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Prólogo

La cultura es el alma de una nación. Es un factor espiritual tan importante para la humanidad como los factores físicos de la etnia y el territorio.

El desarrollo cultural define la historia de la civilización de una nación. La completa destrucción de la cultura de un pueblo conduce al exterminio de la nación. Naciones antiguas con civilizaciones cargadas de gloria pasaron a considerarse desaparecidas cuando se destruyó su cultura, aunque sus etnias sobrevivieran. China es el único país que posee una civilización con 5000 años de historia. La destrucción de su cultura tradicional es un crimen imperdonable.

La cultura china, sobre la que existe la creencia de que fue transmitida por Dios, se inició con mitos como el de la creación del cielo y la tierra por Pangu,1 la creación de la humanidad por Nüwa,2 la identificación de Shengnong de cientos de hierbas medicinales3 y la invención de Cangjie de los ideogramas chinos.4 “El hombre sigue a la tierra, la tierra sigue al cielo, el cielo sigue al Dao, y el Dao sigue lo que es natural.”5 La sabiduría daoísta de unidad entre el cielo y la humanidad corre por las venas de la cultura china. “El gran aprendizaje fomenta la cultivación de la virtud.”6 Hace dos mil años, Confucio abrió una escuela para enseñar a la sociedad el pensamiento confuciano representado en las cinco virtudes cardinales de bondad, rectitud, decoro, sabiduría y fe. En el siglo I, el budismo de Sakya Muni arribó a China con la bandera de la misericordia y la salvación de todos los seres. La cultura china se volvió más amplia y profunda. Así, el confucianismo, el daoísmo y el budismo se convirtieron en credos complementarios en la sociedad china, y llevaron a la dinastía Tang a la cima de su gloria y prosperidad, como es conocida por todo el mundo.

Aunque el pueblo chino ha sufrido numerosas invasiones y ataques a lo largo de su historia, su cultura tradicional siempre manifestó una gran resistencia y energía, y su esencia se transmitió a través de las generaciones. La unidad del cielo y la humanidad representa la cosmogonía de nuestros ancestros. Debemos al sentido común la idea de que “lo bueno es recompensado y lo malo castigado”. Es una virtud elemental no hacerle a otro lo que uno no quiere que le hagan. Lealtad, devoción filial, dignidad y justicia son los parámetros sociales del hombre en este mundo, y las cinco virtudes cardinales de Confucio de bondad, rectitud, decoro y sabiduría y fe constituyen la piedra basal para la moral personal y social. Con estos principios rectores, la cultura china encarnó la honestidad, la amabilidad, la armonía y la tolerancia. Los entierros de los ciudadanos chinos comunes rendían tributo al cielo, la tierra, al emperador, a los padres y al maestro. Ésta era una expresión cultural de las raíces tradicionales chinas profundas, que veneraban a Dios (el cielo y la tierra), la lealtad a la Patria (el emperador), los valores familiares (los padres) y el respeto por los maestros y la gente mayor. La cultura tradicional china perseguía la armonía entre el hombre y el universo y enfatizaba la ética y la moralidad del individuo. Se basaba en la fe de las prácticas de cultivación del confucianismo, el budismo y el daoísmo, y brindaba al pueblo chino tolerancia, progreso social y un resguardo para la moral humana y el credo justo.

Contrariamente a la ley, que dicta reglas rígidas, la cultura actúa como un limitador moderado. La ley impone un castigo después de que se comete un crimen; en cambio la cultura, al alimentar la moral, impide que el crimen suceda. Los valores morales de una sociedad suelen reflejarse en su cultura.

En la historia china, la cultura tradicional vivió su apogeo durante la próspera dinastía Tang en coincidencia con el cenit del poder de la nación china. La ciencia también atravesaba un buen momento y gozaba de gran fama en todo el mundo. Los estudiosos llegaban de Europa, Oriente Medio y Japón para estudiar en Chang’an, la capital de la dinastía Tang. “Los países limítrofes veían a China como su estado soberano, y viajaban para rendirle homenaje”.7

Después de la dinastía Qin (221-207 a. C.), en muchas ocasiones China fue ocupada por grupos minoritarios. Estos grupos tuvieron períodos de predominio durante las dinastías Sui (581-618 d. C.), Tang (618-907 d. C.), Yuan (1271-1361 d. C.) y Qing (1644-1911 d. C.), y en otras épocas. No obstante, casi todos terminaron asimilando las costumbres chinas. Éste es un hecho que demuestra el gran poder de integración de la cultura tradicional de este país. Como dijo Confucio, “(Así) si las personas de lejos no aceptan lo nuestro, debemos convencerlas cultivando (nuestra) cultura y virtud”.8

Desde que en 1949 llegó al poder, el PCCh destinó los recursos nacionales a destruir la cultura tradicional china. Esta mala acción no se origina en una búsqueda de industrialización ni en posturas estúpidas de veneración de la civilización occidental. Más bien, obedece a que la ideología inherente del PCCh y la cultura tradicional china son como el agua y el fuego. Así, la destrucción de la cultura china fue algo planeada, bien organizado y sistemático, sustentado por el uso de la violencia de Estado. Desde su consolidación, el PCCh nunca dejó de “revolucionar” la cultura china para exterminar su espíritu.

Aún más despreciable que esta destrucción es el mal uso intencional y la alteración solapada de la cultura tradicional que hace el PCCh, mediante el método de “tomar la flor y plantarla en el árbol”. El PCCh resalta las partes malas de la historia china, todo lo que ocurría cuando las personas se apartaban de los valores tradicionales, como las luchas internas de poder en la familia real, el empleo de tácticas negativas y la conspiración, y el ejercicio de la dictadura y el despotismo. El PCCh recurrió a ejemplos aislados de la historia para crear su propio conjunto de parámetros morales, de maneras de pensar y su sistema de discurso. Con esto, logró crear la impresión de que la “cultura partidaria” es realmente la heredera de la cultura tradicional china. El PCCh incluso aprovechó la aversión que algunas personas sienten por la “cultura partidaria” para incitar a que el pueblo se aleje aún más de la auténtica tradición china.

Este proceso ha traído consecuencias nefastas para China. La gente no sólo perdió sus principios morales, sino que fue víctima de un adoctrinamiento con las teorías perversas del PCCh.

I. ¿Por qué el PCCh quiere sabotear la cultura china?

La extensa tradición de la cultura china se basa en la fe y la veneración de la virtud

La auténtica cultura de la nación china se originó hace 5000 años con el legendario emperador Huang (Huangdi), considerado el primer ancestro de la civilización china. Además, se cree que el emperador Huang fue el fundador del daoísmo, también conocido como la escuela de pensamiento de Huang-Lao (Lao Zi). La profunda influencia del daoísmo sobre el confucianismo puede apreciarse en dichos de Confucio como “Aspira al Dao, alinéate con la virtud, guíate por la benevolencia y sumérgete en las artes” y “si uno oye el Dao por la mañana, puede morir sin arrepentimiento por la noche”.9 Considerado por el confucianismo como el clásico chino más importante de la historia, El libro de los cambios (I Ching) es un registro del cielo y la tierra, del yin y el yang, de los cambios cósmicos, del progreso y la decadencia de la sociedad y de las leyes de la vida humana. El poder profético del libro ha sobrepasado por mucho lo que la ciencia moderna puede concebir. Además del daoísmo y el confucianismo, el budismo, especialmente el budismo zen, ha tenido una sutil aunque profunda influencia en la intelectualidad de este país.

El confucianismo es la parte de la cultura tradicional china centrada en “ingresar al mundo cotidiano”. Pone el acento en la moralidad familiar en la cual la devoción filial desempeña un papel fundamental. Los chinos creían que toda bondad empezaba con la devoción filial. Confucio abogaba por “benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y fidelidad”, pero también postulaba: “¿No son acaso la devoción filial y el amor fraternal las raíces de la benevolencia?”.

La ética familiar puede servir también a la moral social. La devoción filial puede proyectarse a la lealtad de los subordinados hacia el soberano. Se dice que “es raro que una persona con devoción filial y amor fraternal desee ofender a sus  superiores”.10 El amor fraternal es la relación entre hermanos, y puede proyectarse a la rectitud entre amigos. El confucianismo enseña que en la familia, el padre debe ser bueno; un hijo, filial; un hermano mayor, cordial, y un hermano menor, respetuoso. Aquí, la bondad del padre puede proyectarse a la benevolencia de un soberano hacia sus subordinados. Mientras puedan mantenerse las tradiciones familiares, podrá sostenerse la moral social con naturalidad. “Cultivarse, regular la familia, gobernar con justicia el Estado y llevar tranquilidad y felicidad a todo el reino”.11

El budismo y el daoísmo son las partes de la cultura china centradas en “dejar el mundo cotidiano”. Es posible ver que la influencia del budismo y el daoísmo penetra todos los aspectos de la vida de las personas comunes. Entre las prácticas con una raíz profunda en el daoísmo se cuentan la medicina china, el qigong, la geomancia (feng shui) y la adivinación. Estas prácticas, junto con los conceptos budistas del reino celestial y el infierno, la recompensa kármica del bien y la retribución del mal, además de los principios de la ética de Confucio, constituyen el núcleo de la cultura china tradicional.

Las creencias del confucianismo, el budismo y el daoísmo establecieron para los chinos un sistema moral estable, inmutable “mientras el cielo exista”.12 Este sistema ético es la base de la sustentabilidad, la paz y la armonía en la sociedad.

La moralidad pertenece al terreno de la espiritualidad, por lo que suele ser conceptual. La cultura expresa ese sistema moral abstracto en un lenguaje que puede comprenderse con facilidad.

Tomemos las cuatro novelas más famosas de la cultura china. Viaje al oeste13 es un relato mítico. Un sueño de mansiones rojas14 comienza con un diálogo entre una roca con espíritu, la Deidad del Espacio Infinito y el Dao del Tiempo Ilimitado en el Acantilado Sin Fundamento del Gran Monte del Desperdicio. Este dialogo brinda pistas que anticipan el drama humano que se desarrollará en la novela. Forajidos del pantano15 empieza con el relato de cómo el premier Hong Taiwei, a cargo de los asuntos militares, libera accidentalmente a 108 demonios. La leyenda explica el origen de los “108 forajidos de la valentía”. Tres reinos16 comienza con una advertencia celestial de una catástrofe que se avecina y termina con la inevitable realización de la voluntad divina: “Los asuntos del mundo se precipitan como un río interminable; un destino contado por el cielo, infinito en alcance, condenará todo”. Otras historias bien conocidas, como el Romance del oriental Zhou17 y La historia completa de Yue Fei,18 comienzan con leyendas similares.

El uso que hacen estos novelistas de los mitos no es una coincidencia, sino una reflexión de filosofía básica de los intelectuales chinos sobre la naturaleza y la humanidad. Estas novelas han tenido una marcada influencia sobre el pueblo. Cuando se habla sobre “justicia”, la gente piensa en Guan Yu (160-219 d. C.), de los Tres Reinos, y no en el concepto en sí: cómo su conducta justa hacia sus amigos iba más allá de las nubes y alcanzaba el cielo; cómo su lealtad infinita hacia su superior y hermano de juramento Liu Bei le había ganado el respeto aun de sus enemigos; cómo su valentía en la batalla prevalecía en la situación más adversa, su derrota final en un combate cerca del Pueblo de Mai; y finalmente, su conferencia como deidad con su hijo. Cuando se habla de “lealtad”, los chinos piensan naturalmente en Yue Fei (1103-1141 d. C.), un general de la dinastía Song que sirvió a su patria con integridad y fidelidad sin reservas, y en Zhuge Liang (181-234 d. C.), primer ministro del Estado de Shu durante el período de los Tres Reinos, quien dio todo hasta el último latido de su corazón.

