Tomando las cifras oficiales que recaba diariamente la OMS y el Ministerio de Sanidad nos encontramos con que, en las gráficas que actualiza continuamente Worldometers, la situación actual, a 20 de agosto de 2020 incluido, nada tiene que ver con la que vivimos en marzo y abril.
Observemos la gráfica de nuevos casos diarios, subrayando los cuarenta días posteriores a superarse los 700 contagiados en cada una de las dos olas, para que no haya duda respecto de iniciarse recuentos desde una cifra consistente en número de PCR positivos previos:
Contrastando la anterior gráfica de contagiados con la de fallecidos (abajo), puede contabilizarse que, en los mismos dos tramos, del 1 de marzo al 9 de abril (40 días) perdieron la vida 15.430 personas y del 7 de julio al 15 de agosto (también 40 días), fallecieron 212 personas. DEP.
La letalidad de las nuevas cepas es un 98,63% inferior. O lo que es lo mismo, la letalidad en marzo-abril era un 7.178% superior
Estos datos, con divergencias diarias pero con mismo global, son cotejables en la página del Ministerio de Sanidad, si bien, sus gráficas no son interactivas para un posible recuento que bien puede realizar, cualquier persona y en cinco simples minutos, en el anterior enlace de Worldometers.
La matemática no engaña y las cifras son las oficiales. La letalidad de las nuevas cepas es un 98,63% inferior. O lo que es lo mismo, la letalidad en marzo-abril era un 7.178% superior. Lo que tenemos desde junio no alcanza ni a la mortalidad de la gripe más suave jamás conocida: cinco muertos diarios en estos últimos 40 días, cuando cada singular día fallecen en España 1.150 personas.
¿Dónde está el potencial riesgo de colapso sanitario que pudo justificar alguna de las medidas tomadas tras el 8-M?
El Ministerio de Sanidad nos señala que el ingreso diario en UCI’s ha sido de 8 personas en la última semana (56 en total, falleciendo 54 personas en la misma semana, del 9 al 16 de agosto, la más “letal” de estos “masivos nuevos rebrotes”):
Según la OCDE, España cuenta con 4.550 camas de UCI (97 por millón), por lo que su ocupación por covid, a día de hoy, es del 0,18%.
En mismo sentido, cada día circulan por las redes sociales no menos de una treintena de vídeos de salas de espera de urgencias de toda España prácticamente vacías. Si bien, los medios oficiales del actual Gobierno (el 95% de los consumidos), no cesan de infundir pánico sobre la base de unos “records de contagios” que provienen de unas campañas masivas de tests rápidos de anticuerpos y PCR’s.
Lea también: Irrazonable: Kamala Harris culpa a Trump por el coronavirus mientras ignora su verdadero origen
Como se sabe por su propia ficha técnica, por los datos del Ministerio de Sanidad1 y por los del ya famoso informe del Colegio de Biólogos de Euskadi2, estos test tienen una deficiencia de “al menos un 50% de falsos positivos”. Todo ello, coloca a los medios del Régimen en posición de recibir un infinito número de querellas criminales, por las que se entiende que habrán de desembolsar indemnizaciones millonarias por los daños que están generando proactivamente al tejido productivo, vital y emocional de la población, dado que son, junto a la misma información sesgada y criminal de los gobiernos locales y estatal, el único sustento y alimento sobre el que se están basando las medidas. Al margen de las penas de prisión, está claro que no podrán pagar los daños y perjuicios.
1: pregunta/respuesta nº 1, 6 y 8, aquí
2: Párrafos 6º y 7º del punto «B) Test de PCR«, aquí
Tanto los gobiernos locales y regionales, como el estatal, están volviendo a implementar todo tipo de normas restrictivas –y flagrantemente ilegales–, anunciando el camino hacia un nuevo confinamiento, es decir, hacia la destrucción total de la economía y nuestra forma de vida hasta ahora conocida. Por ello, surgen varias preguntas, ante la incontestable FARSA que supone todo esto, con cinco fallecidos diarios y un “colapso” de las UCI’s del 0,18% de su capacidad:
¿Vamos a seguir permitiendo ese Golpe de Estado sobre nuestros derechos, economía y forma de vida? ¿Vamos a dejar que nos obliguen a seguir sin poder trabajar, cerrar nuestros negocios, limitar horarios, imponer toques de queda y hasta confinarnos de nuevo y conducirnos a la ruina total, cuando NO EXISTE ningún otro motivo real que un exclusivo interés político, y económico de ciertas élites que ni siquiera son españolas?
¿Se puede parar el Golpe de Estado sin riesgo, rebeliones o desorden?
La respuesta es que sí. Si no cerramos el negocio, si no dejamos de trabajar, si dejamos a los niños en paz de una vez y los llevamos al colegio, quieran o no quieran en su centro escolar, si volvemos a respirar oxígeno en vez de CO2, fumar o comer en la calle, algún incauto policía, desconocedor de la Ley, podrá ponernos una o tantas sanciones crea que debe. Toda sanción que vulnere derechos constitucionales, bajo Decretos de Ley que son siempre de inferior rango o simples normativas locales, es nula de pleno derecho.
Lea también: ¿Falsa muerte por dióxido de cloro en Argentina? Certificado de defunción indicaría la verdadera causa
Para quebrantar derechos fundamentales (libertad de movimiento, trabajo, educación, consumo, comer, respirar, etc.) se requiere de una Ley Orgánica o de un Estado de Excepción. Ningún juez podrá validar ningún embargo por impago de sanción con base en dichas normativas. Y cuanto más pospongamos el pago de sanciones y más de éstas acumulemos, mayor será la cuantía con que habrán de indemnizarnos (principal si se hubiera pagado, intereses, costas, daños y perjuicios) en lo que, en cualquier caso, será de partida un imposible procedimiento sancionador. No pueden.
Si no actuamos ya, hoy mismo (quedan 20 días…), podrán invertir el orden de toda democracia, poniendo al pueblo a su servicio. Y en España, como en el otro país probeta de la plandemia (Argentina: seis meses de confinamiento de 45 millones de habitantes, con tan solo seis mil fallecidos…), no hablamos de simples políticos, sino de criminales profesionales, de los que hemos de protegeros de inmediato.
Lo que está siendo, técnica y legalmente, un Golpe de Estado y la destrucción de la forma de vida que habíamos conocido hasta ahora, no es una idea abstracta ni exagerada, sino un hecho probado y cotejable cada singular día en las nuevas regulaciones que están decretando de nuevo. Frenar todo ello no es más que la obligación imperativa e inmediata de todo ciudadano y empresario de bien, que no esté alienado o apesebrado por la chusma chavista que aún podemos parar.
No hay riesgo. No hay posible desorden. No pueden cobrarse ninguna sanción. Sólo hay miedo y éste está incontestablemente refutado por la realidad de los datos sobre lo que verdaderamente está ocurriendo.
*Moncho Tamames es empresario autónomo, activista en derechos civiles, licenciado en periodismo y grado en psicología. Las opiniones pertenecen exclusivamente al autor del texto.
Fuente: Actuall
Envía tu comentario
Últimas
