Fuente: El Archivo

Es sabido que China es un país donde el respeto a los derechos humanos es algo que no se cumple. Pero lo increíble es saber que son capaces de buscar ejercer esa persecución a disidentes más allá de sus fronteras y su ley.

A continuación presentamos un frondoso informe que incluye testimonios personales del accionar violento de China en la Argentina, incluso, manipulando a las propias fuerzas de seguridad locales, lo que generó el impulso de una causa penal. La misma está radicada como CAUSA Nº 21805 /2018, Lizarraga, Rodolfo Mauricio; Sánchez, Hugo; Yan S/ por abuso de autoridad y violación de los deberes del funcionario público y está actualmente en el Tribunal de Casación Penal.

Quienes presentaron la misma es la organización Falun Dafa en Argentina. Ya hemos contado que esta organización, es una práctica espiritual china que combina meditación y ejercicios con una enseñanza moral centrada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia que es perseguida con violencia por el régimen chino.

Cómo se sucedieron los hechos

Los hechos ocurrieron el 29 y 30 de noviembre de 2018, cuando practicantes de Falun Dafa que se manifestaban pacíficamente sufrieron agresiones violentas, detenciones y quedaron incomunicación por parte de personal policial frente al Hotel Sheraton en la zona de intersecciones de la calle San Martín y la avenida del Libertador en el marco del operativo del “Comando conjunto” de seguridad del G20, dirigido por el Gobierno Nacional, con la cooperación de la Policía de la Ciudad, funcionarios militares y civiles del Gobierno chino.

La semana anterior a los sucesos, la Asociación Civil Estudio de Falun Dafa había presentado una nota en mesa de entradas del Ministerio de Justicia de la Nación, que fue adjuntada a la denuncia, informando sobre la intención de manifestarse pacíficamente y pidiendo seguridad para no ser agredidos y censurados como en otras ocasiones, con total predisposición para coordinar lo que fuese necesario.

Sin embargo, nada de esto fue posible. Los practicantes de Falun Dafa fueron censurados, brutalmente reprimidos y arrestados ilegalmente por una patota con uniforme y credenciales de la Policía de la Ciudad, acompañados a todo momento por oficiales de la Policía Federal, muchos de cuyos miembros reconocían que tenían órdenes de prohibir cualquier expresión de quienes estuvieran “vestidos de amarillo” (color representativo de Falun Dafa).

Se observa en filmaciones del hecho cómo, al realizar los arrestos, los policías seguían las indicaciones de una persona de origen chino, que es director de una organización internacional del régimen comunista chino y tiene lazos estrechos con la Embajada China. Los detenidos fueron derivados a una alcaldía, permaneciendo incomunicados, sufriendo diversos maltratos bajo custodia (como forzarlos a desnudarse unos frente a otros) y sin que se informase a ningún allegado sobre sus paraderos hasta el día siguiente.

En 2019 la causa fue anexada a la causa nº 17.885/05 (donde se aplica el principio de jurisdicción universal para investigar el genocidio a los practicantes de Falun Gong en China). En junio de 2024, la jueza subrogante del juzgado, Dra. María Eugenia Capuchetti declara la incompetencia del fuero federal con escuetos argumentos a pesar de la conexidad con la causa de lesa humanidad y la sólida prueba de la participación de autoridades, de la ciudad, nacionales y de representantes del régimen dictatorial chino. Dicha decisión se encuentra en proceso recursivo.

¿La policía de la ciudad tenía órdenes de la embajada China?

En diálogo con EL ARCHIVO, Alejandro Cowes, abogado patrocinante de las diversas causas que ha presentado Falun Dafa en Argentina afirmó que

” existen testimonios de testigos de los hechos relatan conversaciones con policías federales en las que estos les expresan que tenían instrucciones (obviamente no escritas) de impedir las expresiones de “los de amarillo”. Además en los videos habidos en el expediente, que muestran a los oficiales de policías y autoridades federales facilitando, coordinando, supervisando a todo momento a sus pares de la Ciudad durante las detenciones. Siendo el ex comisario federal Lizarraga, quien actuando como Comisario de la Policía de la Ciudad dirigió los ataques denunciados, reportando y convalidando su accionar criminal con una autoridad de la Policía Federal, es por ello la denuncia contra el.”

