Fuente: Mundo Libre

En una reciente entrevista con la conductora Amalia «Yuyito» González en el programa Empezar el día, el presidente argentino Javier Milei se refirió a su visión de la política exterior por votar a favor de Cuba en la ONU y justificó la salida de la ex canciller Diana Mondino. Milei explicó su decisión aludiendo a lo que consideró un «imperdonable error» en el ámbito diplomático y reafirmó los principios que han guiado sus políticas de gobierno.

Amalia González actualmente está en pareja con el mandatario argentino, por lo que también hubo momentos de distensión y de complicidad en el estudio.

Un error imperdonable y un despido fulminante

Según Milei, la actuación de Mondino en una reciente votación internacional, donde Argentina no se alineó con Estados Unidos e Israel, fue lo que selló el fin de su trabajo como canciller. «Mi alineamiento en el mundo era con Estados Unidos y con Israel», enfatizó, señalando que, en su gobierno, la política exterior responde a una línea clara y directa fijada por el propio presidente. «Vos no podés ir a una votación donde todos los países quedan de un lado, Estados Unidos e Israel quedan del otro, y nosotros teníamos que estar ahí», expresó en referencia al incidente.

La destitución de Mondino fue rápida: «El error le costó el puesto a los 30 minutos», afirmó el presidente, remarcando su postura de firmeza en la diplomacia y asegurando que cualquier funcionario que actúe de forma independiente en estos asuntos enfrentará consecuencias. Además, anunció una investigación interna en el Ministerio de Relaciones Exteriores para evaluar la responsabilidad de otros funcionarios, con el objetivo de sancionarlos o removerlos de sus cargos.

Rechazo a la Agenda 2030 y a la burocracia internacional

El presidente también criticó duramente lo que denominó «la Agenda Woke [progresista] dentro de la Agenda 2030 o el Pacto 2045», refiriéndose a programas de organismos internacionales que considera una amenaza para las libertades individuales. En sus palabras, «un conjunto de imbéciles fatalmente arrogantes… creen que le pueden manejar la vida al resto», postura que refleja su oposición a la influencia de organismos internacionales sobre la política interna argentina.

Milei apuntó también a la burocracia en Cancillería, acusando a algunos funcionarios de ser «traidores a la patria» por actuar en desacuerdo con la línea política que él establece. «Si quieren manejar un país, que vayan y ganen las elecciones», sentenció, refiriéndose a su convicción de que la política exterior debe ser fijada por el presidente, sin interferencias de funcionarios de carrera o de sectores pro-burocráticos.

Las declaraciones de Milei muestran un liderazgo que busca diferenciarse con una visión clara y controlada de la diplomacia y el gobierno interno, reafirmando sus compromisos con Estados Unidos e Israel y criticando las iniciativas globales que, según él, amenazan las libertades individuales. La destitución de Mondino y las futuras investigaciones en la Cancillería marcan su postura inflexible y confirman su decisión de que solo quienes respeten su línea política tendrán un lugar en su administración.

Ejes de su gobierno

Milei aprovechó la entrevista para reafirmar los tres ejes de su gobierno: el ajuste económico, la lucha contra la inseguridad y una política exterior alineada con Estados Unidos e Israel.

En cuanto a la economía, Milei destacó la reducción del gasto público mediante un «ajuste fiscal de 15 puntos del PBI», que describió como el ajuste más grande de la historia. La llamada «motosierra» se convirtió en un símbolo de su política económica, enfocada en la competencia de monedas, un concepto que, aunque algunos interpretan como «dolarización», Milei prefiere definir como una apertura para que diversas monedas puedan circular y competir en el mercado.

En seguridad, el presidente destacó la labor de las ministras Patricia Bullrich y Sandra Pettovello, quienes han implementado políticas de mano dura. Según Milei, estas medidas han sido efectivas para eliminar intermediarios de programas sociales y reducir los piquetes, áreas que considera claves para restablecer el orden y la seguridad en el país.

Nota del editor: El movimiento «woke» o progresista es una suerte de izquierdismo dedicada a la lucha de las identidades minoritarias por sobresalir, en un ambiente en donde estas se perciben inferiores o tratadas injustamente respecto a las mayorías.

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