El encomio de la cultura tradicional china de las nociones de lealtad y justicia se manifestó plenamente en estas pintorescas historias. Los principios morales abstractos que abrazan estos autores se manifiestan y encarnan en expresiones culturales.

El daoísmo enfatiza la verdad, el budismo rescata la misericordia, y el confucianismo valora la lealtad, la tolerancia, la benevolencia y la justicia. “Aunque en forma son diferentes, sus propósitos son los mismos… no hacen más que inspirar a las personas a retornar a la bondad”.19 Éstos son los aspectos más valiosos de la cultura tradicional china basada en las creencias del confucianismo, el budismo de Sakya Muni y del daoísmo.

La cultura tradicional china abunda en conceptos y principios como los de cielo, Dao, Dios, Fo (seres iluminados o Budas), fe, vida, predestinación, benevolencia, justicia, decoro, sabiduría, fidelidad, honestidad, vergüenza, lealtad, devoción filial, dignidad, entre muchos otros. Muchos chinos pueden ser analfabetos, pero están familiarizados con las obras de teatro y óperas tradicionales, a través de las cuales han incorporado los valores tradicionales.

Así, la destrucción que el PCCh hace de la cultura tradicional china es un ataque directo a la moralidad china que aniquila las bases para la paz y la armonía de la sociedad.

La perversa teoría comunista se opone a la cultura tradicional

La “filosofía” del Partido Comunista se opone a la verdadera cultura tradicional china. La cultura tradicional respeta el mandato del cielo. Como dijo Confucio en una ocasión: “La vida y la muerte están predestinadas, y la riqueza y la posición social las determina el Cielo”.20 Tanto el budismo como el daoísmo son formas de teísmo y propugnan el ciclo de reencarnación de la vida y la muerte, y la causalidad kármica del bien y el mal. El Partido Comunista, por el contrario, no sólo es ateísta, sino que usa todas sus energías para enfrentar el Dao y atacar los principios celestiales, una postura conocida como “sin ley y sin cielo”. El confucianismo valora la familia, el Manifiesto Comunista promulga su abolición. La cultura tradicional distingue a los chinos de los extranjeros, el Manifiesto Comunista aboga por el fin de las nacionalidades. La cultura de Confucio fomenta la bondad hacia los demás, el comunismo insta a la lucha de clase. Confucio estimula la lealtad al soberano y el amor por la nación. El Manifiesto promueve la eliminación de las naciones.
Para alcanzar el poder y conservarlo, el Partido Comunista tuvo que introducir sus ideas inmorales en el suelo chino. Mao Zedong aseguraba: “Si queremos derrocar a una autoridad, primero tenemos que hacer propaganda y trabajar en el área de la ideología”.21 El PCCh percibió que la violenta teoría comunista, que se sustenta en el uso de las armas, es la negación del pensamiento occidental y no puede oponerse a los 5000 años de antigüedad de la profunda historia cultural china. Así, el PCCh hizo añicos esa cultura para que el marxismo-leninismo pudiera dominar la escena política china.

La cultura tradicional es un obstáculo para la dictadura del PCCh

Mao Zedong dijo una vez, convenientemente, que él no seguía ni al Dao ni al cielo.22 La existencia de la cultura tradicional china sin dudas fue un gran obstáculo para la oposición al Dao y al cielo practicada por el PCCh.

En la tradición china, lealtad no significa devoción ciega. A los ojos del pueblo, el emperador es el “hijo del cielo”; el cielo está sobre él. Como el emperador no puede hacer lo correcto en todas las ocasiones, es necesario que haya observadores permanentes que señalen sus errores. El sistema chino de crónica se desarrolla con historiadores que registran cada palabra y acción del emperador. Los funcionarios escolásticos podían oficiar de maestros para sus sabios monarcas, y los clásicos confucianos juzgaban la conducta del emperador. Si éste era inmoral —no iluminado por el Dao—, el pueblo podía levantarse y derrocarlo, como sucedió cuando Chengtang atacó a Jie, o cuando el emperador Wu desplazó a Zhou.23 Estas revueltas, desde la óptica de la tradición, no se vieron como violaciones a la lealtad tradicional o al Dao. En cambio, se consideraron una actuación en nombre del cielo para hacer cumplir el Dao. Cuando Wen Tianxiang (1236-1283 d. C.),24 un famoso jefe militar de la dinastía Song, cayó prisionero, no se rindió ante los invasores mongoles aun cuando el emperador trató de convencerlo de que lo hiciera. Esta acción se debió a que, como confucionista, creía que “el pueblo tiene la importancia suprema; la nación viene después; por último está el soberano”.25

La dictadura del PCCh de ninguna manera puede aceptar conductas como éstas. El PCCh quiere canonizar a sus líderes y fomentar un culto de la personalidad, por lo que no va a permitir la permanencia de conceptos de tan larga tradición como el del cielo y el gobierno superior de Dios. El PCCh es consciente de que sus acciones entran en la categoría del crimen más infame y descomunal contra el cielo y el Dao si se miden con la vara de la cultura tradicional. Sus miembros sabían que mientras existiera la cultura tradicional, el pueblo no aprobaría el proceder del Partido ni lo vería como “grandioso, cargado de gloria y acertado”. Los intelectuales conservarían la tradición de “señalar los errores del emperador y preservar la justicia a riesgo de su propia vida”,26 y de poner al pueblo por encima del soberano. Como resultado, el pueblo no se convertiría en la marioneta del PCCh, y el Partido no podría imponer obediencia en el pensamiento de las masas.

El respeto por el cielo, la tierra y la naturaleza de la cultura tradicional constituyen un obstáculo para la “batalla contra la naturaleza” del PCCh, en su intento de “modificar el cielo y la tierra”. La cultura tradicional atesora la vida humana y enseña que “toda situación que involucre una vida humana tiene que desarrollarse con el máximo de los cuidados”. Una concepción como ésta obstruye el régimen del genocidio y el terror impuesto por el PCCh. El parámetro moral ulterior esgrimido por la tradición cultural del “Dao celestial” interfiere con la manipulación que realiza el PCCh de los principios morales. Por todo lo expuesto, el PCCh hizo de la cultura tradicional su enemiga en su intento por ejercer el control de la situación.

La cultura tradicional desafía la legitimidad del régimen del PCCh

La cultura tradicional china cree en Dios y el mandato celestial. Para los gobernantes, aceptar el mandato del cielo significa obrar con sabiduría, seguir el Dao y estar en armonía con el destino. Y aceptar la creencia en Dios les recuerda que la autoridad sobre la humanidad reside en el cielo.

El principio rector del PCCh puede resumirse así: “Las cadenas de la tradición no volverán a sujetarnos; levántense, trabajadores, esclavos del pasado. La tierra se apoyará en cimientos nuevos; no somos nada, seremos un todo”.27 El PCCh sostiene el materialismo histórico y afirma que el comunismo es un paraíso terrenal, el camino hacia el cual conducen los líderes proletarios, o el Partido Comunista. La creencia en Dios socava la legitimidad del poder del PCCh.

II. Cómo el PCCh destruye la cultura tradicional

Todas las acciones del PCCh sirven un propósito político. A fin de instaurar, preservar y consolidar su tiranía, el PCCh necesita reemplazar la naturaleza humana con su despiadada naturaleza del Partido, y la cultura tradicional china con la cultura partidaria que postula “el engaño, la maldad y la violencia”. Este proceso de destrucción y sustitución abarca reliquias culturales, sitios históricos y libros antiguos, como los elementos tangibles, y otros intangibles como el enfoque tradicional sobre la moral, la vida y el mundo. Todos los aspectos de la vida humana fueron afectados por el cambio: las acciones, las formas de pensar, los estilos de vida, los valores tradicionales de la gente y su perspectiva del mundo. Al mismo tiempo, el PCCh identifica ciertas expresiones insignificantes y superficiales como la “esencia” de la cultura, y en definitiva se queda con éstas para luego usarlas como fachada: el Partido mantiene la apariencia de tradición mientras reemplaza la tradición verdadera con la cultura partidaria. De esta manera, engaña al pueblo chino y la comunidad internacional escondido en la máscara de “continuar el desarrollo” de la cultura china.

Extinción simultánea de las tres religiones

La cultura tradicional tiene sus raíces en el confucianismo, el budismo y el daoísmo. Como primer paso para destruir la cultura tradicional, el PCCh erradicó la expresión de los principios divinos en el mundo humano, y así eliminó a las tres religiones que se corresponden con ellos.

Las tres religiones principales, confucianismo, budismo y daoísmo, sufrieron ataques en distintos períodos históricos. Veamos el caso del budismo, que atravesó cuatro tribulaciones importantes en su historia: la persecución de devotos budistas realizada por los “Tres Wu y Un Zong”, nombre que hace referencia a los nombres de los cuatro emperadores chinos que las llevaron a cabo. El emperador Taiwu, de la dinastía Wei del norte (386-534 d. C.), y el emperador Wuzong, de la dinastía Tang (618-907 d. C.), trataron de erradicar el budismo para que prevaleciera el daoísmo. El emperador Wu, de la dinastía Zhou del norte (557-581 d. C.), intentó eliminar el budismo y el daoísmo al mismo tiempo, sólo que en favor del confucianismo. El emperador Shizong, de la dinastía Zhou tardía (951-960 d. C.), quiso hacer desaparecer el budismo sólo porque quería usar las estatuas de Buda para acuñar monedas, y no atacó ni al daoísmo ni al confucianismo.

El PCCh es el único régimen que logró exterminar las tres religiones al mismo tiempo. Poco después de establecerse como gobierno, el PCCh comenzó a destruir templos y a quemar escrituras, y obligó a los monjes budistas a volver a la vida secular. No mostró menos ensañamiento a la hora de destruir otros sitios religiosos. Hacia los años sesenta, en China casi no quedaban en pie lugares de culto religioso. La Revolución Cultural fue la causa de las mayores catástrofes para la vida religiosa y cultural del país con la campaña conocida como “Desechar los Cuatro Viejos”28: las viejas ideas, la vieja cultura, las viejas costumbres y los viejos hábitos.

Por ejemplo, el primer templo budista de China fue el Templo del Caballo Blanco (Templo Bai Ma), construido a comienzos de la dinastía Han oriental (25-220 d. C.) en las afueras de la ciudad de Luoyang, provincia de Henan. Se lo honra como “la cuna del budismo en China” y “el hogar del fundador”. Durante la campaña Desechar los Cuatro Viejos, el Templo del Caballo Blanco, como era de esperarse, fue objeto de saqueos.

Una brigada de producción del Templo del Caballo Blanco recibió la orden del secretario de una sucursal del Partido de romperlo en nombre de la “revolución”. Las estatuas de barro con más de un milenio de antigüedad de los Dieciocho Luohan levantadas durante la dinastía Liao (916-11125 d. C.) fueron destruidas. Quemaron la escritura beiye,29 que un notable monje indio llevó a China hace dos mil años. Hicieron pedazos un tesoro único, el Caballo de Jade. Varios años después, un rey de Camboya en el exilio, Norodom Sihanouk, pidió permiso a las autoridades para rendir un homenaje al Templo del Caballo Blanco. Zhou Enlai, el premier chino en ese momento, ordenó que de inmediato se transportaran a Luoyang la escritura beiye del palacio imperial de Pekín y las estatuas de los Dieciocho Luohan construidas en la dinastía Qing desde el Templo de las Nubes Celestes (Templo Biyun), ubicado en el Parque Xiangsha,30 en las afueras de Pekín. Mediante una maniobra espuria, se pudo “solucionar” un problema diplomático.31

La Revolución Cultural comenzó en mayo de 1966. En realidad, se trató de “revolucionar” la cultura china de un modo destructivo. En agosto de 1966, el fuego de odio que cargaba la campaña Desechar los Cuatro Viejos arrasó todo el territorio. Calificados como objetos del “feudalismo, capitalismo y revisionismo”, los templos budistas y daoístas, las estatuas de Buda, los sitios históricos y escénicos, las piezas de caligrafía, pinturas y antigüedades de todo tipo, se convirtieron en el blanco de la destrucción de las Guardias Rojas. Por ejemplo, hay mil estatuas coloreadas de vidrio en relieve en la cima del Monte de la Longevidad en el Palacio de Verano32 de Pekín. Luego de Desechar los Cuatro Viejos, todas resultaron dañadas. No quedó ninguna con los cinco órganos sensoriales completos.

