Fuente: Voz Media
Por Leandro Fleischer
Un terrorista libanés-canadiense que asesinó a cuatro miembros de la comunidad judía en una sinagoga reformista en París, Francia, en octubre de 1980, y luego escapó a Canadá, fue contratado como profesor en la Universidad de Carleton, de ese país, donde impartirá clases de justicia social en acción.
Se trata del Dr. Hassan Diab (70), quien fue condenado a cadena perpetua en ausencia por un tribunal francés en 2023 por haber perpetrado el atentado con bomba que acabó con la vida de una mujer israelí llamada Aliza Shagrir y tres transeúntes. Además, 46 personas resultaron heridas por la explosión.
Tras huir a Canadá, Diab fue arrestado por las autoridades de ese país en 2008. A partir de ese momento se desencadenó una batalla legal de seis años. Diab sostuvo que no participó en el atentado y que las autoridades de Francia lo confundieron con otra persona.
En 2014, Diab fue extraditado a Francia y dos años después fue puesto en arresto domiciliario. Ese mismo día huyó del país europeo y regresó a Canadá.
En 2023, como se mencionó, fue condenado por un tribunal francés a cadena perpetua.
“Es una burla a las tumbas de las víctimas judías”
En declaraciones para el portal de noticias israelí Ynet, los hijos de Aliza Shagrir afirmaron: “Es indignante que una institución académica, que debería promover valores de igualdad y justicia, haya decidido contratar a un asesino a sangre fría, quien fue condenado unánimemente en un tribunal en Francia. Al parecer, cometer un acto terrorista mortal contra un objetivo judío no contradice los valores de la Universidad de Carleton”.
La cónsul de Israel en Toronto Idit Shamir también se expresó al respecto en la red social X. “Cada clase que este terrorista convicto imparte es una afrenta a las vidas que destruyó. Esto no solo es una falla en la Justicia; es una burla a las tumbas de las víctimas judías. Vergüenza para quienes lo permiten”, escribió.
La organización judía B’nai Brith Canada afirmó en un comunicado publicado recientemente que lamenta que a pesar de haber sido condenado a cadena perpetua en un tribunal francés, “Hassan Diab sigue viviendo libremente en Canadá, mientras que la Universidad de Carleton, de forma desmesurada, sigue permitiéndole el privilegio de enseñar en una institución canadiense”.