Algún poder no quiere que la humanidad se cure de las enfermedades.
Dios nos ha dejado ayudas para todos los aspectos de la vida, por eso la maldad tiene que prohibirlas.
Ejemplo de ello es la Hidroxicloroquina, la droga milagrosa que fue prohibida para el virus PCCh, y podría serlo también ahora para el cáncer.
Traducido de Medical NewsToday por Tierrapura.org
La cloroquina y la hidroxicloroquina son fármacos que se utilizan para tratar la malaria, pero una nueva revisión sugiere que podrían tener otra finalidad: tratar el cáncer.
Actualización del 6 de mayo de 2020: La hidroxicloroquina y un fármaco relacionado, la cloroquina, se están estudiando actualmente como posibles tratamientos para el COVID-19.
Estos fármacos han recibido la “aprobación de uso de emergencia” por parte de la FDA y no debe utilizar estos medicamentos para tratar la COVID-19 a menos que se le recomiende hacerlo bajo el cuidado de profesionales de la salud.
La investigación -que revisó más de 190 estudios en los que se investigó cómo la cloroquina (CQ) y la hidroxicloroquina (HCQ) afectan a las células cancerosas- describe cómo los medicamentos contra la malaria pueden aumentar la sensibilidad de los tumores a los tratamientos existentes contra el cáncer.
Basándose en sus conclusiones, la primera autora del estudio, Ciska Verbaanderd, de la Universidad de Lovaina (Bélgica), y sus colegas afirman que los fármacos “merecen más investigaciones clínicas en varios tipos de cáncer”.
La revisión se publicó recientemente en la revista ecancermedicalscience.
Aunque en Estados Unidos se ha producido un descenso de las tasas de mortalidad por cáncer en los últimos años, la enfermedad sigue siendo una carga importante para la salud pública. El año pasado se diagnosticaron más de 1,6 millones de nuevos casos de cáncer en Estados Unidos y se produjeron más de 595.000 muertes por cáncer.
Dado que el cáncer es cada vez más resistente a las terapias existentes, hay una necesidad desesperada de descubrir nuevas formas de combatir la enfermedad.
Verbaanderd y sus colegas creen que los fármacos CQ y HCQ podrían ayudar en esta lucha.
CQ y HCQ como terapias contra el cáncer
La CQ y la HCQ son medicamentos utilizados para prevenir y tratar la malaria. También pueden utilizarse en el tratamiento del lupus y la artritis reumatoide. Sin embargo, una gran cantidad de investigaciones han sugerido que estos medicamentos también pueden tener propiedades anticancerígenas.
Para su revisión, Verbaanderd y sus colegas analizaron los resultados de más de 190 estudios en animales y humanos que evaluaron los efectos de la CQ y la HCQ en diferentes tipos de cáncer.
Según los investigadores, el objetivo de su revisión era “informar de nuevas investigaciones y ensayos sobre la reutilización de la CQ y la HCQ como agentes anticancerígenos”.
El equipo descubrió pruebas que sugieren que la CQ y la HCQ podrían ser eficaces para el tratamiento de varios tipos de cáncer, como el glioblastoma -que es un cáncer cerebral mortal-, el cáncer de pulmón y el cáncer de páncreas.
“La CQ y la HCQ se han estudiado en múltiples modelos preclínicos de cáncer”, escriben los autores, “y han demostrado su actividad en varias vías de apoyo al cáncer y en combinación con una amplia gama de otras terapias”.
“[…] La mayoría de estos estudios han informado de una eficacia terapéutica mejorada en comparación con la monoterapia con fármacos anticancerígenos existentes”, añaden.
La revisión también indica que ambos fármacos son “seguros y tolerables” como terapia contra el cáncer, aunque las pruebas actuales sugieren que la HCQ podría presentar menos efectos secundarios.
¿Cómo pueden la CQ y la HCQ combatir el cáncer?
Según el equipo, su revisión destaca una serie de mecanismos por los que la CQ y la HCQ podrían ayudar a tratar el cáncer.
En primer lugar, hay pruebas que sugieren que los fármacos pueden inhibir la autofagia, que es el proceso por el que las células devoran sus propios componentes dañados o innecesarios.
“Las propiedades autofágicas, como el reciclaje de nutrientes, pueden favorecer la supervivencia de las células cancerosas”, señalan los autores. “Además, los reguladores clave del crecimiento celular pueden degradarse y la respuesta al daño del ADN puede suprimirse mediante el aumento de la autofagia”.
“Por lo tanto, la inhibición de la autofagia puede ser una interesante estrategia contra el cáncer cuando las células cancerosas empiezan a depender de la autofagia para sobrevivir”.
La revisión también reveló que la CQ y la HCQ pueden bloquear la vía de señalización CXCL12/CXCR4, que investigaciones anteriores han asociado con la progresión del cáncer.
Además, hay pruebas de que la CQ puede estabilizar una proteína llamada p53, que es un conocido supresor de tumores, y también puede ayudar a normalizar la disfunción de los vasos sanguíneos en los tumores.
“Los beneficios de la normalización de los vasos incluyen una disminución de la hipoxia tumoral, una reducción de la intravasación de las células cancerosas y de la metástasis, y un aumento de la administración y la respuesta de los fármacos quimioterapéuticos”, explican los autores.
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