Redacción TierraPura.org  En estos últimos días ha sido muy común escuchar sobre el dióxido de cloro, más aún por parte de los medios de comunicación, los cuales se refieren a esta solución como un medicamento desaconsejado para combatir la pandemia del coronavirus.

En realidad el dióxido de cloro (ClO2) no es algo nuevo, sino que se ha utilizado desde hace más de 100 años para combatir todo tipo de bacterias, virus y hongos. Este actúa como desinfectante, ya que en su modo de acción resulta ser un oxidante.

La conductora argentina Viviana Canosa tomó un trago de dióxido de cloro en su programa y generó toda una ola de críticas. Entonces, cabe preguntarse ¿Por qué hay tanta polémica en relación a este producto?

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La solución ¿el camino más simple?

La reciente pandemia del coronavirus Covid-19 (también llamado virus PCCh) demanda soluciones urgentes con enfoques alternativos. Por ello, según los defensores del dióxido de cloro (ClO2), administrando la solución acuosa a dosis bajas, este promete ser una solución ideal, rápida y efectiva para la eliminación de este virus.

Andreas Kalcker

Su principal investigador y promotor, el biofísico alemán Andreas Kalcker ha declarado: “Al descubrir por mi mismo que existen más alternativas de las que la medicina convencional nos ofrece, se me han abierto los ojos y desde entonces me dedico a investigar sobre una sustancia conocida como MMS, que en realidad no es otra cosa que dióxido de cloro, uno de los desinfectantes más utilizados durante más de 100 años en la historia humana sin crear resistencias”.

Su acción se asemeja mucho a la forma en la que actúa nuestro propio cuerpo, por ejemplo en la fagocitosis, donde se utiliza un proceso de oxidación para eliminar todo tipo de patógenos. El dióxido de cloro (ClO2) es un gas de color amarillento que, hasta la fecha, no está introducido en la farmacopea convencional como principio activo. También se usa en la mayoría de las aguas embotelladas aptas para el consumo, puesto que no deja residuos tóxicos; además de ser un gas muy soluble en agua, indica Kalcker en su página oficial.

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Entrevista a una defensora del dióxido de cloro

Virginia Cinalli, una arquitecta que reside en la  provincia argentina de Salta, dialogó con Tierrapura.org, acerca del tratamiento con dióxido de cloro, del cual afirma que proporcionaría una potencial cura para el coronavirus, por lo que están solicitando al gobierno salteño que autorice su uso en pacientes diagnosticados con el virus PCCh (virus del partido comunista chino). 

Cuando le consultamos sobre cómo había tomado conocimiento del dióxido de cloro nos dijo que fue investigando a través de internet en 2016, pero que fue en un viaje a Buenos Aires en febrero, que una amiga le dijo: “volvete a Salta con el dióxido de cloro”. 

La experiencia directa con el dióxido de cloro la tuvo a los pocos días de su regreso ya que se enfermó con una gripe muy fuerte, por lo que decidió probar unas gotas del producto para ver si tenía algún efecto, y quedó sorprendida por la rápida mejoría que tuvo. También nos relató que en otra ocasión su hija se alivió instantáneamente de una alergia que le provocaba mucha congestión, tomando una sola gota del medicamento. 

Virginia Cinalli, una promotora referente del dióxido de cloro en la provincia argentina de Salta. (Foto de su cortesía)

De igual manera pudo comprobar la efectividad del dióxido de cloro a través del relato de vecinos que también lo consumieron para tratar diferentes dolencias, y según manifiestan se curaron o mejoraron de una forma increíble. Otra de las experiencias de la que tomó conocimiento fue la de una persona de Gran Buenos Aires, “un médico de esa intendencia fue a atender a un hombre de 82 años que no se quería internar porque al hijo de él lo habían internado, supuestamente por Covid (vale decir porque hay muchos que los dan por enfermos y muertos por Covid y no son ciertos). Lo internaron, le pusieron respirador y lo mataron, entonces el hombre no quería por nada ir a hospitalizarse, el médico fue a la casa, le llevó dióxido de cloro y se curó, pero sumado a eso, este hombre de 82 años, hacía un año que había perdido la vista, cuestión que empezó a recuperar la vista. O sea, te recompone todo, es milagroso, es realmente milagroso el producto”, nos cuenta Cinalli.

