Por Israel Duro – Voz US media
Ser cristiano supone un riesgo cada vez mayor. Así se desprende de la Lista Mundial de la Persecución 2025 publicada por la organización internacional Open Doors (Puertas Abiertas en español). Este informe, que analiza el grado de discriminación y persecución que sufren los seguidores de Cristo en todo el Mundo, apunta que 2024 supuso un nuevo récord de 380 millones de fieles que viven con niveles altos de riesgo y de detenidos por defender su fe (4.744), así como en el número de amenazas (54.780), agresiones sexuales o matrimonios forzosos(3.231) o ataques a sus hogares, tiendas o negocios (28.368). Por contra, el número de personas asesinadas por motivos religiosos cayó por tercer año consecutivo hasta las 4.476.
Estos números significan que 1 de cada 7 cristianos está en riesgo elevado de persecución en el mundo en estos momentos. Unas cifras que se acrecientan en África (1 de cada 5) y, sobre todo, en Asia (2 de cada 5).
Asia, el continente con mayor riesgo para los cristianos
Este último continente es, de nuevo, es la región donde existe un riesgo más extremo para los cristianos. Corea del Norte tiene el triste honor de volver a encabezar la lista -como lleva haciendo desde 2002, con la única excepción de 2022 tras la vuelta de los talibán al poder en Afganistán-. El segundo clasificado en este triste recuento es Somalia, en África, el segundo continente donde más difícil resulta a los cristianos vivir su fe. Cierra el podio Yemen, uno de los países donde más se ha incrementado el riesgo durante el último año, lo que le ha valido para saltar de la quinta a la tercera posición.
Desde la organización destacan especialmente la situación de los fieles en Kirguistán, “que ha escalado puestos drásticamente en la Lista Mundial de la Persecución”. La puntuación de este país ha aumentado 7,5 puntos, “lo que ha bastado para subir su posición catorce puestos hasta el número 47, lo cual supone su primera aparición en el Top 50 desde 2013″.
Además, las medidas represivas implementadas por el actual presidente, Sadyr Zhaparov, desde 2021 han tenido eco en los países vecinos de Asia Central, como Kazajistán. En ambos se han disparado el número de redadas contra los seguidores de Jesús, así como los ataques con piedras y las amenazas. Según Frans Veerman, director general de la Unidad de Investigación World Watch, “La amenaza de los regímenes autoritarios en Asia Central se ha intensificado hasta el punto de que muchos cristianos en la región sienten cada vez más temor. Los cristianos son atacados deliberadamente o son extravulnerables en países asediados por elementos radicales y regímenes progresivamente más autocráticos».
El 69% de los cristianos asesinados, en Nigeria
Sin embargo, el país más mortífero para los cristianos vuelve a ser Nigeria. Los ataques por parte de la milicia Fulani y los grupos yihadistas dejaron 3.100 asesinados en 2024. Es decir, el 69% de los fieles que sufrieron una muerte violenta durante el pasado año.
Open Doors también quiso poner el foco en Argelia, Libia y Afganistán. En estos países “la presencia cristiana visible está disminuyendo, lo que lleva a los creyentes al aislamiento o a reuniones clandestinas”.
Según denuncia Veerman, “los gobiernos de estas regiones deben tomar medidas significativas para abordar la creciente influencia de grupos yihadistas y priorizar la protección de los vulnerables ante los agresores. Sin estas medidas, las comunidades cristianas que una vez fueron prósperas desaparecerán“.
México empeora su persecución contra los fieles
A pesar de que también alertan del aumento de políticas que dificultan a los cristianos vivir su fe y un mayor desamparo en Europa y América, estos países han mejorado su puntuación dentro del top 50. Así, y aunque continúan en la lista, Cuba pasó del puesto 22 al 26, mientras que Venezuela se situó en el 46 tras ser el 34 el año anterior. Por su parte, Nicaragua se mantiene en el puesto 30 mientras que México es el único que empeoró la situación de los fieles y pasó del 37 al 31.
Open Doors realiza anualmente una revisión de la situación de los cristianos en el mundo, cuantificando los niveles de riesgo de cada país de acuerdo con una serie de inputs objetivables, a los que otorga un valor numérico.