Lo que ocurría en la capital sucedía en el resto del país. Ni siquiera los lugares más remotos se salvaron de la destrucción.

El Templo Tiantai del condado de Dai, provincia de Shanxi, se construyó en el período Taiyan de la dinastía Wei del norte hace 1600 años y tenía estatuas y frescos de una belleza única. Pese a que el templo estaba situado en la ladera de una montaña bastante alejada de la sede del condado, la gente que participó de Desechar los Cuatro Viejos no se preocupó por los obstáculos y barrió con las estatuas y los frescos… El Templo Louguan, donde Lao Zi dio su charla en la que dejó el Dao te Ching hace 2500 años, está en el condado de Zhouzhi de la provincia de Shanxi. Alrededor de la plataforma desde la que habló Lao Zi, en un radio de 10 li,33 hay más de cincuenta sitios históricos, entre ellos el Templo de Veneración del Sabio (Zongsheng Gong), que el emperador Tang Gaozu Li Yuan34 hizo erigir para mostrar respeto por Lao Zi hace más de 1300 años. Hoy el Templo Louguan y otros lugares históricos no existen más, y los monjes daoístas fueron obligados a irse. Según el canon daoísta, una vez que una persona se convierte en monje daoísta no puede volver a afeitarse la barba o cortarse el pelo. Sin embargo, ahora los monjes tienen que cortarse el pelo, no pueden usar sus togas daoístas y deben ser miembros de las comunas populares.35 Algunos se casaron con hijas de campesinos locales y pasaron a ser sus yernos… En los sitios sagrados del daoísmo del monte Laoshan, provincia de Shandong, el Templo de la Paz Suprema, el Templo de la Claridad Superior, el Templo de la Claridad Suprema, el templo Doumu, el convento de Huayan, el templo Ningzhen, el templo de Guan Di, las estatuas de la divinidad, vasijas de sacrificio, papiros de escrituras budistas, reliquias culturales y lápidas de templos, fueron destrozados e incendiados. En China, el Templo de la Literatura en la provincia de Jilin es uno de los famosos cuatro Templos de Confucio. Durante la campaña Desechar los Cuatro Viejos sufrió daños irreparables.36

Un modo especial de destruir la religión

Lenin dijo una vez: “La forma más fácil de tomar una fortaleza es desde adentro”. Como grupo de hijos y nietos de Marx y Lenin, el PCCh entiende natural y tácitamente esta idea.

En las escrituras Mahaparinirvana del Gran Vehículo,37 el Fo Sakya Muni predijo que después de su nirvana, los demonios reencarnarían como monjes y monjas budistas, y hombres y mujeres budistas laicos para subvertir el Dharma. Por supuesto, nos es imposible saber con exactitud a qué se refería Sakya Muni. No obstante, la destrucción del budismo que llevó a cabo el PCCh de hecho se inició con la formación de un “frente de unidad” con algunos budistas. Incluso se envió a miembros clandestinos del comunismo a infiltrarse en el seno de la religión y subvertirla desde adentro. En una reunión de autocrítica durante la Revolución Cultural, alguien le preguntó a Zhao Puchu, entonces vicepresidente de la Asociación Budista China: “Usted es miembro del Partido Comunista, ¿por qué cree en el budismo?”.

El Fo Sakya Muni obtuvo la iluminación suprema y total a través de “precepto, concentración, sabiduría”. Antes de su nirvana, dijo a sus discípulos que debían “defender y cumplir los Preceptos. No los evadan ni los violen”. También lanzó una advertencia: “La gente que viola los preceptos recibe el aborrecimiento del cielo, los dragones, los fantasmas y lo divino. Su reputación de perverso será conocida en todos los sitios… Cuando llegan al final de su vida, estas personas sufren en el infierno por su karma y enfrentan su condena inevitable. Luego consiguen salir. Y continúan su padecimiento cargando cuerpos de animales y fantasmas hambrientos. Sufren en un círculo semejante por toda la eternidad, sin alivio de ningún tipo”.38

Los monjes budistas políticos hicieron oídos sordos a las advertencias de Buda. En 1952, el PCCh envió representantes a la reunión inaugural de la Asociación Budista China. En el encuentro, muchos de los budistas presentes propusieron abolir los preceptos budistas. Aseguraban que esas normas habían causado la muerte de muchos hombres y mujeres jóvenes. Otros incluso sostenían que “la gente debe tener la libertad de elegir el credo que quiera. También debe haber libertad para que monjes y monjas puedan casarse, beber alcohol y comer carne. Nadie debe interferir con estas cuestiones”. En esa época, el Maestro Xuyun estaba en la reunión y percibía que el budismo corría peligro de extinción en China. Se opuso a las propuestas y defendió la preservación de los preceptos y la vestimenta del budismo. El Maestro Xuyun fue víctima de infamias y fue tildado de “contrarrevolucionario”. Fue hecho prisionero en la abadía, sin recibir comida ni bebida. No se le permitía salir de la habitación ni siquiera para ir al baño. También se le ordenó que entregara su oro, plata y armas de fuego. Cuando Xuyun contestó que no tenía ninguna de esas cosas, lo golpearon con brutalidad hasta fracturarle el cráneo y varias costillas. Xuyun tenía 112 años. La policía militar lo hizo caer de la cama al suelo. Cuando volvieron al día siguiente y descubrieron que aún estaba vivo, volvieron a golpearlo salvajemente. La Asociación Budista China fundada en 1952 y la Asociación Daoísta China de 1957 dejaron sentado en sus cartas fundacionales que se someterían a la “conducción del gobierno del pueblo”. En realidad, se sometían a la conducción del ateo PCCh. Ambas asociaciones comunicaron que participarían activamente en la construcción y la producción, e implementarían las políticas del gobierno. Se convirtieron en organizaciones completamente seculares. Los budistas y los daoístas que cumplían con los preceptos fueron tildados de contrarrevolucionarios o de miembros de sectas supersticiosas y sociedades secretas. Bajo el lema revolucionario de “purificar a budistas y daoístas”, se los encarceló, se los obligó a “reformarse a través de trabajos forzados”, o incluso se los ejecutó. Ni los credos occidentales, como el cristianismo y el catolicismo, se salvaron de la persecución.

Los limitados datos del libro Cómo el Partido Comunista persigue a los cristianos, publicado en 1958, revelaban que de los clérigos acusados de “terratenientes” o “tiranos locales”, 8840 fueron asesinados y 39.200 enviados a campos de trabajos forzados, y de los acusados de “contrarrevolucionarios”, 2450 resultaron muertos y 24.800 fueron confinados a campos de trabajos forzados.39

Las religiones son un medio que tiene la gente para abstraerse del mundo secular y cultivarse. Éstas se concentran en “la otra orilla” (la orilla de la perfecta iluminación) y “el cielo”. Sakya Muni había sido un príncipe indio. En su búsqueda de mukti, un estado donde se puede alcanzar paz mental, mayor sabiduría, plena iluminación y nirvana,40 renunció a su trono y se fue a un monte para cultivarse sufriendo privaciones y trabajo arduo. Antes de que Jesús se iluminara, el diablo lo llevó a la cima de una montaña, le mostró todos los reinos del mundo en su esplendor y después le dijo: “Si te inclinas ante mí y me adoras, te daré todo esto”. Pero Jesús no se sintió tentado. Al contrario de este ejemplo, los monjes y pastores políticos que formaron un frente de unidad con el PCCh elaboraron una serie de engaños y mentiras, como el “budismo del mundo humano” y “la religión es la verdad, igual que el socialismo”. Estos monjes no tenían problemas en afirmar que “no hay ninguna contradicción entre esta orilla y la otra orilla”. Estimulaban a los practicantes budistas y daoístas a buscar la felicidad, la gloria, el esplendor, la riqueza y la posición social en esta vida, y cambiaron las doctrinas religiosas y su significado.

El budismo prohíbe matar. El PCCh mató gente como moscas durante la “eliminación de los contrarrevolucionarios”.41 Los monjes políticos elaboraron el argumento de que “matar a los contrarrevolucionarios es un acto de misericordia aún mayor”. En la Guerra de Resistencia a la Agresión de los Estados Unidos y Ayuda a Corea (1950-1953),42 incluso se envió a los monjes a matar en el frente de batalla.

Veamos el caso de los cristianos. En 1950, Wu Yaozong43 formó la iglesia de los “Tres Entes”, que seguía los principios de autoadministración, autosustentación y autopropagación. Wu sostenía que se liberarían del “imperialismo” y tomarían parte activa en la Guerra de Resistencia a la Agresión de EE.UU. y Ayuda a Corea. Un amigo de él pasó más de veinte años en prisión por negarse a integrar los Tres Entes y sufrió todo tipo de torturas y humillaciones. Cuando le preguntó a Wu Yaozong: “¿Cómo explicas los milagros que realizó Jesucristo?”, él respondió: “Los fui descartando uno por uno”.

No reconocer los milagros de Jesús equivale a no reconocer su reino celestial. ¿Cómo puede ser cristiana una persona que no cree en el cielo al que ascendió Jesús? No obstante, como fundador de la Iglesia de los Tres Entes, Wu Yaozong pasó a integrar el comité permanente de la Conferencia Consultiva Política. Para cuando ingresó al Gran Salón del Pueblo,44 debía haber olvidado por completo la palabra de Jesús: “Debes amar a Dios tu señor con todo tu corazón, toda tu alma y toda tu mente. Éste, el primero y el más importante de mis mandamientos” (Mateo, 22:37-38). “Dad al Cesar lo que es del Cesar; y a Dios lo que es de Dios” (Mateo, 22:21).

El PCCh confiscó las propiedades de los templos, obligó a monjes y monjas a estudiar marxismo-leninismo para lavarles el cerebro e incluso los puso a hacer trabajos forzados. Por ejemplo, había un “taller de budismo” en la ciudad de Ningbo, provincia de Zheijang. En una ocasión, se obligó a 25.000 monjes y monjas a asistir al taller. Más absurdo era que el PCCh alentaba a los clérigos a contraer matrimonio para hacer desaparecer la religión. Por ejemplo, justo antes del Día de la Mujer (8 de marzo) de 1951, la Federación de Mujeres de la ciudad de Changsha, provincia de Hunan, ordenó a las monjas de toda la provincia a tomar la decisión de casarse en unos días. Además, se obligó a monjes jóvenes y sanos a alistarse en el ejército, ¡y luego se los envió al campo de batalla para servir como carne de cañón!45

Varios grupos religiosos chinos se desintegraron como consecuencia de la represión violenta del PCCh. Se eliminaron las verdaderas cúpulas del budismo y del daoísmo. De los que sobrevivieron o quedaron libres, muchos retornaron a la vida secular y muchos otros se convirtieron en miembros no declarados del Partido Comunista y se especializaron en vestir la kesa budista,46 la toga daoísta o la del pastor para distorsionar las Escrituras Budistas, el Canon Daoísta y la Biblia para buscar en esas doctrinas justificaciones para el accionar del PCCh.

