Las investigaciones de las agencias de inteligencia internacionales descubrieron que el régimen chino “puso en peligro a otros países”, con el controvertido manejo del brote del virus PCCh (Partido Comunista de China).
El régimen chino perpetró un “asalto a la transparencia internacional”, concluyó la alianza de agencias secretas Five Eyes integrada por Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelandia y Estados Unidos, según New York Post, citando a The Telegraph de Australia.
A pesar de las campañas de desinformación impulsadas por el régimen comunista chino a través de los principales medios de información, sus estratagemas salen a luz.
El informe de 15 páginas detalla que el régimen chino “desapareció” a los médicos y científicos que quisieron avisar del desastre del virus del PCCh.
Asimismo, destruyó las pruebas de los centros de investigación genética que estudiaban al virus.
Luego, eliminó toda posible evidencia del puesto de mercado de animales silvestres, del que ha hecho creer que resultó este germen patógeno por primera vez.
Continuando con sus tácticas, negó que hubiese transmisión de la enfermedad de humano a humano, mientras una multitud de personas ya padecía los síntomas.
En este sentido, el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. (DHS, por la sigla en inglés) determinó que el régimen “ocultó intencionalmente la gravedad” de su crisis con el virus PCCh en enero, mientras conseguía equipos de protección en todo el mundo.
“Evaluamos además que el Gobierno de China trató de ocultar sus acciones negando que hubiera restricciones a la exportación y ofuscando y demorando el suministro de sus datos comerciales”, acusó el informe del DHS.
Así, emitió la perjudicial orden secreta a sus embajadas, en enero, para que acapararan todo el material de protección personal (PPE, por la sigla en inglés) disponible, dejando desprotegidos a la mayor parte de los países.
De Canadá obtuvo al menos 2.5 mil millones de piezas de protección en seis semanas, según Global News.
Con parte de ese material lograron hacer negocios al venderlos de nuevo a los países más necesitados.
A pesar de que se ha probado que el régimen chino mintió en diversas ocasiones, pasó a tratar de desprestigiar a los EE. UU. sugiriendo que este país había diseminado el virus del PCCh.
Ahora se niega a que se efectúen investigaciones independientes en el lugar de origen de la pandemia y en vez de asumir su responsabilidad responde tratando de desviarla, o amenazando con represalias comerciales a los países que intentan participar en esos estudios.
La situación no termina, mientras tanto varios países acusan al régimen chino por los daños y perjuicios ocasionados y buscan la forma de obtener las compensaciones adecuadas.
Ary Alegre