China corrigió el número de muertes por coronavirus en Wuhan de 2.579 a 3.869 (un aumento del 50,02%) el 17 de abril. Pero muchos aún cuestionan la exactitud de la cifra actualizada, dada la constante mentira del partido comunista chino (PCCh) desde que estalló la pandemia hace unos meses.

Ha habido muchas pruebas que apuntan a un número de muertes mucho mayor. Por ejemplo, a los residentes de Wuhan se les pidió el 23 de marzo que recogieran las urnas de sus seres queridos que habían muerto por el virus. Solo en la Funeraria Hankou, dos cargamentos de urnas (5.000 en total) fueron descargados el 26 y 27 de marzo para ser preparados para su posterior distribución.

Había largas colas de espera en las funerarias, donde estaba previsto distribuir un promedio de 500 urnas por funeraria cada día hasta el Festival Qingming (también conocido como el Día del Barrido de Tumbas, que este año cayó el 4 de abril). Con siete funerarias en Wuhan, el número de urnas distribuidas en el período de 13 días se traduciría en 45.500 muertes (500 x 7 x 13).

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Múltiples fuentes también han confirmado que los crematorios de Wuhan han estado trabajando sin parar durante los últimos meses. El 3 de febrero, Huang, un empleado de la Funeraria Wuchang, reveló al Laboratorio Guyu, una plataforma mediática china afiliada a Tencent, que a partir del 26 de enero, el segundo día del Año Nuevo Chino, los empleados debían presentarse a trabajar, sin excepciones. “Trabajamos las 24 horas del día. Nuestras cuatro líneas telefónicas funcionan las 24 horas del día y el personal está agotado”, dijo Huang.

Li Zehua, un expresentador de China Central TV (CCTV), visitó la Funeraria Qingshan el 21 de febrero y confirmó el relato de Huang sobre la pesada carga de trabajo en los crematorios de Wuhan. Li informó que para cuando se fue alrededor de las 11 p. m., los hornos todavía estaban funcionando.

Normalmente un horno tarda una hora en incinerar un cuerpo. Contando los 26 días entre el 26 de enero y el 21 de febrero, y suponiendo que cada uno de los 74 hornos (que tiene Wuhan) trabajó 24 horas cada día, entonces un total de 46.176 cuerpos (26 x 24 x 74) podrían haber sido cremados.

Li descubrió que el promedio de muertes no relacionadas con el coronavirus en Wuhan era de 137 por día. Excluyendo las 3.562 (137 x 26) muertes no relacionadas con el coronavirus, las muertes por coronavirus durante el período de 26 días serían 42.614 (46.176 – 3.562), una cifra igual a la de 45.000 derivadas del número de urnas distribuidas.

Si el número de muertos fuera de 42.614 en un período de 26 días, se podría inferir que el número de víctimas mortales en Wuhan en tres meses sería de más de 120.000.

Es evidente que el PCCh ha estado mintiendo sobre las víctimas reales del coronavirus. De hecho, esta no es la primera vez que el PCCh ha estado mintiendo desde que llegó al poder hace varias décadas.

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La Gran hambruna china

Tras el Gran Salto Adelante, una campaña política destinada a transformar a China de una economía agraria a una nación industrializada, se produjo allí una gran hambruna entre 1959 y 1961. Pasaron varias décadas y el PCCh sigue considerando tabú dar a conocer el número de personas que murieron de inanición durante la hambruna.

Se realizaron numerosos análisis basados en datos de censo. Cao Shuji, de la Universidad China de Hong Kong, publicó un artículo en la Chinese Journal of Population Science (Revista china de ciencias de la población) en 2005 y determinó que el número de muertes por causas no naturales entre 1959 y 1961 fue de por lo menos 33 millones.

Frank Dikötter, catedrático de Humanidades de la Universidad de Hong Kong, en su libro La gran hambruna en la China de Mao concluyó que la pérdida fue de al menos 45 millones.

Terremoto de Tangshan

El terremoto de Tangshan, un gran desastre que ocurrió el 28 de julio de 1976, es otro ejemplo. El PCCh anunció inicialmente una cifra de 655.000 muertos y la cambió a 240.000 más tarde sin ninguna explicación.

Sin embargo, en ese momento los cupones para comprar telas o alimentos distribuidos por el gobierno a finales de 1976 insinúan un número de muertes mucho mayor. Solo se entregaron 650.000 cupones mientras que se habían distribuido alrededor de 1,2 millones de cupones el año anterior. Muchos creen que la diferencia de 550.000 se acerca más al número real de víctimas, según investigaciones independientes.

Reconocimiento de un décimo de víctimas fatales de un accidente

El PCCh no solo miente sobre los desastres naturales y los provocados por el hombre, sino también sobre los accidentes graves. En agosto de 2015 en Tianjin ocurrió una explosión y murieron bastantes bomberos junto con otras víctimas. Un informe oficial del PCCh anunció 21 bomberos como el número de muertes.

Sin embargo, según las fuentes, todos los miembros de las nueve brigadas de bomberos de Tianjin y los tres equipos especiales de lucha contra incendios que habían ido al lugar de la explosión murieron. Cada brigada de bomberos consistía de 20 a 30 personas y cada equipo especial de bomberos tenía al menos 15 personas. Esto haría que el número total de muertos fuera de entre 200 y 300.

