Por Gabriela Moreno – Panampost.com
Tres bebés en la India están contagiados de metapneumovirus humano (HMPV, por su sigla en inglés), la misma patología que tiene a los hospitales en China desbordados de pacientes con tos, fiebre, congestión nasal y sibilancias. ¿Viene una nueva pandemia? Es pronto para saber la respuesta, pero el colapso de los servicios de emergencias y hospitalización de los establecimientos de salud en Pekín —a casi cinco años del inicio de la pandemia por COVID-19—, reviven el temor, considerando que ambos se contagian de la misma manera: a través de microgotas en el aire.
Sin embargo, las formas de contagio no son el mayor problema, sino la falta de una vacuna preventiva específica para combatir al virus HMPV a dos décadas de su descubrimiento en los Países Bajos.
Sin posibilidad de inmunizar a la población, en Pekín insisten desde hace una semana en evitar el contacto directo con un portador o con objetos contaminados por la tos o los estornudos de una persona infectada. Eso implica desde evitar estrechar las manos, besar o al tocar las superficies, según divulga The New York Times.
Las medidas contra el virus HMVP provocan un déjà vu. Sobre todo después de que el régimen comunista de XI Jinping anunciara el inicio de un monitoreo constante de los casos, la adopción de mascarillas, la implementación del distanciamiento social y la desinfección de espacios públicos.
Virus en todo el mundo
La imagen del acatamiento de las órdenes de Xi Jinping por parte de la población de la nación asiática, en medio de la avalancha de contagios de HMPV, tiene en alerta al mundo. No podía ser distinto, cuando el director del Instituto Nacional para el Control y la Prevención de Enfermedades Transmisibles de China, Kan Biao, confirmó el alza de casos en niños menores de 14 años, sin mencionar la cantidad y sin precisar el origen del brote.
La falta de claridad en los dos puntos reaviva la falta de credibilidad del gobierno de Xi durante la pandemia, cuando optó por negar la visita de funcionarios de la Organización Mundial de la Salud a Wuhan, vetar a laboratorios, expulsar a científicos extranjeros y prohibir la salida de investigadores chinos.
¿Es la misma apuesta ahora? Todo indica que sí. ¿Por qué? Sólo Xi conoce las razones, pero su hermetismo durante este brote de HMVP cuando transita una crisis de crecimiento económico arroja señales.
Con las arcas débiles por el estancamiento de la productividad de China, apostar al silencio sobre el virus chino parece estratégico, especialmente si el virus pudiese significar jugosas ganancias como sucedió con el coronavirus, cuya vacuna provocó una rentabilidad anual de al menos 50.000 millones de dólares a los fabricantes Sinovac y Sinopharm, dos compañías chinas que lideraron la inmunización mundial.
Contagios para el negocio
Repetir la hazaña de crear una vacuna en tiempo récord salvaría las finanzas de Xi tras el PIB caer de 5,3 % a 4,7 % entre el primer y segundo semestre de 2024.
Ya Hong Kong, Camboya y Taiwán reportan “casos aislados”. Si el número de contagiados aumenta, también lo haría el interés por una vacuna. Sólo basta tener claro que si bien el HMVP es un virus aparentemente cotidiano, que forma parte del grupo de los paramixovirus, en el cual se clasifican a la parotiditis, el sarampión y el virus sincicial respiratorio, su impacto es alto en las poblaciones vulnerables como adultos, ancianos y enfermos crónicos, quienes pueden desarrollar una bronquitis o neumonía.
Un punto clave ahora para Andrew Easton, profesor de virología en la Universidad de Warwick, Reino Unido, será cualquier variación en la incidencia o patrón de contagio. “Siempre es preocupante ver un cambio” advirtió en Live Science.