La destrucción de reliquias culturales

El deshacerse de las reliquias culturales es una parte importante de la destrucción de la cultura tradicional efectuada por el PCCh. En la campaña Desechar los Cuatro Viejos, muchos ejemplares únicos de libros, caligrafías y pinturas coleccionadas por intelectuales fueron a parar al fuego o se convirtieron en pulpa de papel. Zhang tenía una colección familiar de más de 10.000 libros. Los líderes de las Guardias Rojas los usaron para hacer un fogón y darse calor. Lo que quedó se envió a fábricas de papel para hacerlo pulpa de papel.

El especialista en restauración pictórica y caligráfica Hong Qiusheng era un anciano conocido como el “doctor milagro” por su habilidad en los trabajos que realizaba. Había restaurado innumerable cantidad de obras maestras, como la pintura del paisaje del emperador Song Huizong,47 la pintura de bambú de Su Dongpo48 y las obras de Wen Zhengming49 y Tang Bohu.50 Durante varias décadas, la mayoría de los cientos de obras caligráficas y pictóricas rescatadas por él se transformaron en colecciones nacionales de primera clase. Las obras para las que no escatimó en gastos ni esfuerzos y que conformaban su colección personal cayeron en la categoría de Cuatro Viejos y fueron a parar a las llamas. Después de esto, Hong diría, con lágrimas en los ojos: “¡Más de 100 jins51 (50 kilogramos) de caligrafías y pinturas; tomó mucho tiempo quemarlas todas!”52

“Mientras las cuestiones mundanas, lo antiguo y lo moderno,para aquí y para allá, ríos y montañas, inalterables en su gloria, aguardan para que nuestra generación sea testigo de ello…”53

Si los chinos de hoy se pusieran a recordar algo de su historia, quizá se sintieran de otra manera si recitaran este poema de Meng Haoran. Los sitios históricos de la montaña y el río que se nombran en él desaparecieron bajo la tormenta de Desechar los Cuatro Viejos. No sólo fue destruido el Pabellón de la Orquídea, que inspiró a Wang Xizhi54 para su famoso “Prólogo a la colección de poemas compuestos al Pabellón de la Orquídea”,55 sino su propia tumba. La antigua residencia de Wu Cheng’en56 de la provincia Jiangsu quedó reducida a polvo, la anterior morada de Wu Jingzi57 en la provincia de Anhui está hecha pedazos, la tabla de piedra con el artículo manuscrito de Su Dongpo “La choza del viejo borracho al borde del camino”58 fue víctima de los golpes de “jóvenes revolucionarios”,59 que también rasparon y borraron los ideogramas de la tabla.

La esencia de la cultura china es un legado acumulado a lo largo de varios milenios. Una vez destruido es imposible de recuperar. El bárbaro PCCh se encargó de hacerlo desaparecer en nombre de la “revolución”, sin la menor vergüenza o dolor por ello. Cuando suspiramos por el Antiguo Palacio de Verano, conocido como el “palacio de los palacios”, que las fuerzas aliadas de los anglofranceses redujeron a cenizas, cuando suspiramos por la monumental obra de la Enciclopedia Yongle,60 consumida por las llamas guerreras de los invasores, ¿cómo podíamos adivinar que la destrucción causada por el PCCh sería mucho más abarcadora, duradera y profunda que la de las fuerzas invasoras?

La destrucción de las creencias espirituales

Además de demoler las formas físicas de la religión y la cultura, el PCCh recurrió a toda su capacidad para borrar la identidad espiritual del pueblo erigida por la fe y la cultura.

Analicemos cómo trató el PCCh la cuestión de las creencias étnicas. El PCCh considera que las tradiciones de la agrupación musulmana Hui forman parte de los Cuatro Viejos: pensamiento, cultura, tradición y hábito viejos. En consecuencia, obligó a su gente a comer cerdo, un hábito que tenían prohibido. Los campesinos musulmanes y sus mezquitas debieron empezar a criar ganado porcino, y cada hogar tenía que entregar a la nación dos cerdos por año. Las Guardias Rojas incluso obligaron al segundo en la jerarquía de los budas vivientes del Tíbet, lama Panchen, a comer excremento humano. Les ordenaron a tres monjes del Templo de la Bendición de la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang —el templo budista más grande construido en tiempos modernos (1921)—, que colgaran un cartel con la leyenda: “Al diablo con las escrituras; son todas una mierda”.

En 1971, Lin Biao, vicepresidente del Comité Central del PCCh, intentó escapar de China pero encontró la muerte cuando su avión se estrelló en la ciudad mongola de Undur-Han. Un tiempo después, en la casa de Lin en Maojiawan, Pekín, se encontraron citas confucianas. Entonces el PCCh empezó una campaña desesperada de “Hablar mal de Confucio”. Un escritor con el seudónimo de Lian Xiao61 publicó un artículo en La Bandera Roja, la revista insignia del PCCh, titulado “¿Quién es Confucio?”. La nota mostraba a Confucio como un “loco que dio vuelta la historia” y un “demagogo astuto que urdía engaños”. Luego se publicaban caricaturas y canciones que lo demonizaban.

Ésta fue la manera en que se acabó con la dignidad y el sacramento de la religión.

La destrucción interminable

En la antigua China, el gobierno central sólo alcanzaba el nivel de los condados, debajo de los cuales mantenían su autonomía los clanes patriarcales. En la historia de China, las campañas de destrucción como “la quema de libros y el entierro de eruditos confucianos” practicados por el emperador Qin Shi Huang62 en la dinastía Qin (221-207 a. C.) así como las cuatro campañas para eliminar el budismo impulsadas entre los siglos V y X por los “Tres Wu y Un Zong” se impusieron desde lo alto del poder hacia abajo, por lo que no tenían posibilidades reales de llegar a las bases y erradicar la cultura. Las ideas y los clásicos confucianos y budistas sobrevivieron en vastos sectores de la sociedad. En contraste, la campaña Desechar los Cuatro Viejos llevada a cabo por estudiantes adolescentes bajo la instigación del PCCh fue un movimiento de base de alcance nacional con “entusiasmo espontáneo”. La llegada del PCCh a cada poblado a través de sus ramas partidarias locales controló a la sociedad tan de cerca que el movimiento “revolucionario” del PCCh se propagó sin ningún freno y alcanzó hasta al último ciudadano en todos los puntos del territorio chino.

Nunca antes en la historia de este país un emperador había podido erradicar de la mente de las personas lo que éstas consideraban lo más bello y sagrado. El PCCh lo hizo mediante propaganda difamante y agresiva, sumada a la violencia. La eliminación del credo puede resultar más eficaz y duradera que la sola destrucción física.

La reforma de los intelectuales

Los ideogramas chinos encarnan la esencia de 5000 años de civilización. La forma y pronunciación de cada ideograma, así como la carga expresiva y las alusiones literarias que denotan sus combinaciones, comunican profundos significados culturales. El PCCh no sólo simplificó los ideogramas chinos sino que trató de reemplazarlos con un pinyin romanizado —la forma en que se escribe el chino mandarín con el alfabeto latino—, que eliminaría todo vestigio de tradición cultural provisto por los ideogramas y la lengua de China. Pero la sustitución no prosperó, y este fracaso evitó un daño mayor a la identidad cultural china. Sin embargo, los intelectuales chinos herederos de la antigua tradición cultural no corrieron con la suerte de salvarse de la eliminación.

Hasta 1949, China tenía alrededor de dos millones de intelectuales. Si bien algunos habían estudiado en países occidentales, igual estaban familiarizados con las ideas de Confucio. El PCCh no podía permitirse ejercer un control liviano sobre éstos, ya que como miembros de la clase “aristocrática- intelectual” tradicional sus ideas jugaban un papel fundamental en la formación del pensamiento del pueblo.

En septiembre de 1951, el PCCh inició un “movimiento de reforma del pensamiento” de gran escala que comenzó con los intelectuales de la Universidad de Pekín, y que propulsaba la “organización de un movimiento para que los docentes universitarios, secundarios y primarios, y los alumnos confesaran su historia con total honestidad”, con el fin de “limpiar cualquier elemento contrarrevolucionario”.63

A Mao Zedong nunca le agradaron los intelectuales. Decía que “ellos deberían saber que muchos de los llamados intelectuales son, en términos relativos, grandes ignorantes, y que los trabajadores y los campesinos a veces saben mucho más que ellos”.64 “Comparados con los trabajadores y los campesinos, los intelectuales no reformados no estaban limpios, y en el análisis final, los trabajadores y los campesinos eran las personas más limpias, aunque tuvieran las manos negras y los pies llenos de estiércol de vaca…”65 La persecución del PCCh a los intelectuales comenzó con acusaciones variadas, desde la crítica de Wu Xun66 pronunciada en 1951 en la que afirmaba que “se administran escuelas con dinero mendigado” hasta el ataque personal de Mao Zedong en 1955 al escritor Hu Feng67 acusándolo de contrarrevolucionario. Al principio, los intelectuales no fueron tildados de clase reaccionaria, pero en 1957, después de que varios grupos religiosos importantes finalmente se sometieron a través de la conformación de un “frente de unidad”, el PCCh pudo concentrar su energía en los intelectuales. Así, lanzó el movimiento “antiderechista”.

A fines de febrero de 1957 el PCCh, bajo la consigna de “que broten cien flores y debatan cien escuelas de pensamiento”, el PCCh convocó a los intelectuales a que hicieran públicas sus sugerencias y sus críticas al Partido, bajo la promesa de no tomar represalias. Los intelectuales estaban disconformes desde hacía varios años por el control en todos los campos que ejercía el PCCh aun siendo un lego esas materias, así como por el asesinato de gente inocente en la campaña de “eliminar a los contrarrevolucionarios” ejecutada entre 1955 y 1957. En ese momento creyeron que el PCCh finalmente había abrazado la tolerancia. Empezaron a confesar sus verdaderas posturas, y la crítica se hizo cada vez más intensa.

Muchos años después, aún hay muchas personas que creen que Mao Zedong sólo ordenó el ataque a los intelectuales cuando las críticas excesivamente duras le hicieron perder la paciencia. La verdad era una muy distinta.

El 15 de mayo de 1957, Mao Zedong redactó un escrito con el título de “La situación está empezando a cambiar” y lo difundió entre funcionarios jerárquicos del Partido. En él decía: “En los últimos días, los derechistas […] mostraron una determinación y un ensañamiento únicos. […] Los derechistas, que son anticomunistas, intentan con desesperación provocar un tifón mayúsculo que arrase China […] y anhelan con todas sus fuerzas la aniquilación del Partido Comunista”.68 Después de esta declaración, los funcionarios que permanecían indiferentes a la campaña “que broten cien flores y debatan cien escuelas de pensamiento”, de pronto, se interesaron y se alarmaron por la “gravedad” de la situación. En sus memorias tituladas El pasado no se hace humo, la hija de Zhang Bojun recordaba:

Li Weihan, ministro del Departamento de Trabajo del Frente de Unidad, llamó a Zhang Bojun personalmente para invitarlo a brindar su opinión sobre el PCCh en una reunión de rectificación. Se dispuso que Zhang se sentara en primera fila. Sin sospechar que se trataba de una trampa, Zhang expresó sus críticas al PCCh. Durante el encuentro, “Li Weihan parecía tranquilo. Zhang tal vez pensó que Li estaba de acuerdo con sus palabras. No sabía que en realidad disfrutaba de ver cómo su presa caía en la trampa”. Después de la reunión, Zhang fue calificado como el derechista número uno de China.

Podríamos citar una lista de fechas del año 1957 que marcan propuestas o discursos de intelectuales con críticas y sugerencias: 21 de mayo: “Instituto de diseño político”, por Zhang Bojun; 22 de mayo: “Perspectivas antisoviéticas absurdas”, por Long Yun; 22 de mayo: “Comité de Reparación”, por Luo Longji; 30 de mayo: “Crítica al socialismo feudal del PCCh”, por Lin Xiling, en la Universidad de Pekín; 31 de mayo: “El partido tiene que abandonar el comando de las artes”, por Wu Zuguang, y 1 de junio, “El Partido domina al mundo”, por Chu Camping. Todas estas propuestas y discursos respondieron a una invitación, y se realizaron después de que Mao Zedong afilara su cuchillo de carnicero.