¿El ex comisario Lizarraga actuó con órdenes precisas de la embajada China?

La represión

Testimonios del horror

Meilin, dueña de un restaurant

En el 2018 mi local estaba situado a pocos metros de la Plaza San Martín y muy cerca del Hotel Sheraton. Los días del G20 toda esa zona estaba cerrada al tránsito y se decretó feriado nacional. Aunque el restaurante permaneció abierto, estábamos con menos trabajo que normal por la situación. La mayoría de las personas que trabajamos en el restaurante somos practicantes de Falun Dafa. Por eso vimos la llegada del mandatario chino como una oportunidad para informar al mundo sobre la persecución a nuestra fe en China y darle la bienvenida con un mensaje: “Falun Dafa es bueno. Pedimos el fin de la persecución a Falun Dafa en China”. Con 2 banderas que aportaban estos mensajes caminamos a donde estaban las otras personas esperándolo. Detrás de las vallas abrimos las dos banderas.

Pasó poco tiempo y vi como 5 o 6 policías de la Ciudad venían corriendo hacia nosotros. Sin decir nada empezaron a arrancarnos las banderas con fuerza. Uno de los policías (creo que era un subcomisario) sacó su bastón y empezó a pegar nuestras manos para que soltemos la bandera. Luego me llevaron a donde estaban los otros practicantes sentados en el piso y alrededor de nosotros había unos 10 o 12 policías de la Federal en ropa de combate con armas grandotas que estaban ahí vigilándonos como prisioneros de guerra.

Lo único que hicimos fue manifestarnos pacíficamente (como es nuestro derecho bajo la Constitución argentina) por menos de 10 minutos y proteger nuestras pertenencias. Pero nos atacaron y circularon como terroristas peligrosos. Estábamos ahí dentro del circulo de policías por más de una hora, oscureció y pasó el convoy del presidente chino. Una vez que el presidente chino estaba dentro del Hotel Sheraton, vino el comisario a cargo, Rodolfo Lizarraga, y nos dijo que nos iba a llevar a la comisaría a firmar unos papeles y luego dejarnos ir. Nos llevaron esposados a dos vehículos blindados, en uno entramos las 4 mujeres y en otro los 5 hombres de nuestro grupo. Manejaron por la ciudad como locos por más de una hora. Romina, una practicante de Jujuy que estaba embarazada, no podía sentarse porque temía por su bebé en el vientre, ya que la camioneta iba como loco, sin importar las lomas de burro. No podíamos ver para afuera, tampoco sabíamos dónde nos llevaban. Luego de una hora llegamos a un lugar, parecía una comisaría que estaba debajo la autopista (era la comisaría en la calle California en Barracas). Nos bajaron del vehículo y adentro nos hicieron desnudar, nos tomaron los datos y luego nos encerraron. Quedamos encerrados e incomunicados por 18 horas. Yo no podía dormir y tenía frío. Para comer nos dieron un sándwich de milanesa congelado y luego de 12 horas un mate cocido.

Martín, empleado de Marketing

Mi nombre es Martín, tengo 50 años, soy argentino, trabajo en Marketing, y práctico desde hace muchos años Falun Dafa. Cuando nos enteramos que Xi Jimping iba a pasar con su comitiva de regreso al Sheraton Libertador, nos acercamos con banderas para que pueda ver nuestro mensaje. Fui con una bandera que decía Falun Dafa es bueno, Verdad – Benevolencia – Tolerancia es bueno y junto con otro practicante nos situamos a unos metros de un policía, pensando que podría defendernos si los chinos que estaban en el lugar intentaban atacarnos como había venido sucediendo todos los años anteriores.

Cuando pasó una camioneta que pensamos era de la comitiva de Xi Jimping abrimos la bandera para que la vean. Luego un chino empezó a señalarnos y ahí un policía se acercó y me pidió revisar la mochila. Al mismo tiempo, los chinos también señalaron otra bandera y otros policías se acercaron y empezaron a forcejear con esos practicantes para quitársela. Entonces el policía nos pidió a mí y a mi compañero que nos sentáramos a un lado. Al rato nos llevaron unas cuadras más lejos junto con los otros practicantes y nos rodearon policías con armas largas.

