Por Álvaro Colombres Garmendia
13 parlamentarios de los principales partidos de Canadá publicaron una carta abierta dirigida al Comité Olímpico pidiendo la relocalización de la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno a realizarse en Beijing el año que viene debido a las aberrantes violaciones a los derechos humanos en China.
Los parlamentarios declararon que participar en los Juegos Olímpicos de China “equivaldría a tomar parte en un espectáculo siniestro y autocomplaciente montado en beneficio de un régimen que está perpetrando los peores crímenes posibles contra la humanidad contra su propio pueblo”.
En la carta, que también fue firmada por el campeón olímpico, Jean-Luc Brassard, los legisladores compararon los Juegos en Beijing con los de Berlín 1936 cuando el régimen Nazi llevaba a cabo el Holocausto judío.
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“Queremos asegurarnos de que las medallas que ganen en 2022 no se vean manchadas por lo que sin duda pasará a la historia como los Juegos de Berlín de 1936, Los Juegos de la Vergüenza”, escribieron los legisladores.
En aquel entonces el evento deportivo el cual contó con la cobertura positiva de la prensa jugó el rol de validar la legitimidad de la Alemania Nazi, que es exactamente lo busca alcanzar ahora el Partido Comunista Chino (PCCh).
Sin embargo, el enfoque de los firmantes no es pedir el boicot del evento, sino cambiar la sede. “No pedimos a nuestros atletas que renuncien a su sueño olímpico, porque sabemos muy bien el esfuerzo que han realizado para conseguirlo”, aclara la carta.
Si bien el gobierno de Justin Trudeau no condenó específicamente las violaciones a los derechos humanos en Xinjiang como lo hizo la Administración Trump, la Cámara de los Comunes de Canadá sí pasó una resolución llamando “genocidio” a la represión uigur.
“Algunos pueden argumentar que el deporte y la política no deben mezclarse. Nosotros responderíamos que cuando se produce un genocidio, ya no es una cuestión de política, sino de derechos humanos y crímenes contra la humanidad. No podemos aceptar el statu quo actual”, dicen los autores de la carta.
Se repite la historia
En el 2008, el Comité Olímpico “premió” al régimen comunista chino con los Juegos Olímpicos en Beijing a pesar de las violaciones a los derechos humanos ampliamente documentadas para ese entonces.
Grupos de personas organizaron voluntariamente un movimiento global llamado “el relevo mundial de la antorcha de los DD. HH.” con el lema “los juegos olímpicos y las violaciones a los derechos humanos no pueden coexistir”.
Para generar consciencia, en cada ciudad donde el PCCh organizaba un relevo de la antorcha, cientos de personas realizaban un evento paralelo pacífico para condenar la represión en el Tíbet, la persecución a Falun Dafa, a los cristianos, etc.
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Notablemente, en algunas ciudades donde las autoridades dieron vía libre al PCCh, matones organizados por la embajada china asaltaron violentamente a los manifestantes, dejando de manifiesto la manera en que el régimen chino lidia con cualquiera que se oponga a su arrogante dictadura.
Si bien el movimiento tuvo algo de cobertura en la prensa internacional, para esa época el conocimiento sobre lo que sucedía dentro de las fronteras chinas, era muy limitado y acciones como esta carta de parlamentarios canadienses o las sanciones recientes del gobierno estadounidense y del Reino Unido sobre Beijing por perseguir a sus ciudadanos, eran prácticamente nulas.
Sin duda con la cantidad de información que existe hoy en día sobre los abusos del régimen comunista chino, los Juegos Olímpicos de Beijing 2022 son una prueba para la humanidad, que debe rechazar categóricamente al PCCh.