Fuente: La Derecha Diario
Argentina fue el único país del G20 que no apoyó una declaración que promovía la igualdad de género. El documento, que buscaba establecer compromisos para reducir la “brecha de género” a nivel global, fue firmado por los demás miembros del foro, pero Argentina decidió mantenerse al margen.
La delegación argentina, liderada por el gobierno de Javier Milei, justificó esta postura alegando que el acuerdo contenía elementos que afectaban la soberanía del país en términos de políticas sociales y culturales.
El acuerdo al que Argentina no suscribió | La Derecha Diario
La declaración incluía aspectos sobre la participación femenina en el mercado laboral, el acceso a la salud y la educación, y la eliminación de la “violencia de género”. Sin embargo, el gobierno argentino consideró que algunas de estas disposiciones estaban en conflicto con su visión soberanista y su enfoque sobre las políticas de género.
Al no contar con el apoyo de Argentina, el consenso al que quería llegar el G20 se cayó por falta de unanimidad de sus miembros.
Nahuel Sotelo, la figura clave en la estrategia internacional de Argentina
El rechazo de Argentina a la declaración no fue un simple desacuerdo técnico. Nahuel Sotelo, uno de los principales articuladores de la política exterior del gobierno de Milei, tuvo un papel crucial en esta decisión.
Nahuel Sotelo, el hombre clave detrás de la no adhesión a la declaración | La Derecha Diario
Sotelo, conocido por su firme defensa de la agenda del actual presidente argentino, abogó por una postura de defensa de la soberanía y los valores nacionales, frente a lo que consideró una intromisión ideológica.
En entrevista con La Derecha Diario, Sotelo dejó en claro que Argentina no seguiría las directrices de organismos internacionales si estas no coincidían con los intereses del país y que sería uno de los encargados de llevar la agenda de Milei al mundo.
Los motivos detrás de la postura argentina
Desde la perspectiva del gobierno de Milei, el acuerdo del G20 promovía conceptos que no son compartidos por el ejecutivo. Diana Mondino, ministra de Relaciones Exteriores, bajo el asesoramiento de Sotelo, mencionó que la declaración sobre igualdad de género se alineaba con una agenda internacional que busca imponer directrices en lugar de permitir que cada país diseñe sus políticas de acuerdo a su cultura y realidad local.
El gobierno argentino también criticó que el documento del G20 no abordaba de manera equilibrada las diferencias culturales y sociales de los países firmantes.
Choque con Brasil y otras potencias del G20
La decisión de Argentina generó tensiones con otros países de la región, especialmente con el Gobierno de ultraizquierda de Brasil, el cual había sido uno de los impulsores de la declaración.
Sin embargo, Sotelo y el equipo argentino se mantuvieron firmes en su postura, destacando que la verdadera soberanía se basa en la capacidad de decidir qué acuerdos internacionales apoyar, sin sucumbir a la presión de potencias extranjeras.
Una visión soberanista en política exterior
Este episodio marca un nuevo enfoque en la política exterior de Argentina bajo el liderazgo de Milei. El país ha optado por desmarcarse de compromisos internacionales que considera no alineados con sus intereses.
Argentina está promoviendo una visión más autónoma y menos dependiente de las agendas impuestas por organismos multilaterales.
El gobierno de Milei ha dejado en claro que, en temas de igualdad de género y otros aspectos sociales, no cederá ante presiones internacionales que busquen imponer una visión homogénea de políticas que, en su opinión, deben ser adaptadas a las realidades locales.