Hasta el último de estos intelectuales, como era previsible, fue tildado de derechista. Había más de 550.000 “derechistas” en todo el país.

Según la tradición china, “se puede matar a un intelectual pero no humillarlo”. El PCCh negaba a los intelectuales el derecho a la supervivencia e incluso incriminaba a sus familias si aquéllos no aceptaban la humillación. Ante esto, muchos se rindieron. Durante los operativos, algunos denunciaban a sus colegas para salvarse, algo que causó gran tristeza en la población. Quienes no se sometían a la humillación eran asesinados para aterrorizar a los compañeros de las víctimas.

Así, se borró a la tradicional “clase erudita”, un ejemplo de moral social. Mao Zedong decía:

¿De qué se jacta el emperador Qin Shi Huang? Él mató sólo a 460 eruditos confucianos; nosotros, a 46.000 intelectuales. Cuando aniquilamos contrarrevolucionarios, no matamos también a intelectuales contrarrevolucionarios? Yo sostengo que los defensores de la democracia que nos acusan de actuar como el emperador Qin Shi Huang se equivocan. Nosotros hicimos cien veces lo que hizo él.69

De hecho, Mao hizo algo peor que asesinar a los intelectuales. Destruyó su mente y su espíritu.

Mantener la fachada de la tradición y cambiar sus contenidos para crear la apariencia de cultura

Luego de que el PCCh llevara adelante una reforma económica e incorporara una política más abierta, renovó muchas iglesias junto con templos budistas y daoístas. También organizó ferias de templos en China y ferias culturales en el exterior. Se trataba del último paso en la destrucción total de la cultura tradicional. El PCCh tenía dos razones para este proceder. Por un lado, la bondad inherente al corazón humano, que el PCCh no podía erradicar de ninguna manera, haría desaparecer la “cultura partidaria”. Por otro, el PCCh usaba la cultura tradicional para maquillar su naturaleza perversa de “engaño, maldad y violencia”.

La esencia de la cultura es su sentido moral interior, mientras que las formas superficiales sólo tienen valor de entretenimiento. El PCCh recuperó los elementos superficiales de la cultura, que entretienen, para encubrir su propósito de erradicar la moral. No importa las exhibiciones de arte y caligrafía que organizó, los festivales de danzas de leones y dragones que puso en escena, los festivales de comida que auspició, las obras de arquitectura clásica que construyó: el Partido sólo restaura la fachada de la cultura, no su esencia. Mientras, el PCCh siguió promoviendo la exhibición de sus espectáculos culturales dentro y fuera de China con el único fin de mantenerse en el poder.

Nuevamente, los templos sirven como ejemplo. El sentido de los templos es brindar un lugar gracias al cual la gente pueda cultivarse, oír campanas a la mañana y tambores a la puesta del sol, venerar a Buda bajo lámparas de aceite encendidas. La gente de las sociedades comunes puede confesarse y venerar a su Dios en ellos. La cultivación requiere un corazón puro que no persigue nada. La confesión y la veneración también necesitan de un ambiente serio y solemne. Sin embargo, los templos se convirtieron en lugares turísticos con fines de lucro. De las personas que visitan China hoy, ¿cuántas vienen a observar sus errores con un corazón de sinceridad y respeto hacia Buda después de tomar un baño y cambiarse la ropa?

Restaurar la fachada y aniquilar el sentido interior de la cultura tradicional es la táctica del PCCh para confundir al pueblo. Se trate de la religión budista, de otras religiones o de sus expresiones culturales derivadas, el propósito del PCCh es degradarlas mediante ese camino.

III. La cultura partidaria

Mientras destruía la cultura tradicional semidivina, el PCCh calladamente establecía su propia “cultura partidaria” a través de movimientos políticos constantes. La cultura partidaria transformó a la generación más antigua, envenenó a las más jóvenes y también repercutió en los niños. Su influencia ha sido por demás profunda y amplia. Aun cuando mucha gente intenta exponer lo maléfico del PCCh, no puede evitar adoptar las formas de juzgar sobre el bien y el mal y el vocabulario impuestos por el PCCh, que inevitablemente llevan la marca de la cultura partidaria.

La cultura partidaria no sólo heredó la maldad esencial de la foránea cultura marxista-leninista, sino que también combinó con mucha habilidad los elementos negativos de los milenios de cultura china con la revolución violenta y la filosofía de lucha que impulsa la propaganda del Partido. Entre los componentes negativos se cuentan la lucha por el poder dentro de la familia real, la formación de camarillas para alcanzar intereses determinados, el engaño político para hacer sufrir a otros, las tácticas turbias y la conspiración. En su puja por la supervivencia de las últimas décadas, el PCCh alimentó, puso en práctica y enriqueció su marca de “engaño, maldad y violencia”.

El poder despótico y dictatorial constituye la esencia de la cultura partidaria. Esta cultura sirve al Partido en su lucha política y su lucha de clase. Podemos comprender cómo se llega a formar el ambiente “humanístico” del Partido cargado de terror y despotismo a partir de cuatro aspectos.

El aspecto de la dominación y el control

a) La cultura del aislamiento

La cultura del Partido Comunista es un monopolio aislado sin libertad de pensamiento, expresión, asociación o credo. El mecanismo partidario de dominación es similar a un sistema hidráulico, que se basa en una alta presión y aislamiento para mantener el control. Aun la filtración más mínima puede conducir al colapso de todo el sistema. Por ejemplo, el Partido se negó a dialogar con los estudiantes durante el movimiento del 4 de junio de 1989,70 por miedo a que esa filtración salpicara al resto de la sociedad, y entonces trabajadores, campesinos, intelectuales y militares también quisieran dialogar. En consecuencia, China se habría acercado a la democracia y se habría planteado un desafío a la dictadura unipartidaria. Así, el PCCh prefirió asesinar a dialogar. Hoy el PCCh emplea a decenas de miles de ciberpolicías para monitorear Internet y bloquear directamente los sitios web de alcance global que no son de su agrado.

b) La cultura del terror

Durante los últimos cincuenta y cinco años, el PCCh usó el terror para aniquilar la mente del pueblo chino. Desplegó su látigo y su cuchillo de carnicero —la gente nunca sabe cuándo una catástrofe puede caerle encima— para obligar al pueblo a resignarse. La gente, bajo el miedo constante, se volvió obediente. Los defensores de la democracia, los pensadores independientes, los miembros de grupos espirituales varios y los escépticos que tenía el Partido en su seno se convirtieron en blancos de la violencia partidaria como modo de advertencia al resto del pueblo. El Partido quiere cortar de raíz cualquier tipo de oposición.

c) La cultura de la red de control

El control del PCCh sobre la sociedad lo abarca todo. Existe un sistema de registro de hogares, un comité de vecinos y una estructura con varios niveles de comités partidarios. “Las sucursales del Partido se establecen en el seno de cada compañía militar.” “Hasta el más pequeño de los poblados tiene una sucursal del Partido.” Los miembros de la Liga Juvenil Comunista y de la Liga Juvenil partidaria tienen funciones específicas. El PCCh también creó una serie de lemas convenientes. Algunos ejemplos: “Cuide la puerta de su casa y vigile a su gente”, “Evite las manifestaciones del pueblo”, “Cumpla decididamente con el sistema que impone deberes, garantice el cumplimiento de esos deberes y determine dónde recaen las responsabilidades. Ejerza un control estricto. Respete en todo momento la disciplina y las normas, y aplique siempre medidas de control de mantenimiento y prevención”, “La Oficina 61071 creará un comité de vigilancia para monitorear las actividades de cada región y unidad de trabajo con intervalos regulares”.

d) La cultura de la incriminación

El PCCh descuidó por completo los principios de la vigencia de la ley de las sociedades modernas y fomentó la política de la implicación. Utilizó su poder absoluto para castigar a los parientes de quienes caían en la categoría de “terratenientes”, “ricos”, “reaccionarios”, “elementos negativos” y “derechistas”. El partido propuso la teoría del “origen de clase”.72

Hoy el PCCh “señalará la responsabilidad de los líderes principales y los reprenderá públicamente si no cumplen con sus funciones de impedir que los practicantes de Falun Gong lleguen a Pekín y causen problemas. Para casos graves, se tomarán medidas disciplinarias”. “Si una persona practica Falun Gong, todos sus parientes se quedarán sin trabajo.” “Si un empleado practica Falun Gong, se retendrán las bonificaciones de todo el personal de la empresa.” El PCCh también impulsó políticas de discriminación que definían a los niños como “seres que pueden ser educados y transformados”, u otras que hablaban de las “cinco clases negras” (terratenientes, granjeros ricos, reaccionarios, elementos negativos y derechistas). El Partido fomentaba el compromiso con el Partido y el “cumplir con la ley antes que con la familia”. El PCCh establecía sus sistemas —como el de archivos personales y organizacionales y el de reubicación temporaria— para asegurar la implementación de sus políticas. La gente recibía incentivos para acusar y denunciar a los demás, así como recompensas por contribuir con el Partido.

El aspecto de la propaganda

a) La cultura de la voz única

Durante la Revolución Cultural, el PCCh llenó China de lemas como “Instrucciones supremas”, “Una sentencia [de Mao] tiene el peso de diez mil sentencias; cada una de ellas es la verdad.” Se incitaba a los medios de comunicación a entonar alabanzas y a ser la voz del Partido. Si se creía necesario, se hacía que líderes partidarios de cualquier rango, funcionarios, militares, líderes trabajadores o de asociaciones juveniles y femeninas expresaran su apoyo público a la causa comunista. Todos estaban obligados a pasar la prueba.

b) La cultura de fomentar la violencia

Mao Zedong dijo una vez: “Con 800 millones de personas, ¿de qué otra manera podría funcionar el país si no es con la lucha?”. En la persecución de Falun Gong, Jiang Zemin dijo: “No se castigará a nadie que mate a golpes a un practicante de Falun Gong”. El PCCh declaró la “guerra total”, y su visión de que “la bomba atómica es un tigre de papel… aun si pereciera la mitad de la población, la mitad restante reconstruiría nuestro hogar de las ruinas”.

c) La cultura de incitar al odio

Se constituyó en una política central del país “no olvidar el sufrimiento de las clases (pobres), y mantener firme el recuerdo de la enemistad en el llanto y la sangre”. La crueldad hacia los enemigos de clase se elogiaba como una virtud. El PCCh enseñaba a “morder en el odio propio, masticarlo y tragarlo. Para luego plantarlo en el corazón para que germine”.73

d) La cultura del engaño y la mentira

A continuación, algunos ejemplos de las mentiras del PCCh. “El rendimiento por mu74 supera los diez mil jins”, durante el Gran Salto Adelante (1958). “No se mató a una sola persona en la Plaza Tiananmen”, después de la masacre del 4 de junio de 1989. “Hemos controlado el virus del SRAS (síndrome respiratorio agudo severo)” de 2003. “En la actualidad se vive el mejor momento para los derechos humanos en China.” Y los “Tres Representantes”.75

e) La cultura del lavado de cerebro

A continuación, algunos de los lemas con los que el PCCh lava el cerebro del pueblo. “No habría una China nueva sin el Partido Comunista.” “El núcleo que impulsa nuestra causa es el PCCh, y la base teórica que guía nuestro pensamiento es el marxismo-leninismo.”76 “Se debe mantener un alineamiento total con el Comité Central del Partido.” “Cumpla las órdenes del Partido si las entiende. Y si no las entiende, cúmplalas igual; la comprensión llegará mientras ejecuta las órdenes.”

f) La cultura de la adulación

“El cielo y la tierra son grandes, pero aún más grande es la bondad del Partido”; “Todos nuestros logros se los debemos al Partido”; “Yo tomo al Partido como mi madre”; “Uso mi propia vida para salvar al Comité Central del Partido”; “Un Partido grande, glorioso y justo”; “Un partido invencible”, y otros en el mismo tono.

g) La cultura de la simulación

El Partido establece modelos y fija ejemplos sin cesar. Así, lanzó las campañas del “progreso ético e ideológico del socialismo” y de la “educación ideológica”. Al cabo de ellas, la gente continúa haciendo lo mismo que hacía antes de las campañas. Todos los discursos públicos, las sesiones de estudio y las experiencias de compartir se convirtieron en un mero “muestrario de seriedad”, y los valores morales de la sociedad sufrieron un retroceso muy importante.

