Fuente: Mundo Libre diario

El efecto placebo es ampliamente conocido por su capacidad para mejorar la salud de una persona a través de la sugestión positiva. Sin embargo, su contraparte, el efecto nocebo, puede ser igual de poderoso, aunque con consecuencias negativas. En el ámbito médico, esto subraya la importancia de las palabras, los gestos y el tono de los profesionales de la salud, ya que estos pueden influir profundamente en las creencias y el estado mental de los pacientes, moldeando incluso su estado físico.

¿Puede el pensamiento negativo ser letal?

Un caso que ejemplifica el impacto del efecto nocebo es el de Sam Londe, un vendedor de zapatos jubilado que, en 1974, fue diagnosticado con cáncer de esófago, considerado en esa época una enfermedad terminal. Aunque recibió tratamiento, la creencia generalizada entre los médicos era que su cáncer sería letal. Pocas semanas después del diagnóstico, Londe falleció, pero la autopsia reveló un hecho sorprendente: su cáncer era mínimo y no suficiente para causar su muerte.

El Dr. Clifton Meador, quien trató a Londe, quedó profundamente impactado por este caso. “Murió con la idea del cáncer, pero no de cáncer”, reflexionó Meador. Este caso lo llevó a cuestionar hasta qué punto las creencias negativas y la falta de esperanza pudieron contribuir al desenlace fatal.

Efecto placebo vs. efecto nocebo

El efecto placebo ocurre cuando un pensamiento positivo mejora la salud o el bienestar de una persona, mientras que el efecto nocebo, su contraparte, refleja cómo los pensamientos negativos pueden deteriorar el estado físico. Según Meador, figuras de autoridad como médicos, profesores o padres, a menudo influyen sin darse cuenta en las creencias negativas de otros, debilitando su esperanza y potencial.

El impacto de las creencias en la salud y la vida

Los pensamientos y creencias no solo afectan la salud, sino también todos los aspectos de la vida. Henry Ford lo expresó claramente: “Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, tienes razón”. Las creencias actúan como filtros que moldean nuestra percepción del mundo y afectan directamente nuestra fisiología.

El Dr. Bruce Lipton, en su libro The Biology of Belief, utiliza un experimento con filtros de colores para ilustrar cómo las creencias determinan nuestra percepción. En sus conferencias, pide al público que use filtros rojos o verdes para observar la misma imagen. Mientras unos ven un mundo lleno de amor y luz, otros perciben miedo y oscuridad. El cambio de filtros simboliza cómo nuestras creencias moldean la realidad que experimentamos.

Lipton argumenta que podemos elegir ver el mundo a través de un filtro positivo que fomente el crecimiento y la salud o uno negativo que deteriore nuestra mente y cuerpo. “Si eliges creer en un mundo lleno de amor, tu cuerpo responderá creciendo en salud. Si optas por un mundo de miedo, tu cuerpo entrará en un estado de protección, comprometiendo su bienestar”.

Lecciones de la ciencia y la espiritualidad

A lo largo de la historia, líderes espirituales como Buda y Jesús han subrayado el poder transformador de las creencias y los pensamientos. Hoy en día, la ciencia comienza a validar estas enseñanzas, demostrando que no son solo los genes los que determinan nuestro destino, sino nuestras convicciones más profundas.

En última instancia, nuestras creencias, pensamientos e intenciones son herramientas poderosas que moldean nuestra salud, relaciones y éxito. Cambiar nuestra mentalidad puede ser la clave para superar obstáculos, alcanzar metas y vivir una vida plena.

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