Fuente: Mundo Libre Diario
No es más que un plátano pegado a una pared, pero era llamada “obra de arte” y aunque parezca increíble, se puso en venta en el mercado del arte neoyorquino y la semana pasada fue adquirida por 6,2 millones de dólares por un empresario chino-estadounidense.
En la casa de subastas de Sotheby’s, siete compradores o sus representantes compitieron por adquirir la pieza titulada “Comedian”, del artista conceptual italiano Maurizio Cattelan, la cual consiste en un plátano colgado de una pared con ayuda de un gran trozo de cinta adhesiva plateada. Cabe señalar que ni siquiera era la misma fruta ya que se cambiaba cada pocos días por razones obvias de descomposición.
Después de varios minutos, el precio subió de 800.000 dólares a 5,2 millones -o 6,2 millones sumando comisiones-, cuando sonó el martillo.
Poco después, Justin Sun, fundador de la plataforma de criptomonedas Tron, aseguró ser el comprador en un comunicado de Sotheby’s.
“Esto no es sólo arte. Representa un fenómeno cultural que crea puentes entre los mundos del arte, los memes y la comunidad de criptomonedas”, aseguró el empresario de Xining (China).
Además, prometió comerse “personalmente la banana como parte de esta experiencia artística única, honrando su lugar tanto en la historia del arte como en la cultura popular”.
Muchos críticos y espectadores consideran que la obra es un ejemplo de cómo el arte contemporáneo a veces parece más un truco publicitario que una creación significativa. La idea de pagar una fortuna por una banana pegada con cinta fue vista por algunos como una burla al público y al mercado del arte.
Por ejemplo, críticos como Jerry Saltz, de New York Magazine, señalaron que Comedian pone en evidencia la comercialización extrema del arte, donde la idea de exclusividad y especulación financiera supera al valor intrínseco de la obra.
Otros acusaron a Cattelan de plagiar ideas similares. La banana y la cinta adhesiva no son elementos nuevos en el arte conceptual, lo que llevó a algunos a desestimar la obra como derivativa o carente de innovación.
Para artistas y amantes del arte clásico, Comedian representa una tendencia en la que las habilidades técnicas y la estética quedan relegadas frente a las “ideas” o los “conceptos”. Esto alimentó críticas sobre la dirección actual del arte contemporáneo.
El ataque a la belleza
El libro “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo” de The Epoch Times explica en el capítulo 11 que la degradación de las artes viene aparejada también de una degradación en el plano moral y espiritual.
El libro sostiene que la belleza ha sido históricamente una de las cualidades más elevadas del arte, representando un puente entre la humanidad y lo trascendental. Según los autores, el comunismo, al buscar desarraigar los valores tradicionales y espirituales, emprendió una campaña deliberada para destruir el concepto de belleza como una aspiración universal. Este «ataque a la belleza» puede observarse claramente en el auge del arte contemporáneo, que celebra lo absurdo, lo vulgar y lo antiestético, alejándose del propósito original del arte.
Algunos puntos relevantes del capítulo dedicado a la profanación de las artes son:
1. La belleza como un pilar de lo trascendente
En las civilizaciones tradicionales, el arte servía para reflejar el orden, la armonía y la conexión espiritual. Las obras buscaban inspirar asombro y elevar la moral del espectador, ayudándole a conectar con verdades universales y valores permanentes. Sin embargo, el libro afirma que los movimientos ideológicos del siglo XX, incluido el comunismo, comenzaron a ver el arte como un medio para deconstruir estos ideales, utilizando formas disruptivas para desafiar la noción misma de belleza.
2. La celebración de lo banal y lo grotesco
El libro cita ejemplos de cómo el arte contemporáneo, influido por ideologías materialistas, rechaza deliberadamente la búsqueda de lo sublime y, en su lugar, glorifica lo banal, lo grotesco o lo absurdo. Obras como Comedian de Maurizio Cattelan representan este cambio de paradigma, ya que la pieza no busca ser hermosa ni transmitir una verdad universal, sino generar controversia, ironía y un vacío conceptual.
Según el enfoque del libro, este tipo de arte es producto de una agenda ideológica más amplia que intenta:
- Ridiculizar la tradición y las formas clásicas de expresión artística.
- Promover un relativismo cultural extremo, donde cualquier cosa puede ser considerada arte, independientemente de su mérito estético o espiritual.
- Desensibilizar al público hacia lo bello, enseñándole a aceptar lo feo, lo chocante o lo carente de significado como algo normal.
3. El impacto del arte conceptual y su relación con la ideología
El libro sostiene que obras como Comedian son representativas de una tendencia más amplia dentro del arte conceptual y contemporáneo, que busca alejarse de los principios básicos de proporción, técnica y belleza. Este tipo de arte, dicen los autores, es una herramienta ideológica porque:
- Desconecta al público de lo trascendental: Al sustituir la belleza por lo absurdo, se rompe el vínculo espiritual entre el arte y la humanidad, dejando a las personas atrapadas en un vacío materialista.
- Promueve el nihilismo: En lugar de inspirar o elevar, este tipo de arte refuerza la idea de que todo carece de significado, fomentando la apatía y la desconexión cultural.
- Desafía los estándares universales: Al sugerir que «todo vale» en el arte, se desmoronan los estándares tradicionales que alguna vez unificaron a las culturas, reemplazándolos por una fragmentación estética.
Un ejemplo concreto de esto es cómo Comedian se valoró más por su contexto comercial y mediático que por su mérito artístico. El libro señala que este tipo de obras trivializan el arte y lo convierten en un mero espectáculo o en una declaración de mercado, donde el valor de la pieza depende únicamente de su impacto en los medios o su precio en las subastas, no de su contribución estética o cultural.
4. La ideología detrás del rechazo a la belleza
El libro argumenta que el rechazo a la belleza no es una consecuencia natural de la evolución artística, sino una estrategia deliberada impulsada por ideologías que buscan desarraigar los valores tradicionales. En este contexto, el arte contemporáneo se convierte en una herramienta para:
- Desacreditar la espiritualidad y las tradiciones culturales al atacar su base estética.
- Normalizar lo grotesco y lo vulgar como expresiones legítimas de la humanidad, lo que contribuye a la degradación moral.
- Promover el relativismo, eliminando cualquier estándar objetivo que permita juzgar la calidad o el valor del arte.
Este enfoque se alinea con la crítica hacia piezas como Comedian, que no solo desafían la estética tradicional, sino que también trivializan el propósito del arte al reducirlo a una broma o a un ejercicio de provocación comercial. Según el libro, esta estrategia tiene el objetivo de debilitar la capacidad de las sociedades para valorar y proteger su herencia cultural.
Volviendo al arte tradicional
Recuperar las tradiciones artísticas auténticas y valorar la belleza es esencial para restaurar la conexión de la humanidad con lo divino y preservar las civilizaciones.
Mirando el estado político, ambiental y social del mundo actual, uno podría asumir que la humanidad está en declive; sin embargo, recuerda el proverbio: «Siempre es más oscuro antes del amanecer». Tenemos dentro de nuestros corazones la capacidad de rechazar lo negativo y abrazar lo positivo. Al volver a la tradición, podemos ver un nuevo renacimiento que iluminará e inspirará a muchas generaciones futuras.