Traducido de Mirror.uk por TierraPura.org
Los violadores serán castrados o serán condenados a muerte con las nuevas y duras leyes que está promulgando un gobernador regional de Nigeria.
Cualquier hombre que viole a una persona mayor de 14 años será castrado quirúrgicamente y condenado a cadena perpetua. En caso de que la violación haya sido hacia un niño menor de esas edad, directamente será ejecutado.
Por su parte, a las mujeres se les extraerán las trompas de Falopio por violar a un niño menor de 14 años, y se les sentenciará a cadena perpetua por hacerlo a uno de más que sea más grande de esa edad.
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En la región de Kaduna, en el noroeste de Nigeria, se declaró el estado de emergencia, ya que los casos de violación se dispararon durante el encierro del coronavirus.
Tras las protestas de grupos de mujeres, el gobernador de Kaduna, Nasir Ahmad el-Rufai, firmó la ley que entra en vigor el 17 de septiembre, lo que significa que el país más densamente poblado de África tiene la ley más estricta contra la violación.
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Hasta el 17 de septiembre, la sentencia máxima por violación en Nigeria era de 21 años, y cadena perpetua por violar a un menor, informa Daily Star Online.
El Gobernador dijo que la nueva ley extrema era necesaria para proteger a los niños.
La policía nigeriana dijo que el número de violaciones aumentó en abril después de que se aplicara un bloqueo nacional a causa del coronavirus.
Según el UNICEF, la nación africana se ha enfrentado durante mucho tiempo a una crisis de violencia sexual y una de cada cuatro mujeres jóvenes y niñas sufre abusos sexuales antes de cumplir los 18 años.
La legislación es consecuencia de las protestas masivas que se produjeron después de que Uwaila Omozuwa, una estudiante de 22 años, fuera violada y asesinada a golpes mientras estudiaba en su iglesia local.
Fue encontrada semidesnuda en un charco de sangre en la iglesia donde había sido miembro del coro durante muchos años.
El portavoz del Comando de Policía de Edo, Chidi Nwabuzor, dijo: “Se recuperó el objeto utilizado en la escena, que era un extintor de incendios”.
“Inmediatamente los agentes… revisaron las huellas dactilares, lo que nos condujo a nuestro sospechoso”.
La hermana de Uwaila, Judith, dijo que “quería ser ministra y predicar la palabra de Dios” y “que fue asesinada donde siempre encontró paz es simplemente devastador”.
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