de París, el tratado internacional histórico para «mantener a raya el cambio climático y limitar las futuras emisiones de gases de efecto invernadero».