A través de un posteo en su cuenta de X este viernes, el presidente argentino Javier Milei, destacó una reflexión del politólogo cordobés Agustín Laje, en la que analiza el histórico funcionamiento de la izquierda en Argentina y cómo, por primera vez, existe un gobierno de derecha dispuesto a enfrentarla decididamente a través de la llamada «batalla cultural», un concepto que Laje ha desarrollado extensamente.
Laje escribió: “La izquierda (trotskista, kirchnerista o socialdemócrata, lo mismo da) estaba acostumbrada a enfrentar al centrismo bienpensante. Estos últimos eran burguesitos asustados, que se dejaban arrastrar por las fuerzas de lo que ellos mismos se obligaron a definir como “progreso”, pero que no era más que decadencia programada, disfrazada de eslóganes atractivos, banderines coloridos y mucha corrección política”, en referencia probablemente, a la coalición que representó a la principal oposición al kirchnerismo en la última década, Juntos por el Cambio.
“Los pobres centristas fueron diezmados. Actualmente, están desorientados; ya no caben ni aquí ni allá. Ya no hay lugar para gente sobre la que solo cabe vomitar. Sin ideas ni valores, sin convicciones ni principios, esos pobres diablos solo servían para funcionar como oposición controlada. Obsesionados con las formas, le daban la bienvenida a todos los contenidos de las izquierdas, que penetraban en nuestra cultura y ganaban terreno sin cesar”, continuó el escritor, sobre algunos de los políticos que representaban aquel espacio opositor que hoy se encuentra prácticamente desmantelado.
“Tuvo que formarse una nueva derecha, libertaria, patriota y conservadora, para probar que los centristas no podían (ni querían) detener a la izquierda globalista. Tuvo que formarse esta nueva derecha para que alguien enfrentara de una buena vez a los zurdos en batallas culturales. Y, por fin, estamos dando vuelta el partido”, concluye el politólogo, destacando la llegada de Javier Milei a la política y el cambio de paradigma que se está planteando desde entonces.
Milei llegó a la arena de la política con un discurso completamente disruptivo y “políticamente incorrecto”, abiertamente anticomunista. Para sorpresa de muchos, en solo dos años cautivó a más de la mitad de los argentinos que experimentaban quizás, el hartazgo y la desesperanza, por estar llegando al extremo, no solo en materia económica, sino también en lo moral.
El mandatario durante la campaña siempre sostuvo que el kirchnerismo y Juntos Por el Cambio “son lo mismo”, que en conjunto atentaban contra la libertad, el derecho de propiedad y que siempre “subieron los impuestos”. Sin embargo, dejó entonces la puerta abierta a los «halcones» de este partido, como Patricia Bullrich y el expresidente Mauricio Macri. El jefe de Estado ya en campaña, anunciaba que su llegada a la presidencia configuraría el espectro político en Argentina, donde la “línea divisoria» sería la «social democracia».
Qué es la “batalla cultural”
El feminismo, el racismo, la ideología de género, el ambientalismo -aristas abrazadas por los gobiernos argentinos de las últimas décadas-, son todas distintas facetas de un mismo modo en que opera el socialismo en las sociedades occidentales, que atacan directamente a la cultura para imponer la ideología de izquierda en la población.
Siempre se manifiesta en un formato en el que existe un opresor y un oprimido, dividiendo y fomentando el odio en la sociedad y reivindicando el idealizado concepto de “igualdad”.
Agustín Laje, quien ha desarrollado extensamente este tema en publicaciones y charlas, identifica a esta “batalla cultural” como una noción de izquierda asociada al pensamiento del italiano neomarxista, Antonio Gramsci, pero que en la última década fue tomada por la derecha al entender que la ideología comunista se había infiltrado en todos los aspectos de la cultura occidental.
Laje, autor del libro “La batalla cultural”, define entonces al concepto como “una confrontación de tipo política, que tiene por objetivo ejercer una influencia determinante sobre los elementos de una cultura y en última instancia de la opinión pública”, entendiendo a la cultura, en este caso, como elementos intangibles de la sociedad, como son las costumbres, símbolos, historia, normas, tradiciones, creencias, etc.
Es decir, la batalla cultural “tiene que ver con lo que pasa en la familia, en la escuela, en la universidad, en el cine, en el teatro, en la música, en los libros, en los intelectuales, en el arte, en las redes sociales”, explicó Laje en una entrevista con A la de Tres.
Según el escritor cordobés, todos los anteriores, son posibles escenarios de la batalla cultural, en los cuales hoy el gobierno de Javier Milei está “marcando la cancha».