El aspecto de las relaciones interpersonales

a) La cultura de la envidia

El Partido fomenta el “igualitarismo absoluto” para que “todo aquel que se destaque se transforme en el blanco de los ataques”. La gente siente envidia de quienes tienen alguna capacidad mayor o mayor salud: el llamado “síndrome del ojo rojo”.77

b) La cultura de pisar al otro

El PCCh estimula “la lucha cara a cara y la delación por la espalda”. Denunciar a los compañeros, crear pruebas escritas para incriminarlos, inventar hechos y exagerar los errores son algunas de las conductas erradas que se usaron para medir la proximidad al Partido y las ansias de progreso.

Influencias sutiles en la psiquis y la conducta de las personas

a) Una cultura que transforma a los seres humanos en máquinas

El Partido quiere que las personas se transformen en “los tornillos inoxidables de la maquinaria de la revolución”, en “la herramienta domesticada del Partido”, o que “ataquen en la dirección que indique el Partido”. “Los soldados del líder Mao escuchan al Partido antes que nada, y van a donde se los necesite y se establecen donde haya dificultades que superar.”

b) La cultura que confunde el bien y el mal

Durante la Revolución Cultural, el PCCh “prefiere quedarse con la mala hierba socialista que con la cosecha capitalista”. El ejército recibió la orden de tirar a matar en la masacre del 4 de junio “a cambio de veinte años de estabilidad”. El PCCh además “hace a los demás lo que no quiere que le hagan a sí mismo”.

c) La cultura del lavado de cerebro propio y la obediencia incondicional

“Los soldados rasos obedecen las órdenes de los rangos mayores y todo el Partido obedece al Comité Central.” “Se debe pelear con fiereza para erradicar todo pensamiento egoísta que nos cruce la mente.” “Haga estallar una revolución en las profundidades de su alma.” “Guarde el máximo alineamiento con el Comité Central del Partido.” “Unifiquen las mentes, unifiquen el paso, unifiquen las órdenes y unifiquen los poderes.”

d) La cultura de afianzar la posición del lacayo

“China sería un caos sin el Partido Comunista”; “China es tan grande: ¿quién más podría liderarla que no fuera el PCCh?” “Si China fracasa, se produciría un desastre mundial; por eso debemos colaborar con el gobierno del PCCh.” Debido al miedo y un sentido de autoprotección, los grupos perseguidos por el PCCh suelen resurgir como más izquierdistas que el mismo Partido.

Hay muchos ejemplos como éste. El lector quizá podrá encontrar varios elementos de la cultura partidaria en su experiencia personal.

La gente que vivió la Revolución Cultural aún debe recordar la Obra de Teatro Modelo de las óperas modernas, las canciones con letras formadas por palabras de Mao y la Danza de la Lealtad. Muchos aún se acuerdan de los diálogos de La niña de cabello blanco,78 El combate del túnel79 y Guerra de minas.80 Mediante estas obras, el PCCh hizo un lavado de cerebro y llenó la mente de las personas con mensajes como “lo grande y brillante que era el Partido”; con qué “tesón y coraje” había luchado el Partido contra el enemigo; lo “increíblemente devotos al Partido” que eran sus soldados; lo dispuestos que estaban a sacrificar su vida por el Partido, y lo estúpidos y malvados que eran sus enemigos. Día a día, la maquinaria de propaganda del Partido inyecta en cada individuo las creencias que éste necesita. Hoy, si una persona presenciara una representación de“El poema épico” de la comedia musical El Este es rojo, podría ver que todo el tema y el estilo del espectáculo es “muerte, muerte y más muerte”.

Al mismo tiempo, el PCCh ha creado su propio sistema de comunicación y discurso, como el lenguaje ofensivo para criticar a las masas, las alabanzas cantadas para adular al Partido y las banales formalidades oficiales como el “ensayo en ocho partes”.81 Se lleva al pueblo a hablar inconscientemente con los modelos de pensamiento que fomentan la “lucha de clase” y los “elogios al Partido”, y a emplear un lenguaje tiránico en vez razonar con calma y perspectiva. El PCCh, además, hace un uso abusivo del vocabulario religioso y distorsiona el contenido de sus términos.

Un paso más allá de la verdad está la falacia. La cultura partidaria también abusa hasta un punto de la moralidad tradicional. Por ejemplo, la cultura tradicional valora la “fe”, al igual que el Partido Comunista. Sin embargo, lo que éste entiende por fe es la “fidelidad y honestidad hacia el Partido”. La cultura tradicional es la “devoción filial”. El PCCh puede llegar a encarcelar a una persona si no provee el sustento a sus padres, pero no por razones humanitarias, sino porque esos padres se convertirán en una “carga” para el gobierno. Si el Partido lo necesita, obligará a los hijos a separarse totalmente de los padres. La cultura tradicional pone el acento en la “lealtad”. No obstante, “el pueblo tiene la importancia suprema; la nación viene después; por último está el soberano”. La “lealtad” que impone el PCCh es la “devoción ciega”, tan ciega que se exige a la gente que crea incondicionalmente en el Partido y obedezca sin cuestionamientos.

El vocabulario que suele emplear el PCCh conduce a engaños. Por ejemplo, el PCCh denominó a la guerra civil entre el Kuomintang y los comunistas “Guerra de Liberación”, como si con ella se hubiera liberado al pueblo de la opresión. El PCCh denominó a los años que siguieron a 1949 “período posterior a la fundación de la nación”, cuando en realidad China existe desde mucho antes. El PCCh simplemente estableció un nuevo régimen político. Los tres años de Gran Hambruna82 se conocieron como los “tres años de catástrofes naturales”, cuando de hecho no se trató en absoluto de un desastre de la naturaleza, sino de una calamidad exclusivamente causada por el hombre. Sin embargo, al oír esas expresiones a diario y recibir su influencia imperceptible, el pueblo termina aceptando de modo inconsciente la ideología que el PCCh trata de inseminarle.

En la cultura tradicional, la música se toma como una vía para limitar los deseos humanos. El Libro de Song (Yue Shu), volumen 24 de los Registros del historiador (Shi Ji), Sima Qian (145-85 a. C.),83 decía que la naturaleza del hombre es de paz; la percepción de los asuntos externos influye sobre las emociones personales y despierta el sentimiento de amor o de odio según la personalidad y la sabiduría de cada uno. Si estos sentimientos no se limitan, el ser humano se vería seducido por las infinitas tentaciones mundanas y sería gobernado por esos sentimientos, que lo llevarían a cometer innumerables acciones equivocadas. Por eso, dice Sima Qian, los emperadores del pasado usaban los rituales y la música para contener al pueblo. Las canciones tenían que ser “alegres pero no obscenas, tristes pero no perturbadoras”. Debían expresar los sentimientos y los deseos, si bien manifestar un control sobre esas emociones. Confucio decía en los Anales: “Los trescientos versos de Las odas (uno de los seis clásicos compilados y editados por Confucio) pueden resumirse en una sola frase: ‘No pienses el mal’”.

El PCCh, sin embargo, emplea algo tan bello como la música como método para lavarle el cerebro al pueblo. Desde el jardín de infantes hasta la universidad, el pueblo tiene que entonar canciones como El socialismo es algo bueno, No habría una nueva China sin el Partido Comunista y muchas otras por el estilo. Al hacerlo, la gente acepta sin conciencia de ello el sentido de las letras. Lo que es peor, el PCCh robó las melodías de las canciones populares más bellas y reemplazó las letras originales con otras que veneran al Partido. Esto no sólo sirvió para destruir la cultura tradicional sino para promover al Partido.

Como uno de los documentos clásicos del PCCh, las palabras de Mao en su “Discurso en el Foro de Literatura y Artes de Yan’an”84 definieron los esfuerzos en la cultura y las cuestiones militares como “los dos frentes de batalla”. En él afirmaba que no era suficiente contar con las fuerzas armadas; también era necesario un “ejército de las artes literarias”. Aseveraba que “la literatura debe servir a la política” y que “la literatura de la clase proletaria […] constituye ‘las marchas y los tornillos’ de la máquina revolucionaria”. A partir de estas afirmaciones se desarrolló un sistema completo de “cultura partidaria”, con el “ateísmo” y la “lucha de clase” como núcleo. Obviamente, este sistema va a contrapelo de la cultura tradicional.

Sin dudas, la “cultura partidaria” ha realizado un servicio fundamental a la hora de asistir al PCCh a obtener poder y control sobre la sociedad. Como su ejército, cárceles y fuerza policial, la cultura partidaria es un generador de violencia, que provee una clase de brutalidad distinta: la “brutalidad cultural”. Este fenómeno, al borrar 5000 años de cultura tradicional, debilitó la voluntad del pueblo y socavó la cohesión de la nacionalidad china.

Hoy, son muchos los chinos que ignoran por completo la esencia de la cultura tradicional. Algunos incluso igualan los cincuenta años de cultura partidaria con los cinco mil años de cultura tradicional china; esto constituye un hecho triste para el pueblo de este país.

Mucha gente desea reemplazar el sistema chino vigente con el sistema de democracia occidental. En realidad, la democracia occidental también se estableció a partir de la cultura, sobre todo la cristiana, la cual con su principio de que “todos son iguales a los ojos de Dios” respeta la naturaleza y el poder de elección humanas. ¿Cómo podría usarse la cultura partidaria del PCCh, despótica e inhumana, como los cimientos de un sistema democrático al estilo occidental?

Conclusión

China comenzó a desviarse de los valores de su cultura tradicional en la dinastía Song (960-1279 d. C.), y desde entonces sufrió un proceso de depredación interrumpido. Después del Movimiento del Cuatro de Mayo de 1919,85 algunos intelectuales deseosos de éxito rápido y beneficio instantáneo intentaron encontrar un camino para China rechazando la cultura tradicional y abrazando la civilización occidental. De cualquier manera, los conflictos y los cambios en el terreno de la cultura siguieron en el centro de las preocupaciones académicas sin la intervención del Estado. Cuando se concibió el PCCh, sin embargo, éste colocó los conflictos culturales en la categoría de una lucha de vida o muerte para el Partido. Así, el PCCh comenzó a ejercer un ataque directo sobre la cultura, con el uso de medios destructivos y de abuso indirecto en la forma de “adoptar los desperdicios y desechar la esencia”.

La destrucción de la cultura tradicional incluyó la instauración de la cultura partidaria. El PCCh subvirtió la conciencia humana y el juicio moral, lo que llevó a que el pueblo le diera la espalda a la cultura tradicional. Si la cultura nacional deja de existir, la esencia de la nación desaparecerá también, y esto hará del país sólo un nombre vacío. Todo esto no se trata de una mera advertencia exagerada.

Al mismo tiempo, la destrucción de la cultura tradicional nos ha traído un daño material inesperado.