Apareció un policía que nos pedía que firmemos una declaración de culpabilidad o algo así, a lo que le dije que no había hecho nada ilegal, que no deberían habernos detenido y que no iba a firmar nada. Después vino un comisario y como pidiendo disculpas nos dijo que no nos preocupemos, que solo nos iban a llevar a la comisaría a tomar los datos y que luego nos podíamos ir. También se lo aseguró al abogado que lleva la causa por genocidio en china, que estaba presente allí porque cuando se enteró de nuestra detención se acerco al lugar. Acto seguido nos esposaron, nos metieron en una camioneta y nos llevaron a toda prisa a una comisaría super alejada.

Como si fuéramos criminales peligrosos nos hicieron sacar la ropa, nos tomaron las huellas y nos metieron en calabozos, realmente sucios, fríos y nauseabundos. Tampoco me dejaron comunicarme y avisarle a mi madre, que es muy mayor y estaba viviendo con ella, ya que necesita ayuda para manejarse. Nuestros familiares intentaron rastrearnos y al comienzo nadie sabía ni informaba sobre nuestro paradero, pero recién al otro día nos trasladaron a otra cárcel para después llevarnos a un tribunal y luego dejarnos en libertad. Luego nos enteramos de que lo que planeaban era dejarnos encerrados más de tres días durante todo el tiempo que durara el G20.

Romina, ama de casa

En 2018, durante el G20, algunos practicantes de Falun Dafa nos dirigimos a la plaza frente al Hotel Sheraton de Buenos Aires donde se hospedaba el presidente de China, Xi Jinping, para pedirle que ponga fin a la persecución a practicantes de Falun Dafa en China. Soy practicante de Falun Dafa, ama de casa, de estado civil casada. En ese momento, tenía 3 meses de embarazo, cuando 9 practicantes argentinos fuimos arrestados por órdenes del Partido Comunista Chino (PCCh) en nuestro país. De acuerdo a fuentes del Ministerio de Seguridad, el pedido del régimen chino era que nos llevarían a la frontera con Uruguay para hacernos desaparecer, y quizás utilizarnos para su negocio de sustracción de órganos a personas vivas.

Estos policías recibían órdenes directas de funcionarios chinos de la embajada china que estaban en el lugar. La policía, comenzó a tirar de las banderas y a pegarle en las manos y brazos, a los practicantes que se aferraban a ellas, para que no se las llevaran. Estos policías terminaron arrastrándolos por el suelo. Mientras ahorcaban y golpeaban muy duramente a Pablo, que también es practicante. Nos mantuvieron por casi dos horas, rodeados de policías armados en una esquina, al aparecer esperando órdenes de la embajada china.

Luego nos esposaron y nos trasladaron en un vehículo que utilizan para trasladar presos, no sabía a dónde nos llevaban, estábamos incomunicados, incluso nos quitaron nuestros celulares.El conductor nos llevaba a gran velocidad y a los saltos. Dimos muchas vueltas, pero nosotros dentro de ese vehículo no podíamos ver a dónde nos dirigíamos. Decidí no sentarme para cuidar al bebe por lo alto que rebotaba el vehículo y una mujer policía quería obligarme a sentarme y comenzó a insultarme.

Cuando llegamos a esa oficina policial. Dos mujeres policías me obligaron a quitarme la ropa y me revisaron. Luego se llevaron mis pertenencias. Mientras tanto, mi esposo y familia no sabían de mi paradero. Lo que me generó angustia e indignación. También llegué a sentir miedo de no saber qué es lo que querían hacer con nosotros, nadie respondía nuestras preguntas.

Cuando ingresé sola a una celda casi oscura y fría fue cuando comenzó a dolerme la panza y a sentir contracciones, estaba preocupada por el bebé. Meilin, una practicante a gritos pidió que no me dejaran sola, que la llevaran conmigo. Juntas mandamos pensamientos rectos y realizamos los ejercicios de Falun Dafa y el dolor fuerte y de contracciones se eliminó por completo. Luego nos recostamos intentando dormir en una banca de cemento.Durante toda la noche los policías nos llevaron a realizar los trámites de ingreso a la celdas, a distintas oficinas internas con diferentes policías. Al día siguiente con ayuda de Dios y por intervención de una exfuncionaria argentina, el régimen chino no pudo lograr su objetivo de eliminarnos como lo hace con los practicantes de Falun Dafa en China, finalmente fuimos liberados.

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