Fuente: Voz Media
Por Sabrina Martin
Familiares de ocho adolescentes detenidos arbitrariamente tras las elecciones presidenciales de Venezuela, denunciaron que los jóvenes han sido torturados por el régimen de Nicolás Maduro. Según las madres y hermanas, los menores han sido golpeados, asfixiados y sometidos a descargas eléctricas durante los interrogatorios. Estas acciones se habrían realizado para forzarlos a confesar delitos o intimidarlos. Las familias y grupos de derechos humanos exigen su liberación y que se investiguen estos abusos.
Theany Urbina, madre de Miguel Urbina, de 16 años, relató que su hijo fue detenido el 2 de agosto y que, durante su arresto, fue torturado con descargas eléctricas. “Los niños dicen que (…) les pasaban corriente”, denunció. Además, agregó que utilizaban un método conocido como “la capucha de cebollita”, que consiste en poner una bolsa con gas lacrimógeno sobre la cabeza del detenido para asfixiarlo.
Torturas y detenciones sin justificación
Los ocho adolescentes mencionados están recluidos en la Entidad de Atención Ciudad Caracas, en El Cementerio, bajo acusaciones de “incitación al odio“, “terrorismo” y “hurto calificado“. Las denuncias de tortura también incluyen a Diomer Gómez, de 17 años, quien fue arrestado el mismo día que Miguel, pero en su casa, sin una orden judicial. Su hermana, Dionexis García, relató que estuvo desaparecido durante 12 días antes de ser visto nuevamente, y la familia aún desconoce por qué se le acusa de terrorismo.
Represión en barrios populares
La represión en sectores populares no ha cesado desde las elecciones, con allanamientos y detenciones arbitrarias. En algunos casos, los adolescentes fueron forzados bajo tortura a grabar videos en los que se incriminan falsamente. La madre de Miguel Urbina explicó que su hijo, que el día de las elecciones estaba enfermo en cama, fue arrestado el 2 de agosto cuando salió brevemente a comprar una golosina. “Lastimosamente salió el 2 de agosto a las 8 de la mañana a comerse una chuchería y lo agarraron. Dos policías llegaron, tumbaron la chuchería que se estaba comiendo, le cayeron a golpes y se lo llevaron”, relató.
Decenas de menores siguen bajo custodia
Según Gonzalo Himiob, vicepresidente de la ONG Foro Penal, 58 menores de edad continúan detenidos tras ser arrestados en las protestas del 28 de julio. Entre el 29 de julio y el 9 de septiembre, 142 adolescentes fueron encarcelados, muchos acusados de delitos graves como “incitación al odio”, “terrorismo” y “obstrucción de la vía pública”. Algunos de estos jóvenes, incluidos adolescentes con discapacidades, ni siquiera participaron en las manifestaciones contra el régimen.
“Estos son datos que tenemos que corroborar continuamente porque no hay acceso oficial a la información”, denunció Himiob, subrayando la falta de transparencia en los informes de las autoridades venezolanas.
Llamados a la liberación
Los familiares insisten en que estos jóvenes no son criminales y que sus vidas han sido injustamente interrumpidas. “No son delincuentes; tienen sueños y metas”, dijo la hermana de Diomer Gómez, exigiendo su liberación. “Son niños que todavía juegan al escondite”, añadió.
Esta ola de protestas y arrestos ocurre en el marco de una grave crisis política. Después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunciara sin pruebas la “victoria” de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales, el régimen chavista intensificó su represión. Desde entonces, se han arrestado a más de 2.000 personas, se han secuestrado a decenas de activistas y líderes políticos, y se han producido numerosas muertes.