La cultura tradicional valora la unidad entre el cielo y los seres humanos y la coexistencia armónica entre la humanidad y la naturaleza. El PCCh decretó la dicha infinita por “luchar contra el cielo y la tierra”. Esta cultura del PCCh provocó un grave deterioro del medio ambiente que azota hoy a China. Veamos el caso de los recursos hídricos. Al abandonar el precepto de que “un hombre noble valora la riqueza, siempre que se logre por un camino de honradez”, el pueblo chino asoló y contaminó con desenfreno el medio ambiente. En la actualidad, más del 75 por ciento de los 50.000 kilómetros que recorren los ríos de China son inhabitables para los peces. Más de un tercio de las aguas subterráneas están contaminadas desde hace ya una década, y la situación continúa empeorando. En el río Huaihe hace un tiempo se dio un espectáculo curioso: un niño que jugaba en el agua contaminada de aceite hizo una chispa que entró en contacto con la superficie y encendió una llama de cinco metros de alto. A medida que las lenguas de fuego se desplegaban en el aire, más de diez sauces cercanos quedaron reducidos a cenizas.86 Cualquiera puede darse cuenta de que es imposible que una persona que tome esa agua no contraiga cáncer o alguna otra enfermedad grave. Otros problemas ambientales, como la desertificación y salinización del noroeste chino y la contaminación industrial de las zonas desarrolladas, están conectados con el hecho de que la sociedad haya perdido el respeto por la naturaleza.

La cultura tradicional respeta la vida. El PCCh propugna que “las revueltas tienen justificación” y que “la lucha contra el ser humano es fuente de dicha”. En nombre de la revolución, el Partido mató de hambre y asesinó a decenas de millones de personas. Estos hechos hicieron que el valor de la vida se viera devaluado para la gente, una situación que favoreció la proliferación de productos adulterados y en mal estado en el mercado. En la ciudad de Fuyang, provincia de Anhui, por ejemplo, muchos bebés sanos de nacimiento al atravesar la lactancia fueron creciendo con extremidades cortas, cuerpos débiles, una delgadez excesiva y la cabeza agrandada. Ocho bebés murieron debido a esta enfermedad desconocida. Luego de una investigación, se descubrió que el mal provenía de una leche en polvo contaminada que fabricaba un comerciante vil e inescrupuloso. Mucha gente alimenta a cangrejos, serpientes y tortugas con hormonas y antibióticos, rebaja el vino con alcohol industrial, pule arroz con grasa industrial y blanquean la harina de trigo con blanqueadores industriales. Durante ocho años, un fabricante de la provincia de Henan produjo miles de toneladas por mes de aceite comestible con materiales que contenían agentes cancerígenos como aceite de desecho, aceite extraído de comidas tiradas a la basura o arcilla de desecho87 que contenía aceites residuales ya
usados. La producción de alimentos contaminados no es un fenómeno local o regional, sino algo común en todo el país. Esto está directamente conectado con la ambición sin límites que deviene de la destrucción de la cultura y la consecuente degeneración de la moral humana.

A diferencia del monopolio absoluto y la exclusividad de la cultura partidaria, la cultura tradicional tenía una gran capacidad de integración. Durante la próspera dinastía Tang, las enseñanzas budistas, la cristiandad y otras religiones occidentales coexistían en armonía con el pensamiento daoísta y confuciano. La genuina cultura tradicional china habría mostrado una actitud tolerante hacia la civilización occidental moderna. Los cuatro “tigres” asiáticos (Singapur, Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong) crearon una nueva identidad cultural confuciana. Sus economías pujantes son una prueba de que la cultura tradicional no impide el desarrollo social.

Al mismo tiempo, la cultura tradicional auténtica mide la calidad humana sobre la base de la felicidad, y no del bienestar material. “Prefiero no tener a nadie que me culpe por la espalda que tener a alguien que alabe en la cara; prefiero la paz mental que la comodidad física.”88 Tao Yuanming89 (367-427 d. C.) vivió en la pobreza, pero disfrutaba de un espíritu jovial y tenía como pasatiempo “recoger reinas Margarita detrás de la valla que daba al este, con la vista lejana del Monte del Sur”.

La cultura no ofrece respuestas a preguntas como cuál es el mejor método para incrementar la producción industrial o qué modelo social es más conveniente. En cambio, juega un papel importante a la hora de brindar una guía moral y establecer límites sociales. La verdadera restauración de la cultura tradicional debe recuperar una actitud humilde hacia el cielo, la tierra y la naturaleza, el respeto por la vida y la admiración por Dios. Así, el ser humano podrá vivir en armonía con el cielo y la tierra, y disfrutar de una edad de oro por la gracia del cielo.

