Oriana Rivas – Panam Post
La “policía voluntaria” es el nuevo organismo que ordenó crear Daniel Ortega para arreciar el autoritarismo en Nicaragua. Se trata de uno de los cambios contenidos en la reforma de más de 100 artículos de la Constitución con el que el dictador pretende legitimar este nuevo cuerpo parapolicial que usará para reprimir cualquier señal de descontento hacia su régimen y que emula a los grupos civiles armados creados por el chavismo en Venezuela desde los tiempos de Hugo Chávez.
La nueva medida aparece en el artículo 97, el cual establece que “se crea la Policía Voluntaria como cuerpo auxiliar de apoyo a la Policía Nacional, integrada por ciudadanos y ciudadanas nicaragüenses que prestan sus servicios de forma voluntaria”. Sin embargo, no son más que eufemismos. El tirano sandinista quiere evitar nuevos estallidos como el que ocurrió en el año 2018 producto de reformas al sistema de seguro social y de la crisis económica y política generalizada. Para ese entonces, 355 personas murieron a manos de la represión del Estado, según cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Ahora Ortega, como amigo del fallecido Hugo Chávez y aliado de su heredero Nicolás Maduro, copia su modelo para implementarlo en Nicaragua. En el año 2001, el dictador venezolano anunció la creación de los Círculos Bolivarianos, útiles un año más tarde durante el golpe de Estado en su contra para atacar las protestas ciudadanas. A partir de ese momento, estos grupos armados –conformados principalmente por cabecillas de bandas criminales– impusieron su propia ley, abriéndose paso en las calles del país en motos, con banderas y armas en mano. Al final, se terminaron convirtiendo en enemigos de los propios cuerpos policiales.
Institucionalizar a los paramilitares
Nada bueno trae esta orden del dictador nicaragüense. Y es que si bien su propuesta debe pasar por la aprobación del Parlamento, se trata de un mero trámite, ya que el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) tiene la mayoría de escaños. Medios de la nación centroamericana, como La Prensa, no ocultan que esta “Policía Voluntaria” en realidad solo “institucionaliza a los paramilitares”.
Daniel Ortega también plantea en esta reforma constitucional incluir como símbolo patrio la bandera del FSLN, de ideología marxista fundado en 1961. Hay que sumar además su objetivo de ampliar de cinco a seis años el período presidencial (teniendo en cuenta que hay reelección indefinida desde 2014) y la creación de una “copresidencia”, que estará por encima de la Vicepresidencia, la cual quedará en manos de su esposa Rosario Murillo, de acuerdo con las palabras que pronunció en febrero del año pasado. “Aquí está la compañera Rosario Murillo, copresidenta de la República. En verdad así es: ¡Es copresidenta de la República!. En la Constitución tendremos que hacer algunas reformas”, adelantó entonces.
Aunque en la modificación del artículo 23 se detalla que “la Policía Voluntaria estará adscrita y subordinada a las Delegaciones de Policía respectivas y corresponde a la Especialidad de Seguridad Pública ejecutar la captación, organización, supervisión y control de las fuerzas que integren este cuerpo”, en la práctica las cosas posiblemente serán distintas. El caso de Venezuela demuestra que estos grupos parapoliciales terminan siendo dirigidos por el propio dictador.
Así como los colectivos chavistas fueron parte indispensable para la represión del régimen venezolano, no todo fue beneficioso para la dictadura del país sudamericano, ya que terminaron siendo contraproducentes al punto de que el actual dictador ha anunciado planes infructuosos de “pacificación” para “luchar contra la violencia criminal” que desató el monstruo creado por el propio oficialismo.