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Sustracción de órganos

Entre todas las mentiras del PCCh, la más grande podría ser la fabricada contra los practicantes de Falun Gong, un grupo de meditación basado en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Más de cien millones de personas han adoptado Falun Gong desde que se presentó al público en 1992.

Temiendo su creciente popularidad, el PCCh inventó numerosas mentiras sobre Falun Gong y lanzó una campaña nacional contra este en julio de 1999. Desde entonces, por su creencia, un gran número de practicantes han sido detenidos, encarcelados, torturados, o incluso se les han sustraído los órganos.

Gan Nan, una exoficial de aduanas del aeropuerto de la capital de Beijing, fue detenida en el campo de trabajo forzado para mujeres de Xin’an por tercera vez en 2001 por negarse a renunciar a Falun Gong. Contó su experiencia mientras era mantenida prisionera en el campo de trabajo.

“Nos hicieron exámenes físicos completos que incluían análisis de sangre, rayos X, electrocardiograma (ECG) y exámenes de córnea”, recordó Gan, que actualmente vive en Toronto (Canadá).

Su experiencia no fue única. En el ya desaparecido campo de trabajo forzado de Masanjia, una de las instalaciones donde los practicantes de Falun Gong fueron tratados de la peor manera, a todos los practicantes admitidos se les hicieron exámenes físicos completos en septiembre de 2000, y a cada practicante se le asignó una identificación única. Se enfatizaban aquellos con tipos de sangre especiales y los médicos les preguntaban si tenían alguna enfermedad genética en su familia.

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Las pruebas que salieron a la luz más tarde revelaron que los minuciosos exámenes médicos a los practicantes de Falun Gong realizados en los centros de detención del PCCh tenían por objeto sustraer órganos de practicantes sanos y vivos con el fin de obtener enormes ganancias.

En 2006 un testigo reveló lo siguiente: “Mi exmarido hizo extracciones de córnea. Al principio, no sabía si esas personas habían concedido permiso. Las personas que estaban en las mesas de operaciones no estaban conscientes. Estaban vivas. Lo supo después de realizar algunas extracciones. Declaró que la persona que le pidió que hiciera este tipo de cosas le dijo: ya estás en este barco. Matar a uno es un asesinato. Matar a varios es un asesinato también. Afirmó que más tarde supo que la gente estaba viva. No preguntó dónde se enviaban los órganos y los cadáveres”.

Según un médico castrense de la región militar de Shenyang, había 36 campos de concentración militares en China. Entre ellos, 672-S retenía a más de 120.000 reclusos a la vez y la mayoría eran practicantes de Falun Gong. “El comité central del partido comunista chino decidió tratar a los practicantes de Falun Gong como ‘enemigos de clase’ y manejarlos de cualquier manera que fuera económicamente rentable. En otras palabras, los practicantes de Falun Gong ya no eran considerados como seres humanos, sino como materia prima para productos comerciales”, explicó.

La practicante Gan tuvo la suerte de huir de China, pero muchos practicantes siguen desaparecidos o pueden haber muerto hace mucho tiempo después de que se les extrajeran los órganos.

Guo Guoting, un abogado que actualmente vive en el extranjero y que defendió a los practicantes de Falun Gong mientras estaba todavía en China, dijo que muchos practicantes habían desaparecido. Un ejemplo fue Huang Xiong, un estudiante de la renombrada Universidad Jiaotong de Shanghái. “Buscamos en todas partes y no pudimos encontrar su información”, explicó Guo.

Para evitar una mayor persecución o implicar a otros, los practicantes que fueron detenidos a menudo se negaron a informar sus nombres o domicilios. Como resultado, muchos de ellos fueron enviados a Tianjin o al noreste de China, donde pueden haber sido víctimas involuntarias de la sustracción de órganos.

El Tribunal Independiente sobre la Sustracción Forzada de Órganos de Prisioneros de Conciencia en China (el Tribunal de China), dirigido por Sir Geoffrey Nice QC, fiscal del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, estableció sede en Londres para investigar las acusaciones de sustracción forzada de órganos a prisioneros de conciencia en China.

El tribunal anunció sus conclusiones el 17 de junio de 2019. El panel concluyó que el PCCh ha estado sustrayendo órganos de practicantes de Falun Gong vivos en China durante muchos años y que esta brutalidad aún continúa hoy en día.

Aunque el PCCh anunció públicamente en 2015 que dejaría de obtener órganos de los prisioneros ejecutados, las investigaciones demuestran que sigue falsificando los números de donación de órganos. BMC Medical Ethics publicó el 14 de noviembre de 2019 un artículo titulado “El análisis de los datos oficiales de donación de órganos de fallecidos pone en duda la credibilidad de la reforma de trasplantes de órganos de China”. Los autores estudiaron los datos oficiales de donación de órganos en China y encontraron “pruebas muy convincentes de que están siendo falsificados”.

Observaciones finales

La mentira del CCP continúa hasta el día de hoy con la pandemia de coronavirus que ha infectado a más de 200 países y regiones de todo el mundo.

A medida que más y más gente comience a darse cuenta del daño del encubrimiento y las mentiras del PCCh, llegará el momento en que el régimen se derrumbe.

Fuente: Minghui.org

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