Ante el inminente incremento en los contagios por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), también conocido como virus de Wuhan, el régimen chino ha puesto en marcha su aparato propagandístico para venderle al mundo una imagen distorsionada sobre los hechos, impulsando una narrativa que oculta las deficientes medidas tomadas para lograr contener el brote.
El 10 de diciembre del 2019 se reportó el primer caso de contagio en la ciudad de Wuhan (epicentro del brote). Los síntomas llevaron a que los funcionarios de la salud determinaran que se trataba de un nuevo virus, el cual se propagaba de persona a persona una vez que se comenzaron a reportar contagios entre los mismos especialistas.
A los funcionarios del Partido Comunista Chino les fue informado sobre la propagación del brote del virus el 27 de diciembre y tres días después las mismas autoridades chinas tomaron medidas para reprimir a los especialistas de la salud luego de que estos compartieran información sobre la situación del virus emergente a través de la red social WeChat.
De ese modo el régimen chino informó que no se había encontrado “ninguna evidencia clara de transmisión de humano a humano del nuevo coronavirus”, una declaración que fue replicada luego por la Organización Mundial de la Salud.
Ahora, aun cuando hay denuncias de que los contagios todavía persisten en China, el régimen mantiene en firme la idea de que el Partido Comunista Chino no sólo ha logrado un control del virus al interior del país sino que además hace alarde de que ha entregado suministros médicos a otros países infectados.
Como indica una columna de opinión la revista National Review, “en las últimas semanas, la máquina de propaganda china se ha acelerado, elogiando a China por ganar tiempo para que el mundo responda a la pandemia y por liderar la respuesta global al coronavirus, Ambas afirmaciones son falsas, a pesar de ser ampliamente difundidas en los medios”.
Mientras el virus diezmaba vidas en el país asiático, la propaganda del régimen promociona la imagen de un ‘gobierno con mano dura’ que demeritaba las respuestas del gobierno de EE. UU. para tratar con los ‘desastres naturales’, indica una columna de opinión del New York Times.
“Por ejemplo, antes de condenar la decisión de los funcionarios chinos a principios de enero de descartar la amenaza de una epidemia inminente, recuerde que en ese momento no se informó que el coronavirus haya causado ninguna muerte”, señaló Ian Johnson en su columna para el NYT.
Por otro lado, el régimen chino intenta engañar al mundo descargando toda responsabilidad frente al manejo del virus y en ese sentido ha culpado a los Estados Unidos de haberlo desarrollado como arma biológica para atacar a China, mientras tanto, nuevos informes revelan la manera como el gobierno del régimen ha estado encubriendo la información.
En una reciente visita a la ciudad de Wuhan, algunos funcionarios locales junto con la viceprimer ministra Sun Chunlan, fueron abucheados por varios residentes que gritaron desde sus balcones expresando su inconformismo, señalando que todo se trataba de una farsa, mientras los funcionarios llevaban a cabo el recorrido protocolario por la ciudad.
¡Falso, falso! ¡Todo es falso!”, gritaban los residentes desde sus casas. En un video uno de los ciudadanos presentes aclaró que “quienes dijeron la verdad fueron despedidos o silenciados”, según The Guardian.
Otro de los testimonios que se han vuelto relevantes en medio de la propaganda del régimen chino es el del microbiólogo hongkonés, Yuen Kwok-yung, quien a través de un artículo de opinión reafirmó que la pandemia se había originado en Wuhan.
El especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Hong Kong escribió el artículo titulado: “La pandemia se originó en Wuhan y las lecciones de hace 17 años han sido olvidadas”. No obstante debido a la presión del régimen chino, en una nota publicada el pasado 18 de marzo el especialista se retractó, según indicó South China Morning Post.
Fuente: https://bles.com/mundo/esfuerzos-regimen-chino-falsa-narrativa-origen-virus.html