Fuente: Informe Orwell

Un reciente informe del diario británico The Times ha reavivado el debate sobre la coexistencia de sistemas legales paralelos en el Reino Unido, al revelar que en el país existen 85 tribunales de la sharía que operan en asuntos familiares bajo preceptos islámicos. Estas instituciones no oficiales han sido criticadas por sectores políticos y sociales debido a sus implicaciones en los derechos de las mujeres, los niños y la igualdad ante la ley.

El dato que más ha captado la atención es que el 32% de los musulmanes en el Reino Unido expresaron en una encuesta su preferencia por vivir bajo las leyes de la sharía, lo que plantea preguntas sobre la integración cultural y la cohesión social en un entorno multicultural.

Las prácticas y sus críticas

Los tribunales de la sharía han sido acusados de perpetuar desigualdades al permitir prácticas como la poligamia masculina, divisiones desiguales en herencias, y la facilidad de divorcio para los hombres al pronunciar la palabra «divorcio» tres veces. De los aproximadamente 100.000 matrimonios islámicos registrados en el Reino Unido, una parte significativa no cuenta con reconocimiento legal oficial, lo que deja a las mujeres en una situación vulnerable ante disputas matrimoniales o de herencia.

Stephen Evans, director de la Sociedad Secular Nacional, expresó su preocupación: “Estos sistemas legales paralelos minan los valores democráticos y perpetúan una discriminación estructural, especialmente hacia las mujeres”.

Por su parte, Rupert Lowe, diputado del Partido Reformista, ha instado al Gobierno a prohibir los tribunales de la sharía: “Si decides vivir en el Reino Unido, debes cumplir con nuestras leyes. La alternativa es clara: adaptarse o dejar el país”.

División de opiniones

Mientras sectores reformistas exigen medidas contundentes para desmantelar estas instituciones, líderes de comunidades musulmanas, como el diputado independiente Iqbal Mohamed, defienden que las prácticas culturales, incluidos matrimonios entre primos, no deben ser estigmatizadas ni prohibidas. Mohamed ha abogado por un enfoque más comprensivo y culturalmente sensible.

El exlíder del UKIP, Henry Bolton, lamentó que durante años se haya evitado hablar del tema por considerarlo “tóxico” en el ámbito político. Según Bolton, esta autocensura ha permitido que la sharía se arraigue como un sistema paralelo que ahora resulta más difícil de abordar.

Un reto para la política británica

La existencia de estos tribunales plantea un desafío significativo para el Reino Unido en términos de políticas de integración. Richard Tice, vicelíder del Partido Reformista, advirtió que permitir su funcionamiento “socava la igualdad ante la ley, un pilar fundamental de nuestra democracia”.

El debate no solo ha puesto en el centro de atención a los tribunales de la sharía, sino también la necesidad de una discusión más amplia sobre cómo equilibrar la diversidad cultural con los valores democráticos y los derechos humanos.

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