Debido a que se dio cuenta que era tan bueno, comentó que comenzó a hablarlo con mucha gente, se comenzó a difundir y cada vez más personas le daban testimonio de que se curaban de sus enfermedades. Paralelamente conoció a Andreas Kalcker, el investigador y principal promotor del dióxido de cloro, a través de sus videos en Internet, los cuales les censuraban en las redes cuando los compartía: “empecé a ver que te borraban los videos, que todo lo que subías en Youtube desaparecía”, dice Cinalli. 

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Bolivia aprobó el uso del dióxido de cloro

Esta semana se conoció la noticia de que el Parlamento boliviano aprobó el uso del dióxido de cloro para tratar a pacientes diagnosticados con coronavirus. Tal como menciona el artículo 7 de la sancionada ley, «Los ciudadanos del territorio boliviano podrán utilizar la solución de dióxido de cloro, como medio alternativo, para prevenir o tratar la infección y las consecuencias provocadas por el COVID-19».

Bolivia ha logrado implementar la utilización del dióxido de cloro para tratar el coronavirus, a pesar de que las autoridades sanitarias anunciaron la persecución penal de su uso.

Cuando le consultamos a Cinalli por qué creía que las autoridades en Argentina no  aprueban su investigación y uso, habiendo tantos casos probados de recuperación con dióxido de cloro de pacientes con coronavirus en Bolivia, en Salta y en otros lugares, ella manifestó: “es por la presión de los laboratorios, al ser un producto de bajo costo, echa por tierra todo el plan que están llevando a cabo en el mundo. En el mundo nos quieren poner una vacuna, y con el dióxido de cloro no necesitas ninguna vacuna”.

Acerca del pedido concreto que le están haciendo a la Ministra de Salud de Salta, Josefina Medrano, expresó que “lo que le piden es que lo utilicen, siguiendo el acuerdo de Helsinki, en el artículo 37 dice que se puede probar cualquier cosa en caso de pandemia, si lo acepta el paciente y el médico se lo ofrece”, y agregó, “queremos que el Estado haga el testeo y todo el seguimiento científico, para que quede registrado y quede aprobado”.

Al respecto mencionó que el Senador Guillermo Durán Cornejo y 3 diputados de Juntos por el Cambio de Salta, prepararon un proyecto de resolución, el cual fue presentado por el Senador ante la Cámara de Senadores de la Provincia de Salta, el pasado 16 de julio. Mediante la resolución, solicitan al Ministerio de Salud de dicha provincia, realizar estudios en relación al dióxido de cloro para ser considerado como posible tratamiento para el COVID-19.

Entrevista al Senador Cornejo, el político que se atreve a denunciar el negocio

Desde TierraPura.org nos comunicamos con el senador Cornejo para preguntarle qué lo llevó a dar apoyo para que se autorice el uso del dióxido de cloro. En respuesta, el funcionario salteño argumentó que el hecho de llegar a conocer testimonios de personas que están consumiendo este medicamento hace tiempo, y sobre todo de personas que se han curado de distintas patologías, lo llevó a empezar a tomarlo, y comprobó a lo largo del tiempo, no solo que no es tóxico, sino que hace bien. Además agregó que, “el hecho de que no exista ningún medicamento ni vacuna que el ciudadano argentino pueda tener como salida para protegerse de este virus, al no existir nada, y sí ver las miserias de estos interesados en la cuestión económica, que nada le importa la desesperación de la gente, me hizo con más ahínco, difundir el dióxido de cloro”.

Por último manifestó que ningún representante nacional dijo absolutamente nada del dióxido de cloro, y que la polémica alrededor de este producto, se debe a que hay intereses económicos muy grandes. El dióxido de cloro es de venta libre, y ningún laboratorio influyente del mundo tiene la posibilidad de venderlo como propio, explicó. Esa es la principal y la única razón por la cual hay tantos detractores, y siempre de personas vinculadas al negocio de los laboratorios, concluyó. 

Poder informarnos sin miedo ni censura

Muy similar a lo que ocurrió en los EE. UU. con el principio activo Hidroxicloroquina, que se convirtió en el “medicamento político” cuando el presidente Trump lo recomendó y todos los medios de comunicación comenzaron a atacarlo, tal como sucede con el dióxido de cloro.

Según sus defensores, la presión de los laboratorios es demasiado grande, la carrera por una vacuna es muy competitiva y teniendo una solución que se puede obtener de la naturaleza y es muy económica, no responde a los grandes intereses corporativos ni de los gobiernos.

Cada uno como ciudadano responsable debería investigar por su cuenta y sacar sus propias conclusiones, con debido acceso a información sin censura. 

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