Pedro Fernández Barbadillo – La Gaceta de la Iberosfera
En la trinchera de los medios de comunicación antiTrump uno de los capitanes más destacados es Darrin Bell. Desde hace ocho años, dedica sus caricaturas en el Washington Post, Los Angeles Times y el New Yorker a denigrar a Donald Trump y a sus partidarios.
En sus dibujos, Trump y los miembros del movimiento MAGA (Make America Great Again) aparecen como racistas, sexistas, violentos, nazis, idiotas, violadores, amantes de las armas… Últimamente, ha dibujado a Trump como un abusador sexual. Y aunque Bell vive en el estado-refugio para los progres de California, en el que Kamala Harris obtuvo tres millones de votos más que Trump en las elecciones pasadas, se sintió decepcionado con la victoria del ex presidente.
La prometedora carrera de este guerrero cultural que no ha cumplido los cincuenta años ha concluido al ser detenido en su casa de Sacramento (California) por la Policía local bajo la acusación de poseer pornografía infantil. En el registro de su domicilio, los policías encontraron 134 vídeos de pornografía pedófila, parte de la cual estaba generada por inteligencia artificial. El dibujante está casado con la ilustradora y pintora Makeda Rashidi. Tiene cuatro hijos, lo que convierte en más repugnante su (supuesto) delito.
Bell nació en Los Ángeles en 1975 y, dentro de la miríada de identidades habituales en Estados Unidos, se define como negro y judío. Estudió ciencias políticas y antes de acabar sus estudios empezó a dibujar viñetas con tal éxito que a los veinte años ya las publicaba y le contrataron varios periódicos californianos. También es autor de una tira cómica, Candorville, cuyos protagonistas son afroamericanos y latinos. Al conocerse su detención, la publicación de Candorville se ha suspendido.
El departamento de Policía de Sacramento difundió una nota de prensa en la que explicaba que se ha asignado a Bell una fianza de un millón de dólares debido a la gravedad de las acusaciones y las pruebas en su contra.
Su ingenio y su compromiso político le han supuesto mucho trabajo bien retribuido y también premios. En 2019, recibió el Pulitzer en el apartado de caricatura-política. El jurado elogió sus ataques a Trump: «Por las hermosas y atrevidas viñetas editoriales que abordaron cuestiones que afectan a comunidades privadas de derechos, denunciando las mentiras, la hipocresía y el fraude en la agitación política que rodea a la administración Trump».
Con motivo del Pulitzer, Darrin Bell explicó cuáles eran las ideas que guiaban su trabajo: «Quiero que [los lectores] se lleven la idea de que tenemos que ser más respetuosos con la dignidad humana. Ese es el hilo conductor que intento tejer en cada viñeta que dibujo, ya sea sobre la brutalidad policial o los inmigrantes separados de sus hijos, o sobre Donald Trump».
Como tantos progres, Bell decía a los demás como debían vivir, pero él quedaba exento de sus consejos.
El Cid ganó batallas después de muerto. Donald Trump las venció antes de tomar posesión de la presidencia el pasado lunes: Justin Trudeau dimitió; Claudia Sheinbaum acepta controlar la frontera mexicana; Jeff Bezos y otros plutócratas le han financiado las fiestas de la ceremonia del día 20; Mark Zuckerberg reconoció que la Administración Biden aplicó la censura a las redes sociales; y uno de los principales ridiculizadores de él y de sus votantes en los medios ha sido detenido por pornógrafo. ¿Quiénes serán los siguientes?