Notas

1 Pangu: es el primer ser vivo y el creador de todas las cosas en la mitología china.
2 Nüwa: es la diosa madre que creó a la humanidad en la mitología china.
3 Shennong (literalmente, “El granjero celestial”) es una figura legendaria en la mitología china que vivió hace unos 5000 años. Enseñó a los pueblos de la antigüedad la práctica de la agricultura. También se le atribuye haber arriesgado su vida para identificar cientos de hierbas medicinales (y venenosas) y plantas varias de esas características, que fueron fundamentales para el desarrollo de la medicina tradicional china.
4 Cangjie o Cang Jie es un personaje legendario y protagonista de fábulas de la antigua China, del cual se dice que fue el historiador oficial del Emperador Amarillo y el inventor de los ideogramas chinos. El método Cangjie de ingreso de caracteres chinos en la computadora debe su nombre a él.
5 Del Dao-te Ching o Dao de Jing, uno de los libros daoístas más importantes, escrito por Lao Zi (o Lao Tze).
6 Comentarios iniciales de El gran conocedor, de Confucio.
7 De Registros del historiador (Shi Ji, también traducido como El registro del gran escriba), por Sima Qian (145-85 a. C.), el primer gran historiador chino. La obra documenta la historia de China y sus países vecinos desde la antigüedad hasta la época en que fue escrita. El patrón del trabajo historiográfico de Sima Qian fue único y sirvió como modelo para las historias oficiales de las dinastías imperiales de los siguientes dos mil años.
8 De los Anales de Confucio.
9 Ídem.
10 Ídem.
11 Confucio, en El gran conocedor, dijo que: “Con sus miembros cultivados, las familias están reguladas; con las familias reguladas, los estados están gobernados debidamente; con los estados gobernados debidamente, todo el reino está tranquilo y feliz”.
12 Dong Zhongshu (c. 179-104 a. C), pensador confuciano que vivió durante la dinastía Han y que en el tratado Tres caminos para armonizar a la humanidad con el cielo (Tian Ren San Ce), dijo: “Si el cielo permanece, el Dao no cambia”.
13 El viaje al oeste, conocida en Occidente como El Rey Mono, escrita por Wu Cheng’en (1506?- 1582?), es una de las más famosas novelas clásicas de China. Está basada en una historia verídica de un famoso monje chino de la dinastía Tang, Xuan Zang (602-664), quien viajó a pie hasta lo que hoy es India, la cuna del budismo, a buscar las escrituras sagradas. En la novela, Buda dispone que el Rey Mono, Pigsy y Sandy se conviertan en discípulos de Xuan Zang y lo escolten en su travesía hacia el oeste para dar con las escrituras sagradas. El grupo atraviesa ochenta y un peligros y calamidades antes de llegar a Occidente y lograr la Realización Verdadera.
14 Un sueño de mansiones rojas (Hung Lou Meng, también traducida como El sueño de la cámara roja), fue escrita por Cao Xueqin (o Tsao Hsueh-Chin) (1715?-1763) en la dinastía Qing (Ching). Es una historia de amor trágico montada en el entorno de una familia aristocrática en decadencia. Con este tema en el centro de la historia, la novela presenta un panorama amplio y dinámico de historia social. Desfilan en sus páginas un notable abanico de personajes, cuyos protagonistas son Jia Baoyu y Lin Daiyu. Su estructura abarcadora y meticulosa así como su mérito literario en la forma de un lenguaje exquisito hicieron que la obra se conociera como el epítome del arte de la novela clásica china.
15 Forajidos del pantano (también traducida como Héroes de los márgenes del agua), una de las grandes novelas clásicas chinas, escrita en el siglo XIV por Shi Nai’an. Ciento ocho hombres y mujeres forman una banda de forajidos en un pantano. Intriga, aventura, asesinato, guerra e historias románticas se relatan con el suspenso del narrador tradicional.
16 Tres Reinos, de Luo Guanzhong (1330-1400), una de las novelas clásicas chinas más famosas basada en la historia del período de los Tres Reinos (220-280 d. C.). Describe la lucha intrincada y tensa por el trono que se da entre tres fuerzas políticas de gran poder, Liu Bei, Cao Cao y Sun Quan, y se centra en diversos talentos y estrategias audaces desplegadas en la época.
17 El romance del oriental Zhou, una novela originalmente escrita por Yu Shaoyu en la dinastía Ming, revisada y rescrita por Feng Menglong a fines de esa dinastía, nuevamente revisada por Cai Yuangfang durante la dinastía Qing. Relata los quinientos años de historia que comprenden los períodos de Primavera y Otoño (770-476 a. C.) y el de los Estados Beligerantes (475-221 a. C.).
18 La historia completa de Yue Fei fue escrita por Qian Cai en la dinastía Qing. Describe la vida de Yue Fei (1103-1142) de la dinastía Song del sur, uno de los generales y héroes más importantes de la historia china. El general Yue Fei se destacó en batallas contra los invasores de la nación jin, al norte del país. Fue acusado de crímenes que no cometió, encarcelado y ejecutado, cuando el primer ministro Qin Hui intentaba eliminar a sus enemigos. Yue Fei fue objeto de una reivindicación histórica en la que se reconoció la falsedad de sus acusaciones, y se erigió un monumento en su memoria. Se esculpieron cuatro figuras en hierro para su tumba. Con el pecho desnudo y las manos detrás de la espalda, de rodillas ante la tumba, las figuras representan a las personas responsables de la muerte de Yue Fei.
19 Esta cita proviene de Colección resumida de escrituras daoístas (Dao Cang Ji Yao), compilada en la dinastía Qing.
20 Véase 8.
21 Del discurso de Mao en la Octava Sesión de la Décima Reunión Plenaria del PCCh.
22 Las palabras originales de Mao en chino recurren a un juego de palabras: yo soy como un monje con paraguas, sin Dao (o Fa, juego de palabras para “pelo”) ni cielo (juego de palabras para “espacio celeste”).
23 Jie es el último soberano de la dinastía Xia (siglos XXI-XVI a. C.), y Zhou, el último gobernante de la dinastía Shang (siglos XVI-XI a. C.). Ambos pasaron a la historia como tiranos.
24 Wen Tianxiang (1236-1283 d. C.) fue un jefe militar que luchó contra las tropas de Mongolia para proteger la integridad de la dinastía Song del sur. Fue asesinado el 9 de enero de 1283 por no rendirse ante los mongoles luego de ser tomado prisionero.
25 De Mencio.
26 De unas palabras muy famosas de Mencio: “La vida, mi deseo; la justicia, mi deseo también. Cuando no pueda tener ambas a la vez, me quedaré con la justicia a expensas de mi vida”.
27 Del Himno Internacional Comunista. La traducción china literalmente significa: “Nunca hubo un salvador, y tampoco creemos en Dios; a la hora de crear la felicidad humana, sólo creemos en nosotros”.
28 La campaña de “Desechar los Cuatro Viejos” fue una campaña a mediados de 1960 durante la revolución cultural en china. En agosto de 1966, los guardias rojos declararon “una guerra contra el viejo mundo” y anunciaron que “aplastarían todas las ideas viejas, vieja cultura, viejas costumbres y viejos hábitos”, “incluyendo peluquerías, sastrerías, negocios de fotografías, libros usados, y así con todo, sin excepciones”.
29 En el lenguaje Dai, la escritura Beiye se pronuncia “tanlan”. Beiye es una planta subtropical de la familia de las palmas. Es una clase de árbol alto con hojas gruesas de secado muy lento y a prueba de polillas. En la antigüedad, cuando el papel aún no se había inventado, los ancestros Dai grababan escritos en sus hojas. Las cartas talladas en esas hojas se conocen como “correspondencia beiye”, y las inscripciones en ellas, como “tanlan” (escritura beiye).
30 El parque Xiangshan, también llamado Parque de las Fragantes Colinas, está ubicado 28 kilómetros al noroeste del centro de Pekín. Construido en 1186 durante la dinastía Jin, se convirtió en residencia veraniega de las familias imperiales durante las dinastías Yuan, Ming y Qing.
31 De Cuántas reliquias culturales fueron destinadas al fuego, por Ding Shu.
32 El Palacio de Verano, ubicado a 15 kilómetros de Pekín, tiene el jardín más grande y mejor preservado de China, con más de 800 años de historia.
33 Li es una unidad china de longitud (1 li representa 0,5 kilómetro).
34 El emperador Gaozu, de la dinastía Tang, alias Li Yuan (reinó entre 618 y 626 d. C.), fue el primer soberano de la dinastía Tang.
35 Las comunas populares (Renmin Gongshe) eran el más alto de los tres niveles administrativos de las áreas rurales entre 1958 y alrededor de 1982 en la República Popular China. Las comunas tenían funciones gubernamentales, políticas y económicas. Eran las unidades colectivas más grandes; posteriormente se las dividió en brigadas y equipos de producción. Después de 1982, fueron reemplazadas por los municipios.
36 Véase 31.
37 En las escrituras Mahaparinirvana del Gran Vehículo se dice que ellas constituyen la última enseñanza del Gran Vehículo del Fo Sakya Muni, dictadas el último día de su vida terrenal. Se atribuyen ser la quintaesencia de todas las escrituras del Gran Vehículo.
38 Del Tripitaka Taisho Vol. T01, No. 7, Escrituras Mahaparinirvana del Gran Vehículo. Traducción provisional sujetas a mejoras
39 Traducido de “Teoría y práctica del Partido Comunista chino para la eliminación de la religión”, por Bai Zhi.
Sitio web: http://www.dajiyuan.com/gb/3/4/15/n300731.htm (en chino)
40 Nirvana, para el budismo o el hinduismo, es un estado de paz y armonía que está más allá de los sufrimientos y pasiones de la existencia individual; un estado de unidad con el espíritu eterno.
41 La campaña de Aniquilación de Contrarrevolucionarios de 1951 negociaba violentamente con “contra-revolucionarios” incluyendo delincuentes, matones locales, espías, ex miembros del Kuomintang (KMT) y de asociaciones religiosas. De acuerdo con los registros públicos del PCCh, más de 2 millones de personas fueron ejecutadas en 1952, mientras que el número real puede ser aun mayor.
42 La “Guerra de Resistencia a la Agresión de los Estados Unidos y Ayuda a Corea”, como la denominó el PCCh, se inició en 1950. En Occidente se la conoce como la Guerra de Corea.
43 Wu Yaozong (1893-1975) y otros, publicaron en 1950 el escrito titulado “Medios para que la cristiandad de China haga su aporte a la construcción de la nueva China”, también conocido como “Manifiesto de innovación de los Tres Entes”, tras lo cual fundaron la Iglesia de los Tres Entes.
44 El Gran Salón del Pueblo, construido en 1959, se ubica en el lado oeste de la Plaza Tiananmen. Es un lugar de encuentro de los miembros del Congreso Nacional Popular de China.
45 Véase 39.
46 La toga kesa, la toga del monje o sotana.
47 El emperador Huizong, de la dinastía Song, alias Zhao Ji (reinó entre 1100 y 1126 d. C.).
48 Su Dongpo (1036-1101 d. C.), famoso poeta y escritor chino de la dinastía Song. Uno de los “ocho grandes maestros de la prosa de las dinastías Tang y Song”.
49 Wen Zhengming (1470-1559 d. C.), pintor chino de la dinastía Ming.
50 Tang Bohu (1470-1523), renombrado erudito, pintor y poeta chino de la dinastía Ming.
51 Jin es una unidad de peso usada en China, que equivale a 0,5 kilogramo.
52 Véase 31.
53 De un poema de Meng Haoran (689-740 d. C.), famoso poeta de la dinastía Tang.
54 Wang Xi Zhi (321-379 d. C.), el calígrafo más famoso de la historia, de la dinastía Tang.
55 El prólogo original de Lan Ting, que, según se afirma, fue escrito por Wang Xi Zhi en la cúspide de su carrera como calígrafo (a sus 51 años, en 353 d. C.), es universalmente conocido como la pieza más importante de la historia de la caligrafía china.
56 Wu Cheng’en (1506?-1582? d. C.), novelista y poeta chino de la dinastía Ming, autor de Viaje al oeste, una de las cuatro novelas más famosas de China.
57 Wu Jingzi (1701-1754 d. C.), elegante escritor de la dinastía Qing, autor de Los eruditos (Rulin Waishi, también conocido como Historia no oficial de los eruditos).
58 Prosa escrita por Ouyang Xiu (1007-1072 d. C.), uno de los “ocho grandes maestros de la prosa de las dinastías Tang y Song”. Ouyang Xiu se definía como un “viejo borracho”.
59 Nombre alternativo para las Guardias Rojas.
60 La Enciclopedia Yongle o Yongle Dadian fue encargada por el emperador chino Yongle, de la dinastía Ming, en 1403. Está considerada como la primera y más grande de las enciclopedias. Dos mil eruditos trabajaron en el proyecto, sobre ocho mil textos que datan desde la antigüedad hasta el comienzo de la dinastía Ming. La Enciclopedia, terminada en 1408, comprende más de 22.000 volúmenes manuscritos que ocupan 40 metros cúbicos de espacio. Actualmente se recuperaron parcialmente sólo 800 volúmenes y el resto ha sido destruido o se ha perdido.
61 El nombre de “Liang Xiao” representa a un grupo de escritores, entre quienes estaba Zhou Yiliang, por cuya participación recibió una carta de un viejo amigo que hablaba del “colmo de la desvergüenza”.
62 El emperador Qin Shi Huang (259-210 a. C.), alias Ying Zheng, fue el primer emperador en la historia de la China unificada. Uniformó los códigos legales, el lenguaje escrito, la moneda, los pesos y medidas, y ordenó la construcción de la Gran Muralla. Estas medidas ejercieron una profunda influencia en la historia y la cultura de China. Ordenó la quema de los libros de varias escuelas de intelectuales, entre los cuales estaban los confucianos y los daoístas, y enterró vivos a 460 eruditos confucianos. Estos sucesos pasaron a la historia como “la quema de libros y el entierro de eruditos confucianos”. Construyó un gran mausoleo en su propio honor, y el Ejército de Terracota de la Tumba del emperador Qin fue considerado “la octava maravilla del mundo”.
63 De Los escritos de Mao Zedong 1949-1976 (Vol. 2)
64 De “Rectificar el estilo de trabajo del Partido”, por Mao (1942)
65 De la “Charla en el Foro Yan’an de Arte y Literatura”, por Mao. (1942).
66 Wu Xun (1838-1896 d. C., originalmente llamado Wu Qi) nació en Tangyi, Shandong. Huérfano de padre a una edad temprana, debió salir a mendigar para dar de comer a su madre y pasó a ser conocido como “el mendigo de la devoción filial”. Luego de la muerte de su madre, mendigar se convirtió en su única forma de subsistencia. Dirigió escuelas gratuitas con el dinero de la mendicidad.
67 Hu Feng (1902-1985), erudito y crítico literario, fue un opositor a la política de literatura doctrinaria del PCCh. Fue expulsado del partido en 1955 y sentenciado a catorce años de prisión.
68 De Trabajos elegidos de Mao Zedong (Vol. 5), “La situación está empezando a cambiar” (1957).
69 Qian Bocheng, Oriental Culture [Cultura oriental], cuarta edición (2000).
70 El movimiento del 4 de junio fue llevado a cabo por estudiantes universitarios que entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989 manifestaron en busca de reformas democráticas en China. El Ejército de Liberación Popular reprimió la protesta, hecho que la sociedad internacional conoce como la Masacre de la Plaza Tiananmen.
71 La “Oficina 610” es una agencia creada específicamente para perseguir a Falun Gong, con poder absoluto sobre todos los niveles administrativos del Partido y también los niveles políticos y judiciales.
72 La teoría del “origen de clase” (o “línea de sangre”, o “genealogía”) afirma que la naturaleza de una persona está determinada por la clase de la familia en la que nace.
73 De la canción de la ópera moderna “Leyenda de la linterna roja”, una Obra de Teatro Modelo representada durante la Revolución Cultural (1966-1976).
74 Mu es una unidad de área usada en China. Equivale a 0,4077 hectárea.
75 Los “Tres Representantes” de Jiang Zemin dice que el Partido siempre debe representar la tendencia del desarrollo de las fuerzas productivas nacionales de avanzada, la dirección cultural china de vanguardia y el interés fundamental de la mayoría del pueblo chino.
76 Discurso de apertura de la Primera Sesión del Primer Congreso Nacional Popular de la República Popular China (15 de septiembre de 1954).
77 “Síndrome del ojo rojo” es una expresión popular en China para expresar la situación en que alguien se siente inferior e incómodo al ver que otra persona es mejor en algo, y cree que él se merecería estar en mejor situación que esa persona.
78 Una Obra de Teatro Modelo representada durante la Revolución Cultural (1966-76). En la leyenda popular, la Niña del Cabello Blanco es un ser inmortal que vive en una cueva y tiene poderes sobrenaturales para recompensar la virtud y castigar el vicio, apoyar a los justos y combatir el mal. Sin embargo, en esta ópera china “moderna”, la Niña es caracterizada como una persona obligada a huir y refugiarse en una cueva luego de que su padre es asesinado a golpes por rehusarse a casar a su hija con un viejo terrateniente. Su cabello se pone blanco por falta de alimentación. Pasó a ser uno de los más conocidos dramas “modernos” de China y se usó para incitar el odio de clase hacia los terratenientes.
79 El combate del túnel (Didao Zhan), un film en blanco y negro de 1965 en el cual el PCCh asegura que los guerrilleros del Partido que operaron en China central durante los años cuarenta libraron combates en varios túneles para repeler al invasor japonés.
80 Guerra de minas (Dilei Zhan), una película en blanco y negro de 1962 donde el PCCh asegura que los guerrilleros del Partido combatieron en la provincia de Hebei durante los años cuarenta con minas de fabricación casera para repeler al invasor japonés.
81 El ensayo de ocho partes es una composición literaria incluida en los exámenes del servicio imperial, que se conoce por su rigidez y pobreza de ideas.
82 La Gran Hambruna china de 1959-1961 es la más grande en la historia de la humanidad. Se estima que el número de muertes por causas no naturales se situó entre los 18 y los 43 millones.
83 Véase 7.
84 Por Mao Zedong (1942).
85 El movimiento Cuatro de Mayo fue la primera manifestación de masas en la historia de la China moderna. Comenzó el 4 de mayo de 1919.
86 Chen Guili, Advertencia del río Huaihe (1995).
87 Argil es un tipo de arcilla usado para decolorar el aceite de la ensalada en el proceso de fabricación.
88 Del Prólogo para acompañar a Li Yuan de regreso a Pangu”, por Han Yu (768-824 d. C.), uno de los “ocho grandes maestros de la prosa de las dinastías Tang y Song”.
89 Tao Yuanming (365-427 d. C.), también conocido como Tao Qian, fue un gran poeta de la literatura china.

Lea el artículo original de Epoch Times (español) AQUÍ.

Video documental:

Continúa con: Parte 7 – Sobre la historia de matanza del Partido comunista chino

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